Por: Orlando Goncalves
No soy economista ni pretendo serlo, pero la experiencia y la historia de los pueblos me han enseñado que cuando líderes de los países tratan de hacer ajustes en lo macroeconómicos, sin prever alternativas de auxilio a los ciudadanos más desfavorecidos, estos terminan pasándola muy mal.
Este tipo de ajustes se centran en el desempeño económico, es decir, en los cambios en la producción, la inflación, las tasas de interés, los tipos de cambio y la balanza de pagos; y mientras esos “ajustes” surten efecto, ¿qué pasa con los ciudadanos humildes?, pues se enfrentan a tiempos duros, donde la sobrevivencia es la prioridad.
En una fecha sensible para muchos argentinos, 20 de diciembre, cuando se conmemoran los muertos en las protestas del 2001; hechos que llevaron a la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa, es justo cuando el presidente Milei anuncia un Decreto de Necesidad y Urgencia, llamado por la prensa “el decretazo”.
Este decreto modifica o deroga unas 300 leyes vigentes hoy y traerá cambios radicales en sectores tan diversos como el inmobiliario, el de supermercados, el turismo, la venta de automóviles, la medicina y el campo laboral, entre otros sectores, y se extenderá por un plazo de dos años y, en consecuencia, el gobierno estará habilitado para reformar por decreto numerosas leyes.
Las medidas han conllevado a una fuerte devaluación, recorte a los subsidios de servicios, alimentos, transporte y un apretado ajuste fiscal son parte de los cambios que el nuevo presidente de Argentina, Milei, busca implementar para el ‘shock’ económico que pretende el presidente.
En campaña, el presidente argentino había anunciado que: “La única forma de salir es haciendo un ajuste fiscal fenomenal…” y adicionó “… lo va a pagar la política y sus socios, no la gente. No me voy a meter con la gente, me voy a meter con la casta”, mencionó para entonces.
Sin embargo, al desregularizar abrupta de la economía, al cortar subsidios a los alimentos, a los servicios públicos y los transportes, ese 45% de los ciudadanos pobres van a enfrentar graves dificultades; esto sumado a la devaluación de la moneda en 54%, pasaron a engrosar los números de la pobreza, con lo cual, las medidas tendrán un impacto fuerte en la gente, y no en los políticos y sus socios; lo que permite concluir que el presidente Milei mintió en su campaña, siendo la gente quienes pagarán este ajuste shock.
Tan claro está el nuevo gobierno de lo que pretende hacer que antes del anuncio de “el decretazo” oficializaron el 15 de este mes el “protocolo anti piquetes”, una medida impulsada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para impedir y reprimir la protesta social que derivará del fuerte ajuste implementado por la administración de Javier Milei; decreto criticado por ONG´s defensoras de los derechos humanos, como violatoria de la Constitución y un atentado a las libertades civiles.
Es claro que la Argentina ha venido presentando crisis recurrentes que le han llevado a tener inflación interanual del 143%, y más de 44.000 millones de dólares que le adeudan al Fondo Monetario Internacional (FMI), con unas reservas internacionales casi agotadas, así que la gente votó por “el loco” que se presentó con una motosierra y como el vengador del pueblo contra las “castas”. Eso fue lo que eligieron más de 14.5 millones de argentinos.
Remembrando un folleto publicado el 19 de abril de 1954 por el gobierno peronista de entonces, aparece una cita de Juan Domingo Perón: “El pueblo no se equivoca nunca”. Frase pronunciada ante los dirigentes y delegados del movimiento peronista. La pregunta que surge es: ¿Tenía razón Perón?
En tiempos más recientes (2015) en la encíclica Evangelii Gaudium del papa Francisco, dice: “En cada nación, los habitantes desarrollan la dimensión social de sus vidas configurándose como ciudadanos responsables en el seno de un pueblo, no como masa arrastrada por las fuerzas dominantes”.
Nuevamente cabe otra pregunta: ¿Si Su Santidad tiene razón, entonces Perón también la tenía? Si ambos líderes están en lo correcto, entonces ¿el destino de la Argentina es atravesar por este trago amargo una y otra vez?
La gran lección es que, al parecer el primer gobierno liberal y libertario del mundo no ha entendido que los ajustes económicos siempre tendrán consecuencias para las personas. Hacer ajustes sobre macro cifras desde el escritorio en un computador sin tener en cuenta al ser humano es un error que puede conducir a un colapso aun mayor del país. Ojalá este equivocado.
@OrlandoGoncal
Tomado del hermano Heydiariodigital.com