El 1 de mayo a nivel mundial se conmemora el Día del Trabajo, el cual se convierte en una emblemática fecha en la que se recuerda la poderosa lucha por reivindicar los derechos sociales y el derecho a una vida digna que hasta el día de hoy prevalece. Para esta fecha con el fin de recordar y reivindicar a los Mártires de Chicago, grupo de sindicalistas que fueron condenados a muerte por su participación en una huelga que inició #UnDíaComoHoy pero de 1886 en Estados Unidos, hace ya 137 años.
Por la violación a los derechos humanos, sociales y económicos de un sistema político perverso, en Venezuela –país en particular igual que en Cuba, la situación de los trabajadores ha sido precaria en los últimos años, llegando a ganar menos de 5 dólares al mes, y donde los efectos inflacionarios e hiperinflacionarios han diezmado a la población generando grandes migraciones, y donde los líderes y delegados sindicales no han estado a la altura ni la inteligencia para lograr justas reinvindicaciones, repitiendo sus esquemas una y otra vez en casi 100 años.
En Venezuela ya están anunciadas y vuelven las marchas nacionales tipo protesta en las principales ciudades con la movilización de trabajadores, jubilados, pensionados y discapacitados agrupados en sindicatos, gremios profesionales, oeneges y partidos políticos que nuevamente exigiendo salarios de acuerdo a lo establecido en los artículos 80, 81 y 91 de la Carta Magna, a lo cual, el gobierno socialistas y revolucionario se ha negado a aplicar. En definitiva, sin creatividad ni efectividad; situación que obligará en un futuro muy cercano a renovar líderes y estrategias, aseguró para el equipo periodístico el psicólogo e investigador, Dr. José Pons Briñez.
A tono con lo anterior, la experiencia venezolana, señala Pons, “el presidente obrero es el mas antiobrero que haya conocido la historia, sin embargo, hay espirantes a presidentes que se identifican en esa corriente reinvindicativa obrerista, repitiendo los esquemas del pasado, sin visión de futuro. Otros están eternizados en las labores sindicales desde hace decenios sin aportar en positivo ni dar paso a nuevas generaciones». No han sido capaces los políticos politiqueros populistas ni los sindicalistas lograr abrir comisariatos para la adquisición de bienes y servicios, ni la buena o regular atención en los hospitales y centros de salud del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.
Asi, entre marchas-protestas y contradicciones, los trabajadores venezolanos continúan bajo la agenda oficialista en cuento a los anuncios presidenciales, mientras las violaciones a los derechos laborales, sociales y constitucionales, se mantienen en el país.
Para este 1° de mayo, día del trabajo y del trabajador, nada que celebrar, mucho que aspirar.
Agencias/Secretaría de Redacción
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