Primero fueron las inmobiliarias Evergrande y Country Garden, ahora han empezado a caer bancos medianos, como el Jiangxi Bank, que se ha unido a otros 40 bancos de menor tamaño en los últimos días, y la cotización del bono chino a diez años está en mínimos hasta el punto de que ha tenido que intervenir el Banco Central del país.
Metidos de lleno en la crisis inmobiliaria, los chinos tienen ahora encima de la mesa la crisis de la banca. Se trata de entidades pequeñas rurales que sufren por los impagos inmobiliarios. En el sector han desaparecido 40 de éstos bancos en los últimos días absorbidos por nuevos prestamistas creados por el Gobierno específicamente para rescatar a estos bancos en problemas.
Uno de esos prestamistas es el Liaoning Rural Commercial Bank, que tuvo que hacerse cargo de 36 bancos rurales a la vez, se creó en septiembre pasado y desde entonces han visto la luz cinco prestamistas más. En el país hay 3.800 bancos como los 40 que han quebrado ya que tienen activos por 7,5 billones de dólares, el 13% del sistema bancario chino según un informe de The Economist.
Estas entidades llevan funcionando mal desde hace muchos años, prestando fondos a inmobiliarias y gobiernos locales que ahora sufren para devolverlos. En los últimos años estos bancos rurales han hecho público que el 40% de sus préstamos eran morosos.
El origen del problema es un desarrollo desorbitado del sector inmobiliario que genera deudas en empresas y gobiernos locales que ahora no pueden pagar. Deudas incobrables. Además, los precios de las viviendas se han desplomado y el sector está medio muerto, lo que agrava el problema
Jaira Molano CNP 25040