América Latina y Venezuela no son la excepción

El calendario electoral está cargado y tiene una cita clave este sábado en Taiwán. Nunca estuvo convocada a votar tanta gente en la historia de la democracia como lo hará en los próximos 12 meses. Acá la agenda que se viene.

Con este envío comienza la cuarta temporada de #LaGenteVota en Cenital, un lugar con buenos amigos al que te podes sumar. Este año vamos a tener un récord de elecciones y de cantidad de gente que va a concurrir a las urnas en sus respectivos países. Nunca en la historia de la democracia moderna y contemporánea irá a votar tanta gente como en este 2024, en el cual más de 60 países tendrán elecciones nacionales y unos 12 subnacionales. Esto representa unos 4 billones de electores, la mitad de la población mundial. Así pintan el panorama en Político. La fiesta de la democracia (posta).

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Esto, al mismo tiempo, choca con otro dato que distintas mediciones han ido levantando. El 44% del mundo vive bajo regímenes con débiles credenciales democráticas. Algunos de ellos son autocracias electorales: países que celebran comicios, pero cuyos ganadores gobiernan de manera autoritaria. Es posible que en diciembre logremos ese récord histórico para la humanidad, pero alcanzarlo no necesariamente asegurará más y mejor democracia para todos. La gente está votando, sí. Pero las democracias también están fallando. IFES publicó este documento online que resalta justamente esta tensión, pero donde también alertan sobre los riesgos electorales actuales. También armaron esta guía, que va registrando cuántas elecciones se celebraron y cuánto de la población mundial ya votó. Datos.

En este contexto, con la primera entrega del año quiero respetar una tradición. Voy a pintarte el panorama de las más interesantes, las que más me llamaron la atención, las que tendrán un impacto significativo y las que representan algún simbolismo particular. Para que puedas seguirlas a todas y cada una de ellas, te preparé este calendario electoral (iCal y URL) que preparo cada año.

Es para vos, no es porque estoy loco

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayúdanos a seguir. Súmate a nuestro círculo de Mejores amigos.

1. Taiwán. Elecciones generales (sábado13 de enero)

Taiwán, China Taipei o la República de China son múltiples nombres para esta isla que tiene un conflicto histórico con la República Popular China. No es la elección general (presidencial y legislativa) que abre el calendario electoral 2024 porque, para la fecha pautada, ya votaron Bangladesh en generales y Bután en ballotage de parlamentarias. Sin embargo, en términos simbólicos de geopolítica, una destacada.

Taiwán tiene hoy un sistema presidencial a la vieja usanza, pero que no siempre fue tal. La constitución de 1947 fue la que le dio forma institucional a la República de China luego de que perdieran la guerra contra el Partido Comunista. El Kuomintang o Partido Nacionalista de China (CNP, por sus siglas en inglés), los derrotados, la ratificaron el 25 de diciembre de 1946 y entró en vigencia un año después. Esa primera carta magna establecía que el presidente de Taiwán debía ser electo de manera indirecta por la Asamblea Nacional, que oficiaba como una especie de colegio electoral pero, al mismo tiempo, como una tercera cámara legislativa. En la década de los ’90 distintas reformas le fueron quitando poder, incluyendo la elección presidencial. En 1990 fue la última vez que eligieron a un titular del poder ejecutivo taiwanés para, en 2005, desaparecer como órgano.

Hoy, y desde 1996 de manera ininterrumpida, el país elige presidente de manera directa. Desde el establecimiento de la República hasta finales de los ‘90, los nacionalistas fueron los ganadores indiscutidos de cada elección. En el año 2000 fue la primera derrota, a manos del Partido Demócrata Progresista (DPP, por sus siglas en inglés), fundado en 1986 como un espacio social-liberal, progresista y en defensa de los derechos humanos. Hoy integra la Internacional Liberal y son gobierno en Taiwán.

