Ing. Golfredo Dávila
Finalizando el 2022 nos atrevimos a titular un artículo de la siguiente manera: “2023, preámbulo al cambio político en Venezuela”. Era el año de las primarias, cuando se demostraría la determinación de los venezolanos de darle preaviso al dictador para salir del poder. Concluimos dicho escrito con esta frase: “un país movilizado y activo es garantía de la victoria”. Así fue: el 2024 el pueblo decidió con su voto acabar con el despotismo y convencidos estamos de que el 2025 será el año del cambio de rumbo para Venezuela.
En la seguridad de que en el nuevo año desalojaremos la dictadura, asumimos que estamos ante un reto complejo. Hay tres visiones que se cruzan: una dominada por la incertidumbre sobre lo que ocurrirá en el 2025; otra, muy generalizada en los últimos tiempos, la cual considera que el 10 de enero se juramentará Edmundo González Urrutia, por haber sido el Presidente que el pueblo eligió el pasado 28J; y la otra sostiene que los poderes fácticos formalizarán ante el mundo la dictadura y juramentarán ilegalmente a Maduro, en medio de un clima de recrudecimiento de la represión y el crimen.
A pesar de la diversidad de opiniones, hay algo que sí podemos afirmar: Maduro será desalojado de Miraflores en el 2025, no sólo por su caducidad e ilegitimidad, sino porque ningún poder se podrá sostener por mucho tiempo sobre la mentira, el terror, el sometimiento de la población, la ingobernabilidad y enfrentado a la comunidad democrática internacional. Lo que no podemos asegurar es la fecha de su caída, si es antes o después del 10E, pero, más allá de este día que es un hito histórico, que marcará el inicio de la democracia o la continuidad de la dictadura, lo principal es la determinación de los venezolanos por lograr el cambio. Allí está la inmensa mayoría que votó por EGU y muchos que, habiendo votado por Maduro, dejaron de creerle sus mentiras.
Ahora bien, el desalojo de Maduro del poder no se producirá por arte de magia; ello requiere algunas condiciones básicas: 1. Unión de todos los sectores políticos y sociales que enfrentamos a este régimen de oprobio, a través de la constitución de una fuerza o movimiento democrático nacional, que le dé formalidad a una dirección política eficaz, que logre articular y coordinar a todos quienes trabajamos por el triunfo de EGU, además de los sectores que apoyaron a otras opciones, pero que, igual, anhelan el cambio político; 2. No abandonar las calles. Hay que seguir luchando por rescatar nuestros derechos constitucionales vulnerados: salarios, pensiones, servicios públicos de calidad, contra la represión, por la libertad de los presos políticos, entre otros, y estar prestos para actuar ante cualquier llamado que acuerde la conducción política nacional; 3. Evitar hacerse eco de las maniobras divisionistas de la dictadura, no caer en sus provocaciones, no desesperarse ni desesperanzarse, buscando siempre imponer la verdad sobre la mentira; 4. Lograr que la sociedad entera se apropie del programa para la recomposición de la democracia y la reconstrucción de la economía nacional; 5. Reforzar la presión política y diplomática de la comunidad de naciones democráticas.
Si nos preparamos psicológicamente, profundizamos nuestra organización y nos movilizamos unidos, más temprano que tarde se producirá la juramentación de Edmundo González Urrutia como Presidente electo por la inmensa mayoría de los venezolanos.
¡¡¡Feliz 2025!!!.-
Secretario General de Vanguardia Popular
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