Muchos emprendedores venezolanos dispersos en todo el mundo están llevando adelante negocios tecnológicos y escalables, que generan empleos en los países en los que radican
Un estudio conjunto de la UCAB y el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) –publicado en 2024– revela que 4,7 millones de venezolanos están emprendiendo, impulsados principalmente por la necesidad de ganarse la vida. Foto: Pixabay
Carlos García Ottati es el epítome de los emprendedores venezolanos que en el extranjero han logrado éxito. El egresado de Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) en Caracas, llegó a México en 2014 para trabajar en Linio, uno de los primeros marketplaces online en Latinoamérica. Venía de pasar dos años en la consultora McKinsey & Company y de formar parte del equipo de Amazon en Reino Unido. En 2017 fundó Kavak, una plataforma de compraventa de autos seminuevos que, por muchos años, fue la startup tecnológica mejor valorada por los inversionistas de capital de riesgo en Latinoamérica.
“Ser extranjeros fue lo que nos hizo emprender este negocio, si no tienes conocidos, vender o comprar un carro es un proceso muy complejo”, dijo Loreanne García Ottati, hermana de Carlos y cofundadora de Kavak, a la revista Entrepreneur en español en 2017. Cuando Carlos García llegó a México quería vender su auto, pero la falta de amigos mexicanos le dificultó el proceso. Ese fue un momento eureka para construir un negocio millonario.
En México, Kavak fue la primera empresa unicornio (que en el argot de las startups es una compañía valuada en más de mil millones de dólares). Lleva este nombre en honor a una cueva al lado de una cascada en el Parque Nacional Canaima. La startup, creada por los hermanos García Ottati y Roger Laughlin, también venezolano, ha dado cientos de empleos en todo Latinoamérica (muchos de ellos a venezolanos migrantes) y Medio Oriente, donde se expandió en 2022.
Este es sólo un ejemplo de emprendedores venezolanos, dispersos en todo el mundo, que están llevando adelante negocios tecnológicos y escalables, que generan empleos en los países en los que radican.
¿En qué trabajan los emprendedores venezolanos?
Un estudio conjunto de la UCAB y el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) –publicado en 2024– revela que 4,7 millones de venezolanos están emprendiendo, impulsados principalmente por la necesidad de ganarse la vida. Dentro de Venezuela la tasa de actividad emprendedora aumentó desde el año 2023, aunque la mayoría de los emprendimientos tienen un bajo nivel tecnológico.
Fuera del país, los emprendedores venezolanos también van en aumento. En el mundo hay 7,7 millones de migrantes y refugiados venezolanos, según un estudio realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de 2024. De esa cifra, 6,6 millones viven en América Latina y el Caribe.
Según el estudio, en Colombia los migrantes y refugiados venezolanos generaron un impacto económico en ese país equivalente a 529,1 millones de dólares en 2022. Y en Panamá, los venezolanos han invertido más de 1.800 millones de dólares en la última década, creando unos 40.000 puestos de trabajo aproximadamente, 70% de los cuales fueron cubiertos por panameños.
México también se ha vuelto tierra fértil para los emprendedores venezolanos, sobre todo en la industria de la tecnología. Además de los fundadores de Kavak, en México se han establecido Manuel J. Godoy que, junto con el mexicano Bernardo García, fundó Félix Pago, una plataforma para enviar remesas desde Estados Unidos a Latinoamérica que ha recaudado 99,5 millones de dólares en capital de riesgo.
Por su parte, los hermanos Gabriel y Oswaldo Monroy, fundadores de la startup de gestión de cobros, Colektia, se llevaron esta idea de negocio de Venezuela a Chile donde construyeron la empresa y la vieron crecer lo suficiente como para llegar a México en 2021, donde ya tiene clientes como Rappi, Claro y Nu. Colektia ha recaudado más de 9 millones de dólares de inversionistas de riesgo chilenos y mexicanos entre los que se encuentran Angel Ventures y Nazca.
De Venezuela para América Latina
Nacido en Caracas y residente de Maracay, en Valencia, Gabriel Monroy emprendió desde que tenía 22 años con un e-commerce de productos de tecnología. Luego de 8 años con el negocio decidió probar suerte en el extranjero cuando la hiperinflación de Venezuela comenzó a dificultar la importación de artículos electrónicos.