Ambos partidos, el CNP y el DPP, le dan forma a la política de la isla. Los dos son anti-comunistas, pero con distintas visiones en torno a la construcción de la identidad nacional. El CNP lidera la Coalición Azul, cuyos integrantes tienen una postura más dura hacia la República Popular China, abogando por la reunificación, pero luego de que caiga el comunismo.  El DPP, en cambio, es la cara de la Coalición Verde, quienes se diferencian defendiendo la taiwanización en contra de la reunificación. Hoy ambas posturas se han moderado para captar votos de centro, pero en esencia es lo que los distingue: cómo ven y cómo se relacionan con Beijing.

Desde la implementación de la elección presidencial directa se han repartido el Poder Ejecutivo: 1996 para los nacionalistas, 2000 y 2004 para los progres, 2008 y 2012 vuelta a los primeros, y las últimas dos en 2002 y 2024 para el DPP. Hoy las encuestas dan un final cerrado con diferencias que van desde los 2 a los 8 puntos a favor del oficialismo. La actual presidenta en ejercicio, Tsai Ing-Wen, no puede ir por la reelección dado que está cumpliendo su segundo mandato. Será clave el tercero en discordia, Ko Wen-je del Partido Popular de Taiwán (TPP), quien ronda los 20 puntos. Algo que no ocurrió en las dos últimas elecciones.

2. Indonesia. Elecciones generales (14 de febrero)

Casi 205 millones de electores están convocados a votar el Día de los Enamorados en el país con mayor población musulmana en el mundo y que reúne a cerca del 13% del credo. Indonesia es, también, el cuarto país más poblado en el planeta y el 7° en PBI. No es una elección cualquiera.

El país tiene un sistema presidencial con una asamblea bicameral, que incluye una Cámara de Representantes de 575 bancas y Consejo de Representantes Regionales que tendrá 152 asientos a partir de este año. La singularidad de este poder legislativo radica en que el poder real radica en la primera, no en la segunda. La cámara regional solo interviene en aquellos asuntos que afectan a las 38 provincias que integran el país, cada una de las cuales envía 4 representantes al recinto. Ninguno de ellos tiene identificación partidaria.

Pero el grueso del partido se juega en la presidencia. Las primeras, celebradas en 1998 y 1999, fueron indirectas a cargo de la Asamblea Consultiva del Pueblo que integra a las dos cámaras legislativas. Pero mucho antes de todo esto, Indonesia no tenía elecciones. En 1968, 23 años después de la independencia, tomó el poder un militar de nombre Suharto, quien gobernó el país hasta su renuncia en 1998. Lo hizo con todos los recursos con los que suelen contar este tipo de regímenes no democráticos, incluyendo un espacio político llamado Golkar, que intentaba representar la organización de grupos funcionales de distintos sectores profesionales bien al estilo Benito Mussolini.

Resulta que lo que se conoció como el Nuevo Orden cayó a comienzos de 1998, luego de numerosas protestas de estudiantes universitarios. Ahí empezaron a organizarse elecciones presidenciales siguiendo las pautas occidentales. A partir de una enmienda constitucional de 2002, el país elige a su presidente y vice de manera directa por un mandato de 5 años con posibilidad de una reelección. Desde 2004 que la cosa viene así. Las primeras elecciones presidenciales fueron ganadas por el Partido Democrático, fundado por el sexto presidente en la historia del país, Susilo Bambang Yudhoyono, un militar retirado que gobernó hasta 2014. El partido se identificó con el nacionalismo religioso propio del país y puede ubicarse en el espectro de la derecha.

Quienes le compitieron de igual a igual fueron los del Partido Democrático de la Lucha de Indonesia (PDI-P), también nacionalistas pero seculares. Perdieron en 2004 y 2009, pero ganaron en 2014 de la mano de Joko Widodo, actual presidente en el cargo. Hoy no puede competir de vuelta porque ya tuvo sus dos períodos constitucionales, pero tiene un candidato: Ganjar Pranowo, gobernador de Central Java y referente de izquierda del espacio.

