Devotos de La Chinita celebran 315 años de su aparición
Esta devoción a La Chinita cumple 315 años de antigüedad y 82 años de su coronación canónica.
Al vaivén de las aguas del Lago de Maracaibo, hace 315 años, llegó al Zulia la Virgen de Chiquinquirá y llenos de júbilo hoy 18 de noviembre, sus fieles devotos celebran en la tierra del sol amada, Venezuela y en muchos países del mundo, su milagrosa aparición.
Devotos de La Chinita celebran 315 años de su aparición
Es un fervor que atrae a millones de personas a la región zuliana y que con la migración se ha esparcido por muchas latitudes. Por más de un mes la feligresía celebra las fiestas patronales con misas, procesiones, actividades culturales y eventos especiales para honrar a la virgen. Esta devoción a La Chinita cumple 315 años de antigüedad y 82 años de su coronación canónica.
El Padre Nedward Andrade, párroco de la Basílica de Chiquinquirá en Maracaibo, asegura que las fiestas siempre recogen un motivo para llevar un mensaje de catequesis, de renovación espiritual al pueblo chiquinquireño, no sólo al zuliano o marabino, sino a todo aquel que está en cualquier lugar del mundo que siente devoción hacia La Chinita.
Al respecto, recordó que este año, las fiestas patronales se desarrollan bajo el lema Chiquinquirá Camino de Esperanza y Paz. La Arquidiócesis de Maracaibo busca resaltar también los 125 años de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento del Altar.
“En su renovada imagen, María es una luz que nos guía para llegar a Jesús. Es un camino de esperanza, es un camino que nos fortalece para que en medio de las adversidades podamos conseguir la paz”, expresó el sacerdote.
Infinita devoción
Año tras año, los devotos de la Virgen de Chiquinquirá, acuden a su regazo para pedir su intercesión ante Jesús, y recibir su amor como madre protectora, renuevan su fe y le agradecen por tantas bendiciones.
Son incontables los milagros y las bendiciones que cada uno de sus hijos revela, pero para muchos el mayor milagro es la fe y la esperanza que La Chinita irradia entre su feligresía.
“Somos una familia muy unida, siempre estamos recibiendo bendiciones, tenemos el pan nuestro de cada dia, vida salud, techo y esos son muchas bendiciones que Dios nos ha dado y se lo agradezco a Dios y a la virgen que intercede ante nuestro señor”, así lo expresó desde la Basílica, una de sus fieles creyentes.
“Soy muy devota de la virgen desde pequeña, es una devoción demasiado grande y hermosa que viene de mi familia, desde mi abuela, mi madre, todas las celebraciones a su alrededor son muy bellas, muy emocionantes, tanto que no hay palabras como explicarlo porque es una alegría tan grande que tiene uno. Yo tenía un parto pesado y le pedí a la virgencita que no me dejara morir y ella me salvó, junto a Dios me devolvieron la vida porque me vi muy grave y aquí estoy, por eso vivo agradecida”, es la historia de la señora Barrios, del sector Panamericano en Maracaibo
“Espero que Dios y la china me den vida para seguir viniendo para cumplir con todas las promesas que le hago, porque siempre me aferro a ella y todo lo que le pido ella me lo cumple, desde hace más de 46 años soy su devota y hasta que tenga vida seguiré aquí”. Edicta Vergel residente del sector Sabaneta en Maracaibo.
“Yo vivo de Chile y cada vez que vengo a Maracaibo la visito, es para mi una tradición, y desde Chile también lo hago porque la costumbre zuliana de venerar a La Chinita se ha afianzado en el exterior, ya hacen procesión, misa, gaitas, hacen el amanecer, todo es bien bonito. La fe es lo que mueve montañas y con mi fe lo que le pido me lo ha concedido, yo siempre estoy con ella”. Carmen Boscan, nativa de Machiques de Perijá y actualmente reside en el exterior.