La hiperinflación también perjudicó el tema de cobranza en el e-commerce. “Perdimos mucho capital durante los últimos meses de la empresa; de un día para otro tu dinero valía la mitad y al otro día no valía nada”, dijo Gabriel Monroy en entrevista.
Al investigar sobre el tema de cobranza, Gabriel y su hermano Oswaldo se dieron cuenta de que era una industria que no había cambiado prácticamente nada en los últimos 20 años. Entonces decidieron crear una solución. Así, el proyecto de Colektia nació en Venezuela como idea y como primer prototipo, pero fue en Chile, en 2018, cuando la idea se convirtió en una startup.
La situación en Venezuela los limitaba para emprender en la industria de tecnología financiera (fintech). “Veíamos que afuera, en otros países, es donde se estaban dando esas oportunidades”, recuerda Monroy. “Fuimos seleccionados por Startup Chile, que es una incubadora del gobierno chileno para traer talento de todos lados del mundo para que vayan a desarrollar sus ideas de negocio a Chile”, recalca Monroy. En dicho país pasaron por un proceso de incubación y les dieron capital semilla. El primer inversionista y el cliente de Colektia fueron chilenos.
Después de dos años y medio Gabriel y Oswaldo llevaron Colektia a México, donde vieron una gran oportunidad de mercado. Actualmente 60% de sus ingresos provienen de este país y ahí están sus oficinas centrales.
Hoy Colektia tiene operaciones también en Colombia y Perú, y tiene clientes de Centroamérica incluso de Venezuela. “Hace 7 años cuando hablábamos de inteligencia artificial y cobranza, no era fácil en ningún sitio, quizás era muy temprano. Hoy día es obvio el potencial”, afirma. El último año duplicó su tamaño. Hoy el equipo ya ronda las 400 personas.
Monroy considera que esa resiliencia que caracteriza a los venezolanos les ayudó a que su empresa creciera en otros países en los cuales, aunque se habla el mismo idioma, hay diferencias culturales que influyen en la forma de hacer negocios. Hoy Colektia tiene la ambición de cerrar el 2025 con cerca de 120 clientes en todos sus mercados, Monroy confía en que en los próximos 24 meses habrá una adopción muy violenta de este tipo de herramientas.
Viviendo el sueño americano
Originario de Chacao, Alejandro Planas, fundador y CEO de Escala 24×7, también sabe lo que significa emprender dentro y fuera de Venezuela. En 1999, después de una estancia laboral en San Diego, California, regresó a Caracas para montar la primera franquicia de la cadena de farmacias Locatel.
En 2008 Planas volvió a Estados Unidos como parte del equipo de Locatel. “Me mudé con transferencia ejecutiva, entonces realmente fue una historia, una mudanza muy simple porque además sé hablar inglés desde niño”, comparte. En Locatel era director de tecnología, desde donde identificó la necesidad de soluciones en la nube, que estaban en ese momento aún incipientes.
Cuatro años después, en el 2012, decidió fundar en Estados Unidos, Escala 24×7, una empresa que brinda soluciones en la nube basadas en Amazon Web Services para el mercado latinoamericano. Planas recuerda que abrió la empresa de manera sencilla a través de internet. El problema era que en ese entonces no existía la demanda que existe ahora. La empresa empezó a tener tracción hasta el 2018.
Después de 6 años, la empresa empezó a crecer aceleradamente y abriendo operaciones en Colombia, México, Argentina, y en todos los países de Centroamérica. Hoy tiene presencia en 19 países. A diferencia de en Estados Unidos, abrir una empresa en algunos de los países de Latinoamérica resultó muy complejo, fue un proceso largo y con mucha burocracia, asegura.
“Nuestro primer cliente relevante fue un cliente en México”, recuerda Planas. Hoy en día cuenta con más de 400 clientes, la mayoría de los cuales están orientados a los servicios financieros. Escala 24×7 tiene 300 empleados de todos los países, que se distinguen por una cultura de colaboración entre equipos propia de los latinoamericanos.
Planas reconoce que la situación inestable en Venezuela le inspiró a que su negocio no debe depender de un solo país. “Ningún cliente o ningún país representa más del 8% de las ventas. Entonces, eso nos hace muy estables y económicamente muy sólidos”, detalla.