Enfrente, el oficialismo actual tendrá a dos rivales de peso. Prabowo Subianto, del partido confesional y nacionalista de derecha Gerindra, un ex militar y actual ministro de Defensa. También a Anies Baswedan, un candidato independiente que es la cara de la coalición Cambio por la Unidad, que integra partidos musulmanes como PKB, uno que ofició de transición post Suharto. Las encuestas dan distintos escenarios, con el incumbent Ganjar peleando con Prabowo, dejando a Anies un poco más atrás. Todo indica que habrá tres andariveles para esta carrera. ¿La nota de color? Si ninguno de los candidatos alcanza el 50% de los votos y al menos 20% en la mitad de las provincias, habrá un ballotage, pero recién en junio. No hay tipo de cambio que aguante.

3. Portugal. Elecciones parlamentarias (10 de marzo)

Los lusitanos venían bancando la patria socialista en una Europa de derecha, hasta que un escándalo con corrupción, computadoras robadas y tráfico de influencias cambió todo. En enero de 2022 unos 5 millones y medio de electores portugueses fueron a las urnas para darle un voto de confianza al Partido Socialista, liderado por el talentoso António Costa. En esos comicios el PS ganó 120 bancas, 4 por encima de la mayoría necesaria para formar gobierno solo y no depender ni del Bloque de Izquierda ni del Partido Comunista Portugués, anteriores amigos. Fue un voto de confianza a Costa y a su liderazgo.

Que quedó noqueado con varios escándalos. El primero involucró a funcionarios del gobierno recién formado con una indemnización anticipada en la aerolínea de bandera del país. El segundo, más grueso, incluyó a su jefe de Gabinete y otros ministros en una investigación profunda sobre ciertas irregularidades en la gestión de proyectos energéticos vinculados al litio y al hidrógeno. Costa renunció el 7 de noviembre del año pasado. Duró 646 días en su tercer mandato consecutivo, que venía desde el 26 de noviembre del 2015. El segundo primer ministro más longevo en la historia de la democracia portuguesa.

Pero el PS portugués no está muerto porque pelea. Rápido de reflejos, el partido eligió un nuevo secretario general en diciembre pasado. El victorioso de la contienda fue Pedro Nuno Santos, una renovada cara de 46 años que supo ser referente de la Juventud Socialista. Valorado de manera positiva por el espectro ideológico de izquierda de Portugal, es respetado por haber tejido y mantenido el acuerdo con el Bloque de Izquierda, el Partido Comunista y el Partido Verde durante los gobiernos de Costa. Fue, de hecho, secretario de Estado de Asuntos Parlamentarios, el raviol que se ocupa de eso en el Estado lusitano.

Hoy las cosas están parejas. La salida de Costa no golpeó tanto al PS, que igual cayó un poco en las encuestas y ahora pelea el primer lugar cuando antes estaba cómodo. El que viene subiendo es Chega!, la cara de extrema  derecha en el país. Eso podría generar las condiciones para que la derecha tradicional y sensata, agrupada en la coalición Alianza Democrática y liderada por el potente Partido Social Demócrata (PPD/PSD) vuelva al poder. Quién te dice, otra vez, el PS tiene que recurrir a sus aliados para seguir alquilando el Palacio de São Bento.

4. Rusia y Ucrania. Elecciones presidenciales (15 al 17 de marzo y 31 de marzo)

Parece que fuera a propósito, pero no. Este año le correspondía a ambos países celebrar la renovación de sus respectivos poderes ejecutivos. Pegaditos en fecha, además. A Ucrania le tocaba 5 años después de las del 2019, las que hicieron presidente a Volodymyr Zelenskyy. Pero no las llevará a cabo dada la vigencia de la Ley Marcial por la guerra, algo que ya ocurrió con las parlamentarias pautadas para octubre del año pasado.