Y es que con el fenómeno de la migración, La Chinita ha trascendido fronteras, miles de venezolanos se llevaron consigo el fervor que sienten por Nuestra Señora de Chiquinquira y en la actualidad hay fiestas en su honor en España, Argentina, Chile, Perú, Estados Unidos y en muchos más.
¡Milagro! ¡Milagro!
En el año 1709, una mujer llamada María Cárdenas acababa de lavar su ropa en las orillas del Lago de Maracaibo, cuando repentinamente vio flotando una tablita de madera fina, la cual recogió pensando en que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua que tenía en el corredor de su casa.
A la mañana siguiente, 18 de noviembre, la mujer observó lo que parecía la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá en la tablita y la colgó en la pared, posteriormente escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Fue a ver lo que sucedía y quedó sobrecogida de asombro al ver que de la tablita emanaba un hermoso resplandor.
Con mucha emoción la mujer comenzó a gritar ¡Milagro! ¡Milagro!, por lo que de ahí proviene el nombre de “El Milagro” a la actual avenida junto al lago, donde estaba la casita de la lavandera. Luego de lo sucedido, numerosas personas acudieron a presenciar el prodigio que se convirtió en una de las mayores devociones de los zulianos.
Las autoridades de Maracaibo decidieron realizar una procesión en honor a La Chinita y según algunos relatos la Virgen era llevada en hombros por dos hombres elegidos por el propio Gobernador, cuando al doblar una esquina, la imagen se puso tan pesada que impidió seguir moviéndola. Finalmente, después de muchos ruegos al cielo y súplicas a la Virgen, uno de los presentes exclamó: «Tal vez la Virgen no quiera ir a la Iglesia Matriz y prefiera la de San Juan de Dios».
Según la tradición popular, luego de estas palabras la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia de la gente humilde de la capital zuliana y la imagen recuperó su peso normal. Es por esto, que desde ese día la Patrona de los zulianos protege a su pueblo desde la Basílica.
La Sagrada Reliquia
En la tablita se puede apreciar la imagen de la virgen María mirando hacia la izquierda, cubierta con un paño azul y flores doradas hasta las rodillas mientras sostiene -con el brazo izquierdo- al Niño Jesús, ambos con coronas.
La virgen está envuelta en una aureola dorada, de pie sobre una luna del mismo color. La reliquia tenía adherida algunas piezas de oro que fueron retiradas en 1994 para conservar la tablita, que, se cree, fue pintada a principios del siglo XVII.
Solemne Eucaristía
Para celebrar su día, se llevará a cabo en la plazoleta de la Basílica Santuario de Chiquinquirá, la solemne Eucaristía a partir de las 5 de la tarde y en la que se espera asistan miles de devotos.
Hace 315 años llegó La Chinita al Zulia
Un 18 de noviembre se apareció a las orillas del Lago para quedarse por siempre desde su anuncio en la calle “El Milagro”, en una humilde vivienda.
Con el mensaje de la esperanza y la paz impregnando los hogares, este 18 de noviembre la región zuliana celebra a su santa patrona, la Virgen de Chiquinquirá. Tres hitos religiosos son recordados en la fecha que une, en un solo corazón, a todo el estado Zulia: los 125 años de la Consagración al Santísimo Sacramento, los 82 años de la coronación de la Virgen y los 315 años de su aparición a las orillas del Lago de Maracaibo.
Marcando el repique de las campanas y las tamboras gaiteras, el padre Nedward Andrade, párroco rector de la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, recordó que la “Chiquinquirá es el camino de esperanza y paz, y con ella celebramos 125 años de la consagración de Venezuela ante el Santísimo Sacramento del altar, 82 años de la coronación de la imagen sagrada de La Chinita y los 315 años de su aparición a las orillas del primer servidor de María: el Lago de Maracaibo; con ella vamos unidos en la fe, siendo capaces de construir un mundo más justo y fraterno”.