Pese a ser venezolano y tener algunos contactos de empresarios en el país, Planas prefirió no recurrir a ellos y los primeros clientes venezolanos de Escala 24×7 llegaron en 2019.
El siguiente gran paso por Sudamérica es la llegada de Escala 24×7 a Brasil, a través de la empresa de software y datos brasileña, Stefanini Group, que adquirió el 60% de sus activos. Con la entrada a Brasil, Planas estima que Escala 24×7 tendrá ventas cercanas a los 100 millones de dólares para el 2025 y un crecimiento de 10X.
Emprender en España
A los 27 años, el caraqueño Christian Struve, decidió emprender nuevos proyectos y buscar oportunidades internacionales. Era finales de 2010, un momento en donde emigrar aún no era una necesidad como llegó a ser después para muchos venezolanos. “En mi caso, la decisión fue principalmente impulsada por mi primer emprendimiento, que comenzó a crecer rápidamente y atraer cada vez más clientes fuera de Venezuela”, dijo en entrevista.
Fuera de su país y tras vivir en diferentes países, el principal reto para Struve ha sido adaptarse a las diferentes culturas, costumbres y a la manera de negociar. “También tuve que aprender rápidamente sobre aspectos regulatorios, fiscales y laborales, muy diferentes a lo que estaba acostumbrado”, comparte.
Fracttal nace en Chile en el 2015 dentro de un programa de emprendimiento y en 2018 trasladaron su sede principal a Madrid, España. En una experiencia previa, Struve identificó que las empresas todavía gestionaban sus procesos de mantenimiento con sistemas obsoletos, rígidos y difíciles de usar.
“Nos dimos cuenta de que había una gran oportunidad para crear una solución moderna, móvil, inteligente y conectada, capaz de transformar radicalmente la gestión de activos y mantenimiento. Con esa visión en mente lanzamos Fracttal, apostando desde el inicio por integrar software, IoT (internet de las cosas) e inteligencia artificial para ofrecer una plataforma potente, intuitiva y accesible desde cualquier lugar”, describe.
Struve afirma que Fracttal ha tenido un crecimiento constante y sostenido desde sus inicios: “Al principio éramos un equipo pequeño enfocado en validar nuestra solución en el mercado local, pero rápidamente comenzamos a expandirnos tanto regional como internacionalmente”. Hoy Fracttal tiene más de 40,000 usuarios en todo el mundo y opera desde sus oficinas en España, México, Brasil, Chile y Colombia.
“Ha sido un camino lleno de aprendizaje constante, que nos ha permitido evolucionar desde una pequeña startup hasta convertirnos en una compañía tecnológica global que sigue creciendo año tras año”, asegura Struve.
Pese a que el equipo de Fracttal es multicultural, compuesto por personas de muchas nacionalidades, el sello venezolano ha estado presente desde los inicios. El emprendedor asegura que esa calidez humana, optimismo y cercanía que caracteriza a la cultura venezolana siguen siendo aspectos fundamentales y diferenciadores que identifican claramente a Fracttal.
“Cuando fundamos la empresa, gran parte del equipo inicial éramos venezolanos, y eso marcó profundamente nuestra cultura organizacional desde el primer día. Incluso ahora, operando en múltiples países y aplicando procesos de selección altamente exigentes, muchas veces terminamos contratando talento venezolano por encima del local, debido a su nivel profesional, su capacidad única de adaptación, creatividad y resiliencia”, comparte.
Struve reconoce que emprender siempre es un desafío, independientemente del lugar. “Aunque dicen que ‘nadie es profeta en su tierra’, hacerlo como extranjero implica complejidades adicionales: al inicio no cuentas con una red de contactos consolidada, debes adaptarte rápidamente a dinámicas culturales y empresariales diferentes, y generalmente empiezas con menos información sobre cómo funciona realmente el mercado local”.
Paradójicamente ser extranjero también puede ser una ventaja competitiva. “Como venezolanos viviendo en el exterior tenemos la ventaja de observar los mercados con otra perspectiva, identificando oportunidades únicas que quizás otros no notan con nuestra resiliencia, creatividad y optimismo”, finaliza Struve.
Por Yanin Alfaro López, reportera de startups y tecnología, periodista empresarial. Especial para El Nacional.
Tomado de El Nacional – Noti/Imágenes
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