Pero Rusia sí, con un montón de signos de preguntas retóricas. Son las primeras que se desarrollarán luego de la enmienda constitucional de 2020 que fue sometida a referéndum ese mismo año y que generó numerosos cuestionamientos internacionales. El cambio constitucional mantuvo el período de 6 años con posibilidad de una sola reelección inmediata, sin poder volver a presentarse para una tercera mediando un período. Esto es algo que existía antes y que le permitió a Vladimir Putin dejar a Dmitry Medvedev para que le cuide el cargo entre 2008 y 2012.

Vos dirás que es un límite republicano. Aplausos. Pero no. La enmienda de 2020 establece específicamente que no se toman en cuenta los mandatos anteriores para la contabilidad constitucional. Sin aplausos. A eso se le agrega el requisito legal para los candidatos de habitar en el país por al menos 25 años (antes eran 10) ni tener doble nacionalidad o permiso de residencia en otro al momento de la elección o en cualquier momento de su vida (uno nuevo). Todo a medida de Putin.

Por ahora han presentado formalmente sus candidaturas unos 15, mayoría de hombres. 9 corren con partidos políticos y 6 como independientes. Uno de éstos es el propio Putin. A ellos se les exige que reúnan 315.000 avales ciudadanos en al menos 40 regiones del país. Él ya las presentó todas. Todo indica que va a ganar sin problemas y que sus principales rivales en las últimas elecciones, el Partido Comunista y los ultranacionalistas de derecha del Partido Liberal Democrático de Rusia (LDRP), apenas arañarán algunos votos.

5. Corea del Sur. Elecciones parlamentarias (10 de abril)

En Corea del Sur hace años que la elección presidencial va desacoplada de la legislativa. Las primeras se celebran cada 5 años y tiene la reelección prohibida. Las segundas se desarrollan cada 4 años y forman las mayorías que definen al primer ministro, que es designado por el presidente con acuerdo de la Asamblea Nacional.

En total se renueva el total de 300 bancas que se asignan por un sistema mixto: 253 van a distrito uninominal mayoritario, 30 son asignadas de manera proporcional y 17 usando el sistema de voto paralelo. Belleza de ingeniería, a la que tal vez le dedico un poco más a futuro si me dejan. Hoy por hoy, el oficialista de derecha y conservador Partido del Poder Popular (PPP), que ganó la presidencia hace 2 años, tiene una minoría de solo 112 legisladores. Me resultó curioso que el partido sea una fusión de tantos partidos previos. Su rival de los últimos años, el Partido Democrático de Corea (DPK), controla otras 168. Son más centristas y liberales, pero también vienen de pegados del pasado. El resto se reparte entre actores menores. Hoy, la política coreana se reduce a esas dos siglas.

Estas elecciones, por otra parte, destacan por dos cuestiones. La primera es que, si bien en el sistema institucional de Corea del Sur el primer ministro que surge de una mayoría legislativa no es la cara del gobierno, sino que es el presidente, los dos deben trabajar juntos. Lo secunda en las decisiones, lleva adelante la gestión gubernamental y lo reemplaza en caso de impeachment, algo que ocurrió en 2016. La segunda es que más de 45 millones de votantes irán a las urnas en un clima de violencia política importante, con el intento de asesinato de Lee Jae-myung, líder del DPK opositor. Esto no es algo nuevo en el país, con sucesos similares en los años 2006, 2015 y 2022.

6. Unión Europea. Elecciones parlamentarias (6 al 9 de junio)

Si hay un sistema político bello es el de la Unión Europea. Por la sencilla razón de que es un sistema arriba de otros 27 sistemas. Cada uno de los países integrantes de la UE envía sus representantes al Parlamento Europeo, un recinto que se compone de 720 bancas. Los representantes son electos por los ciudadanos de cada país que, si bien se eligen en cada uno, también forman parte de partidos políticos que representan agrupaciones de espacios con identidades similares. Un entrecruzamiento de intereses nacionales y partidarios que hacen de esta institución una única.