De Colombia al Coquivacoa. Las historias que rodean a La Chinita, entrelazan lo real y lo divino. Los investigadores Lenín López y Diego y Rutilio Ortega, en un estudio auspiciado por la Arquidiócesis de Maracaibo, titulado Virgen de Chiquinquirá, madre y reina de los zulianos, no escatiman elogios y virtudes en torno a lo que representa La Chinita. “Es una luz encendida. La última esperanza para los caídos y el último grito para los desesperados”, diría Rutilio Ortega en noviembre del 2005.
De cómo llegó la tablita a las orillas del Lago de Maracaibo, es un misterio divino; pero sorprenden las similitudes que envuelven el milagro ocurrido en Colombia y el acaecido en Maracaibo, 122 años y 36 días después.
Los milagros.
El Museo Colonial de Colombia, en Bogotá, describe los hechos que rodean a la también patrona del país vecino: “La milagrosa imagen de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, fue realizada por encargo del español Antonio de Santana, encomendero de Suta, población que para el siglo XVI se encontraba bajo el dominio espiritual de la orden Dominica. El pintor designado para esta tarea fue Alonso de Narváez, quien en 1562 plasmó al temple, sobre una manta de algodón, la figura de la Virgen del Rosario, acompañada de san Antonio de Padua y de san Andrés, describe.
“El paso del tiempo y las condiciones climáticas, se encargaron de oscurecer esta imagen, razón por la cual fue abandonada en la población de Chiquinquirá. Sin embargo, la andaluza María Ramos encontró la maltrecha pintura y adornó con ella el templo de dicho lugar. Esta mujer oraba fervorosamente frente al lienzo, pidiendo que la Virgen se manifestara. Cuenta la leyenda que, atendiendo estas súplicas, el 26 de diciembre de 1586 la pintura se renovó y levitó, mientras emitía resplandores”, agregó
Transcurrieron 122 años y 36 días para que el milagro casi se repitiera, pero a las orillas del Lago de Maracaibo.
El padre Nedward Andrade relata: “La historia cuenta que el 18 de noviembre de 1709, apareció flotando en las aguas del Lago un trozo de madera fina que fue recogida por una lavandera a las orillas del Lago de Maracaibo. La elegida, a decir de nuestros queridos gaiteros, hijos amantísimos de La Chinita, descubrió rasgos de una figura religiosa. La colgó en la pared de la sala de la casa de la señora María Cárdenas, quien luego, orando, escuchó golpes y vio destellos de luz que emanaban de la tablita, se acercó y observó en ella la imagen de la Virgen, junto con san Andrés y san Antonio, y al grito de: “¡Milagro!”, comenzó la devoción por Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá: La Chinita”.
Aún hoy en Maracaibo, se recuerda la apoteosis que envolvió la coronación de la Chiquinquirá. “Fue el presbítero Antonio María Soto, párroco de Chiquinquirá, quien gestionó y obtuvo de S S el papa Benedicto XV, el 16 de julio de 1917, un Breve Pontificio, ordenando la coronación canónica de la sagrada imagen”, recordó.
La orden papal se cumplió solemnemente el 18 de noviembre de 1942, con la asistencia del entonces presidente de la República, Isaías Medina Angarita; el nuncio apostólico; autoridades civiles y religiosas; y 20.000 peregrinos de todo el país. Más de 100.000 personas abarrotaron el terreno dispuesto en La Ciega, donde hoy se encuentra la Facultad Experimental de Artes de la Universidad del Zulia.
Las crónicas periodísticas del 19 de noviembre cuentan que bajo los acordes del himno compuesto por la poetisa Graciela Rincón Calcaño, con música de Adolfo De Pool; el obispo Marco Sergio Godoy coronó a la Virgen y fue el doctor Héctor Cuenca, ministro de Trabajo y Comunicaciones para la ocasión, quien pronunciaría el discurso de orden, cerrando con el vuelo final de cientos de palomas pintadas de amarillo, azul y rojo, diciéndole a los cielos del mundo que la Virgen de Chiquinquirá, a partir de ese instante, era también venezolana.
Compendio Noti/Imágenes
Síguenos en:
Instagram como: elpregon.news
Facebook: El Pregón Venezolano
Telegram: el pregon.news
Y en “X”: @DiarioElPregón