El nacimiento más emblemático de la capital zuliana, abrió sus puertas al público a desde el pasado miércoles 20 de diciembre, publicó el periodista Juan Carlos Guillén.
Textualmente la publicación:
Al norte de Maracaibo, un universo navideño de más de 800 figuras, revive los primeros momentos del niño Jesús nacido en Belén, en una cosmogonía pascuera reconocida como el Pesebre de Canchancha.
Nicanor Alejandro Cifuentes Gil, nieto del pesebrero fundador, Guillermo Cifuentes Montiel, cuenta desde el saberse heredero de la tradición familiar, lo de su inexorable destino.
“A mí me toca trenzar asombros, ordenar latencias en disloques generacionales y seguir porfiando en la historia insurgente del Jesús militante desde su natividad hasta su luminosa y cierta resurrección en nosotras y nosotros”.
Fruto de tres generaciones de cultores populares, este gran espacio de recogimiento y contemplación, mezcla con sencillo sincretismo geografias tan dispares como el desierto sahariano y el Lago de Maracaibo.
“Debo confesar -subraya- que la tradición será todo un desafío en mis nuevas búsquedas de ecomilitante e intelectual universitario. Y sé que sabré abrazar, como mi padre, la maravilla familiar de este legado de religiosidad y fraterna convocatoria anual del Calendario de Abrazos”.
66 años y los que faltan
“El primer encendido del pesebre de Canchancha fue en tiempo de diciembre de 1958 -nos cuenta el tercero de los Cifuentes-. Fue una genuina obra de fervor y amor de un abuelo conmovido por el desplazamiento migratorio”.
Guillermo Cifuentes, acababa de llegar a Venezuela y permeándose de asombro y memoria, dedica el primer pesebre a su hija primogénita Elisa Cifuentes Gómez.
“Desde un principio, propio de un artista cultor de un tecnólogo popular, me atrevo a decir -prosigue el nieto en el recuerdo de las hazañas artesanales del pionero pesebrero-, que mi abuelo hizo magia y logró reelaborar una idea de mundo desde su ingenio: Cogollos de plátano transformados en vaquitas y caballos. Palitos del monte cercano convertidos en cercas para los rebaños. Lucecitas eléctricas intermitentes y lucecitas de bengala para traer de su memoria el fuego volcánico de la Mesoamérica que de niño y joven dejó atrás”.
“Luego de 66 años nos acompañan sus memorias en su eterna presencia de memoria y compromiso de asombro y religiosidad amorosa, solidaria, militante”, dice el universitario trocado en pesebrero.
Pesebre de culto
En el año 1997 fallece el abuelo y desde hace 26 años, el hijo, Nicanor Cifuentes Gómez se convierte en el Pesebrero Guía del Pesebre de Canchancha.
Pero es el nieto quien lleva la palabra en esta ocasión: “El pesebre de Canchancha desde 1958 no dejó nunca ni ha dejado, de convocar las mejores energías celebratorias de la natividad del niño Jesús palestino, su sagrada familia y su ejemplo militante de amor y afecto por principios humanos universales siempre desafiados por poderes imperiales”.
“Desde el año en que fallece mi abuelo, mi padre vuelca su hacer dramatúrgico y de estudio del ser humano, su gestualidad expresiva en cultura pesebrera capaz de ofrendar un cosmos religioso para las familias, las niñas y niños de la ciudad Puerto Maracaibo y las y los que, desde otras latitudes nacionales e internacionales, nos honran con su mirada y presencia en el patio”, dice Nicanor hijo y nieto.
¿Cuántas personas lo visitan cada año? Preguntamos.
-Me atrevería a lanzar una cifra estimada. Más de 2 mil personas pueden llegar a contarse entre los visitantes asiduos del patio Pesebre de Canchancha en su extenso calendario de abrazos.
¿Cuántas figuras posee?
No somos dados a contabilizaciones de la geografía poblada viva (humana y no
humana) del Pesebre de Canchancha pero estimando, en efecto, estamos hablando más
de 800 figuras tanto de yeso, madera y arcilla desplegadas en figuras que representan a una amplia gama de personajes vitales tales como: pastores, ovejas, lavanderas, reyes, campesinos, sagrada familia, gallos, caballos, hogares, iglesias, santos, entre otras.
“El Pesebre de Canchancha pertenece al Devocionario Religioso Popular del Maestro Pueblo que somos -explica Nicanor el nieto-. Los pesebres, belenes o nacimientos son expresión simbólica propia de la cultura judeo cristiana que desde los tiempos de la conquista europea occidental, nos llegó como legado fervoroso y que desde el trenzado del mestizaje y de la interculturalidad supo resumir conmemoraciones propias del tiempo decembrino en el que se celebra la natividad del divino niño”.
Desde el 16 de diciembre de cada año, pesebre familiar, comunitario o institucional
que se precie de serlo, insiste en acción del colectivo para construirlo.
“En el pesebre de Canchancha, se hace la retrospectiva del cierre reflexivo de fin de año y desde el enero ya viene obligando, en amores, la llegada de reyes con sus ofrendas al niño Dios. El 2 de Febrero es el día de cierre con la conmemoración de la Virgen de la Candelaria y la bonita conmemoración de la Paradura de El Niño”, dice Cifuentes Gil.
Extensión de la muestra
El pesebre de Canchancha es realmente un patio con una estructura paralítica inmensa “con un cuerpo vestido de una infraestructura que sostiene una geografía, un cosmos pleno de acciones”.
Así el Lago de Maracaibo, el desierto sahariano y el de nuestras dunas de Paraguaná y la Guajira, convergen en un imaginario donde los pastores cruzan puentes con sus rebaños; donde los reyes magos van de un lado a otro con sus ofrendas, alborotando la vida de los campesinos y pastores con rumbo al lugar donde nació el divino niño: ” un humilde pesebre convocante de las familias reuniéndose en simbólica intención celebratoria de la fe y la insistencia de nuestras porfías creativas y existenciales”, refiere nuestro interlocutor.
¿Cómo es el trabajo diario en el Pesebre de Canchancha?
-Se priorizan tareas. Primero es atender el cuerpo, la geografía, la espacialidad. Trabajar la tierra, sus plantas, la fronda vegetal. Ya luego ubicar las cientos de figuras en secuencia vital, dando a entender acciones propias de los pobladores de la Tierra Santa. Las demás tareas se vinculan a lo logístico operativo, lo divulgativo desde lo oral fraterno a lo virtual intangible.
¿Cuál fue la primera pieza, cuáles las últimas?
-Fueron varias en simultaneidad -recuerda nuestro guía pesebrero accidental-. Esa pregunta nos lleva a hacer memoria plena:
Recordamos una carreta traída por visitantes de la República Argentina, de la provincia de Mendoza. Algo de esta carreta aún perdura en el taller del pesebre, espacio donde reposan las piezas y los materiales del pesebre en sus 66 años de vida. Sobre la última o la más reciente pieza, entiendo que han sido los maderos flotantes que mi padre recoge de las orillas del Lago de Maracaibo.
A partir de este miércoles 20 de diciembre de 2023, desde las 10 am y hasta las 6 de la tarde el Pesebre de Canchancha abrirá sus puertas, tal y como lo ha hecho durante 66 años continuos, dedicando dicha apertura a la memoria de Esther María Macías Añez, “amiga valerosa de nuestro patio de asombros así como al valeroso e insistente Pueblo Palestino herido por el lesivo ataque sionista israelí”, dijo al final, el tercero de los Nicanores.
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