¿Cómo funciona? Estas elecciones serán las 10° celebradas desde 1979. Y son las primeras post Brexit. El Parlamento Europeo es el órgano que fija la legislación del ámbito europeo. Los “eurodiputados” que se sientan en esas bancas, al mismo tiempo, definen el presupuesto de la UE y cómo se gasta el dinero. Más importante aún, la mayoría conformada elige al presidente o presidenta de la Comisión Europea, uno de los poderes ejecutivos de la organización. Cada miembro de la comisión oficia como si fuera un ministro nacional, con una cartera específica abocada a un tema concreto. La otra parte del poder ejecutivo es el Consejo Europeo, que integran los 27 miembros parte y representa a sus gobiernos.

La joda es que de la mayoría parlamentaria se elige a la cara de la UE, que hoy es presidida por la alemana de la CDU, Ursula von der Leyen. La comisión que lidera es parte de un acuerdo entre conservadores (EPP), socialistas (PES) y liberales (ALE). Esta mayoría tripartita es la que viene bancando a la Unión desde Cemento y hoy tiene 421 sobre 705 bancas.

¿Y por donde viene lo picante? Las encuestas hablan de que pueden crecer las fuerzas al extremo de la derecha. Justamente, las que están en contra de la institucionalidad supranacional europea. Pero acá hay una particularidad que juega a favor del status quo. Hoy por hoy, los espacios extremos están divididos en dos. Unos son los Europeos Conservadores y Reformistas (ECR), y cuentan entre sus filas a Vox (Santiago Abascal) y Fratelli d’Italia (Giorgia Meloni). Otros son los de Identidad y Democracia (ID), donde destacan Lega (Matteo Salvini) y AfD de Alemania. Mientras se mantengan como grupos separados, entonces las fuerzas pro-europeas pueden mantener la comisión. Como suele pasar, la fuerza más votada es el partido conservador EPP, con los socialistas segundos y los liberales terceros. Hoy, son éstos los que están peleando ese lugar contra ECR.

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7. México. Elecciones generales (2 de junio)

Una de las grandes latinoamericanas de este año serán las de México, que vuelve a tener elecciones presidenciales 6 años después del único mandato de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Porque, como te conté varias veces, tienen la reelección prohibida. La cita será a comienzos de junio, junto con las legislativas.

Por ahora la cosa viene así. El primer dato destacado es que México tendrá, por primera vez en su historia como país, a una presidenta. La contienda está reducida a dos contrincantes. De un lado, la oficialista y candidata del partido Morena, apoyada por sus aliados, Claudia Sheinbaum Pardo. Fue jefa de Gobierno de México DF entre 2018 y mediados de 2023, cuando renunció para obtener la nominación presidencial. Algo a lo que llegó luego de un novedoso proceso definido por Morena y sus aliados: una encuesta. Se celebró entre el 28 de agosto y el 4 de septiembre, y se anotaron para competir, además de ella, Marcelo Ebrard (canciller), Adán Augusto López (secretario de Gobernación) y otros 5 varones. Los 6 fueron invitados a participar por el comité que armó Morena a los efectos. Ganó Claudia con el 39,8% de los apoyos.

Del otro lado quedó toda la oposición. Y hablo de la bolsa que reúne a los viejos conocidos PRI, PAN y PRD. Armaron Fuerza y Corazón por México, una evolución de Va Por México, coalición que se armó para las legislativas de mitad de mandato en 2021 y otras subnacionales de 2022 y 2023. El proceso de selección de su candidata fue bastante más complejo. Cada candidato y candidata debió reunir una serie de avales para presentarse. Luego, se desarrolló un foro con todos y todas las que lo lograron. Una primera encuesta entre el 11 y el 14 de agosto pasado ofició como primer filtro. A eso se le sumaron otros 5 foros, y una segunda encuesta. Todo terminó con una votación por internet. Este conjunto de innovaciones dio ganadora a Xóchitl Gálvez, actual senadora nacional del PAN. Segunda quedó Beatriz Paredes, del PRI.

