Cuba perdió más de un millón de personas en dos años, un sorprendente 10 por ciento de su población entre 2022 y 2023, dijo el jefe de la oficina nacional de estadísticas del país durante una sesión de la Asamblea Nacional el viernes, debido a la ola migratoria más grande en su historia.

Los datos confirmaron reportes de medios independientes cubanos que hicieron sonar la alarma sobre la migración masiva de cubanos en medio de una grave crisis económica y mayor represión gubernamental contra la disidencia en los últimos años. Según las cifras oficiales dadas a conocer por primera vez, la población de Cuba pasó de 11 millones 181 595 el 31 de diciembre de 2021, a 10 millones 55968 el 31 de diciembre de 2023.

La emigración de 1.011.269 cubanos fue el principal factor que contribuyó a una caída masiva de la población de Cuba a finales de 2023, cuando la población era similar a la de 1985, dijo Juan Carlos Alfonso Fraga, jefe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. El descenso fue impulsado también por un elevado número de muertes (405,512) y una baja tasa de natalidad, con sólo 284,892 niños nacidos en ese período, según cifras mostradas por Alfonso Fraga.

La mayoría de esos inmigrantes han llegado a Estados Unidos en lo que los expertos dicen que es la mayor ola migratoria en la historia de Cuba. Según las estadísticas de inmigración de Estados Unidos, 645,122 cubanos llegaron a Estados Unidos buscando asilo en la frontera con México y a través de un programa de parole creado por la administración de Joe Biden entre octubre de 2021 y junio de 2024.

“Tales estadísticas representan el mayor flujo migratorio en la historia de Cuba, tanto antes como después de la Revolución, mucho más numeroso que cualquiera de las oleadas migratorias anteriores desde 1959”, incluidos los Vuelos de la Libertad en las décadas de 1960 y 1970, el éxodo del Mariel en 1980 y la crisis de los balseros en 1994, dijo Jorge Duany, un experto en inmigración que dirige el Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida. “Es razonable interpretar esta fuga como una muestra del descontento generalizado con la situación económica y política de la isla”, afirmó.

“Miles de cubanos, sobre todos los más jóvenes, han perdido la fe en el futuro de su país y han optado por buscar mejor suerte fuera de este”.

Una estimación conservadora

Las cifras publicadas por el gobierno podrían ser una estimado “muy conservador” de la crisis, dijo Duany. El profesor citó un artículo reciente publicado por el Instituto de Investigaciones Cubanas escrito por Juan Carlos Albizu-Campos, profesor de la Universidad de La Habana, que estima que la población se redujo un 18 por ciento (no un 10) a 8,62 millones entre 2022 y 2023. Alfonso Fraga, el funcionario que compartió los nuevos datos, dijo que el recuento de población se calculó aplicando la nueva definición de “residencia efectiva”, que se incluye en una nueva ley de migración aprobada por la Asamblea Nacional el viernes.

El funcionario explicó que su oficina contabilizó a los cubanos que pasaron al menos 181 días en la Isla cada año calendario para llegar a la cifra de “población efectiva”. Anteriormente, el gobierno había oscurecido el alcance real de la actual crisis migratoria al contar a quienes viven en el extranjero desde 2020 como residentes en la isla. Ese año, el gobierno emitió una moratoria sobre el límite de 24 meses que a los cubanos se les permitía permanecer en el extranjero antes de perder su residencia permanente en la isla y otros derechos políticos y de propiedad.

Alfonso Fraga dijo que de los más de un millón de personas que abandonaron la isla entre 2022 y 2023, alrededor de 800,000 tenían entre 15 y 59 años, lo que, combinado con una población cada vez más anciana, impactaría significativamente la fuerza laboral, el costo de los programas de asistencia social y la sostenibilidad de la seguridad social. Agregó que la tendencia a la baja de la población se mantiene en lo que va del año y que actualmente la Isla tiene menos de 10 millones de habitantes.

Una perspectiva sombría

Fue un momento sombrío que remató una semana de sesiones de la Asamblea Nacional en las que los funcionarios compartieron datos que revelaban el alcance de la crisis económica y el fracaso de las actuales políticas gubernamentales destinadas a aumentar la producción, abordar la escasez generalizada y la infraestructura en ruinas y controlar la inflación.

En particular, la producción de alimentos se ha desplomado en el país. Alexis Rodríguez Pérez, un funcionario del Ministerio de Agricultura, dijo que el país produjo 15,200 toneladas de carne bovina el primer semestre del año. En comparación, Cuba produjo 172,300 toneladas de carne bovina en 2022, un 40% menos que las 289,100 de 1989. A la producción de carne de cerdo le fue aún peor. El país produjo apenas 3,800 toneladas en el primer semestre de este año frente a las 149,000 toneladas en todo el 2018.

Casi todos los demás sectores informaron pérdidas y objetivos de producción incumplidos. El gobierno ha culpado de la crisis al aumento de las sanciones estadounidenses, a la pandemia de COVID-19 y a los altos precios internacionales de los alimentos, el petróleo y los suministros. Sin embargo, la situación ha empeorado tanto que incluso en el entorno controlado de la Asamblea Nacional, funcionarios del gobierno y miembros del parlamento se refirieron repetidamente a los fracasos de las políticas y controles del gobierno.

Las discusiones en la Asamblea Nacional también han inquietado a muchos en Cuba porque los funcionarios no lograron mostrar planes concretos para revertir la situación económica. En todo caso, muchos temen que lo anunciado puedan empeorar las cosas.

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