¿Encuestas? A rolete. Los primeros números dan una comodidad reconfortante al oficialismo de Morena, que compite bajo la coalición Sigamos Haciendo Historia. La ventaja gira entre 20 y 35 puntos, lo cual ubicaría a Sheinbaum en guarismos similares a los que obtuvo AMLO hace 6 años. En paralelo, se renuevan 128 senadores, 500 diputados federales y otros cargos locales. Pero ahondaré más sobre este punto en la entrega correspondiente. Tendrás que esperar hasta mitad de año.

8. Estados Unidos. Elecciones generales (5 de noviembre)

Bueno, ¡qué cierre de año que vamos a tener!  No va a ser la única elección en el año en Estados Unidos, pero sí la que reparte todo. ¿Por qué no la única? Porque en estas semanas comienza el largo proceso electoral norteamericano que implica un raid de elecciones primarias, caucus, convenciones territoriales y consulta a votantes extranjeros en el Partido Demócrata y en el Partido Republicano para definir a sus nominados presidenciales. Todo eso vas a poder tenerlo a tiro de celular si te descargas este calendario (iCal o URL) que preparé para vos. También incluye los debates presidenciales.

Y, claro, las convenciones partidarias. La de los republicanos se celebra del 15 al 18 de julio, mientras que la de los demócratas será del 19 al 22 de agosto. Suelen ser momentos coloridos y de definición política: se confirman las nominaciones que vienen palo a palo peleando por los delegados para ungirlos candidatos. Además, se definen los vices de cada partido. Habemus binomios.

No hay mucho más para agregar sobre quiénes serán los principales contendientes. Del lado de los demócratas, Joe Biden buscará la reelección. Igual, pasará por el proceso de elección primaria. Lo que, para los oficialismos, es un trámite sin competencia real ni efectiva.  Del lado de los republicanos, viene más picante la cosa. Ron De Santis, gobernador del estado de Florida, quiso capitalizar el trumpismo interno cuando se lanzó el 24 de mayo pasado. Pero se encontró con el dueño del título: Donald Trump, quien hizo lo propio de manera oficial hace unos días. Ya desde abril del año pasado que repuntó en las encuestas y no para de subir. Hoy el escenario es de una cómoda victoria para el hombre de melena frondosa y cara dura.

¿Qué cosas vienen pasando por ahora? Una importante. La Corte Suprema de Colorado bajó a Donald Trump como competidor en el estado. Algo parecido ocurrió en el estado de Maine, pero quedó abierto el proceso para una apelación. Parece que pronto la Corte Suprema del país se meterá en la mugre. De parte del oficialismo, Biden viene cascoteado en las encuestas, con alta desaprobación sobre su imagen y sobre la gestión de su gobierno. Algo que ya le pasó en las de mitad de mandato hace 2 años, pero que luego pudo recuperar gracias a la activación de la agenda de derechos con la anulación de Roe vs. Wade. En este sentido, a Biden le falta agitar el anti-trumpismo de alguna manera. Y algo para enamorar.

¿A qué tenés que prestarle atención en esta primera mitad del año? Hay algo que se llama Super Martes, que es el 5 de marzo, el día que más elecciones primarias se celebrarán en el año para ambos partidos. Cerca de un tercio de los delegados a las convenciones partidarias salen de ese día supernerdo. También dale bola al 19 de marzo, 2 semanas después, donde se definen 349 delegados más para los republicanos y algunos tantos para los demócratas. Entre esas semanas vas a ver varios muñecos que se bajan de ambos lados.

Hasta acá por hoy, che, porque tengo que ir a preparar un asado. Te hice una síntesis larga, y eso que dejé afuera a otras elecciones que seguramente tendrán lugar este año pero que aún no fueron confirmadas sus fechas. Es el caso de India (abril/marzo), Reino Unido (algún momento a finales de año, aunque el Parlamento termina su mandato en febrero de 2025), Sudáfrica (entre mayo y agosto) y Venezuela (diciembre). También me quedaron afuera Irán, donde unos 90 millones de electores elegirán cargos legislativos, Uruguay, al que le dedicaré una entrega con sus internas de junio, primera vuelta de octubre y seguro ballotage de noviembre, y otros países europeos que adoro pero cuyo interés mediático es más ínfimo.

Qué elecciones tiene América Latina en 2024 y cómo pueden cambiar una tendencia firme

Millones de latinoamericanos en 2024 serán parte de un fenómeno que se espera marque un récord histórico: el año en que más votantes asistan a las urnas alrededor del mundo.

Está previsto que seis países de América Latina celebren elecciones presidenciales durante el año nuevo, mientras otros dos tienen agendados comicios municipales.

Integran una lista de decenas de naciones que reúnen cerca de la mitad de la población mundial y preparan algún tipo de elección durante 2024, desde Estados Unidos a India, Rusia o Indonesia.

El ciclo electoral del año plantea además una pregunta especial para América Latina: ¿será el quiebre de una tendencia por la que en los últimos años casi siempre ganan opositores en la región?

El caso Bukele

Las elecciones latinoamericanas de 2024 se estrenan con los comicios generales del 4 de febrero en El Salvador, donde el presidente en uso de licencia, Nayib Bukele, buscará ser reelecto.

Nayib Bukele puede ser el primer presidente latinoamericano en 2024 que logre su reelección, aunque polémica.

Bukele es acusado por críticos de haber concentrado el poder del Estado en su figura, controlando a la Justicia y al Congreso, y de violar derechos humanos para aplastar a las pandillas que sembraban terror en el país.

Pero esa estrategia de “mano dura” contra el crimen derrumbó la altísima tasa de homicidios que tenía El Salvador y permitió recuperar el control de barrios otrora dominados por pandillas, lo que ha vuelto a Bukele uno de los presidentes más populares del mundo.

Las encuestas lo muestran ahora a él y su partido Nuevas Ideas como claro favorito para ser reelecto, con intenciones de voto superiores a 60%, mientras las de rivales suyos como Manuel Flores (FMLN) o Joel Sánchez (Arena) son de apenas un dígito.

Por eso, Bukele podría ser el primer líder latinoamericano en lograr la reelección personal o de su partido en el gobierno durante 2024, algo extraordinario en los últimos tiempos para la región.

Paradójicamente, fue con la elección del propio Bukele en 2019 que comenzó una serie de 17 triunfos de la oposición en 19 comicios presidenciales completados hasta ahora.

Las dos excepciones han sido la reelección de Daniel Ortega en Nicaragua en 2021, considerada una “farsa” en Occidente ya que sus posibles rivales fueron encarcelados, y la victoria en abril del Partido Colorado paraguayo, que sólo ha perdido una elección presidencial en 76 años.

La politóloga Victoria Murillo, directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Columbia, observa que en la región en general “la gente está descontenta con lo que tiene y vota a otro, a uno que no se parece” al que gobierna.

“Todo es una especie de cómo nos sacamos al que tenemos encima que no está haciendo las cosas que queremos”, dice Murillo a BBC Mundo. “Lo que la gente denomina ola de derecha o de izquierda, en realidad es ola de recambio”.

Sin embargo, en 2024 podría haber otras excepciones a esta regla aparte de la probable reelección de Bukele.

¿Voto histórico en México?

En América Latina también están previstas elecciones presidenciales en Panamá (5 de mayo), República Dominicana (19 de mayo), México (2 de junio), Uruguay (27 de octubre) y Venezuela (pactadas para el segundo semestre del año).

El oficialismo aparece con claras posibilidades de ganar en al menos dos de esos casos.

En México, si bien faltan cinco meses para elegir al sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador y mucho puede cambiar, las encuestas de intención de voto dan una holgada ventaja a la exjefa de gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, del partido Morena del mandatario y candidata por la coalición Seguimos Haciendo Historia.

Como su principal rival aparece Xóchitl Gálvez, una senadora en uso de licencia que contra todo pronóstico logró ser candidata de la principal coalición opositora, Frente Amplio por México, formada por los partidos tradicionales PAN, PRI y PRD.

Los analistas consideran improbable que surja una tercera opción con chances de ganar y anticipan que estos comicios podrían ser históricos si consagrasen a la primera mujer electa presidenta en la historia de México.

En las urnas se renovarán además cargos de senadores, diputados, gubernaturas y otras autoridades locales.

Por otro lado, en República Dominicana, el presidente en procura de ser reelecto, Luis Abinader, aparece como favorito con más de 50% de intenciones de voto en algunas encuestas para los comicios que lo enfrentarán al exmandatario Leonel Fernández entre otros candidatos.

Si ninguno obtuviera la mitad más uno de los votos válidos en mayo, habría una segunda vuelta entre los dos primeros el 30 de junio.

¿Alternancias en el poder?

El panorama luce más complicado para el oficialismo en Panamá y Uruguay, e incierto en Venezuela.

En el país centroamericano, tras recientes protestas masivas por un contrato minero que al final fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema panameña, el expresidente Ricardo Martinelli parece capitalizar parte del descontento con el gobierno de Laurentino Cortizo y asoma como candidato favorito según las encuestas.

Pero una condena reciente contra Martinelli a 10 años de prisión por lavado de dinero podría sacarlo de la disputa electoral si la Corte Suprema ratificara el fallo, lo cual mejoraría las posibilidades de otros candidatos como el expresidente Martín Torrijos y Ricardo Lombana contra el actual vicepresidente y postulante oficialista José Carrizo, quien no despega en las encuestas.

En Uruguay, los sondeos de intención de voto dan a la coalición de izquierda Frente Amplio una leve ventaja para recuperar el poder frente a los partidos que integran el gobierno de Luis Lacalle Pou (Partido Nacional), a quien la Constitución prohíbe la reelección inmediata.

Una de las democracias mejor calificadas de la región, Uruguay celebrará en 2024 unas elecciones presidenciales que podrían tener dos vueltas.

Pero la carrera electoral uruguaya tendrá más claridad después que los partidos nominen a sus candidatos en elecciones internas marcadas para junio.

Si ninguno lograse la mitad más uno de los votos en octubre, habría un balotaje entre los dos más votados en noviembre.

Caso de Venezuela es excepcional y sorprendente

Uno de escenarios electorales más indefinidos del año en la región lo presenta Venezuela, donde se espera que el presidente Nicolás Maduro busque ser reelecto en el cargo que ejerce desde hace más de una década, aunque la legitimidad de su segundo mandato fue cuestionada por buena parte de la comunidad tras unos comicios de 2018 en los que la oposición evitó participar por considerarlos fraudulentos.

Tras largas negociaciones, el gobierno y la oposición acordaron en octubre en Barbados celebrar elecciones durante el segundo semestre de 2024 a cambio de que se levantaran algunas sanciones internacionales a Venezuela impulsadas por Estados Unidos.

Una de las grandes interrogantes es qué ocurrirá con la candidatura de María Corina Machado, quien en octubre ganó por amplio margen las primarias de la oposición y se dispone a enfrentar al gobierno en las urnas, pero ha sido inhabilitada para ejercer cargos públicos.

En Venezuela aún hay importantes dudas –pero muchas dudas a despejar de cara a las elecciones pactadas para la segunda mitad de 2024.

Con el telón de fondo de un desmoronamiento económico que ha hecho emigrar a más de siete millones de venezolanos, las encuestas sugieren que Machado podría derrotar al socialismo chavista que lleva 24 años en el poder.

Pero los analistas dudan que las autoridades la habiliten a competir en las urnas y advierten que el asunto puede volver a tensar el clima político en un país donde las fuerzas de seguridad han reprimido con dureza protestas antigubernamentales en el pasado.

La agenda electoral de 2024 en América Latina, que incluye además comicios municipales en Brasil y Chile en octubre, modificará el mapa de poder en la región, aunque esta vez quizás menos de lo que aspiran algunos opositores.

Agencias/Noti-Imágenes

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