El “coco no está en las maquinitas ni en captahuellas o identificación biométrica”. Garantizar la “traza de papel” evitaría que el CNE altere resultados electorales o se apropie de la “data”
Mario Torres, ingeniero electrónico con experiencia en auditorías, detalla la fórmula para asegurar la transparencia en primarias opositoras y presidenciales de 2024. Auditorías técnicas y rol de los testigos, fundamentales.
El experto ingeniero conocedor de sistemas electorales electrónicos llama a la oposición a trabajar unida en el entrenamiento de los testigos y completar y difundir todas las actividades de auditoría técnica.
«Con votos es posible realizar unas primarias justas entre los precandidatos, y definitivamente es posible vencer al régimen utilizando este mismo sistema”. La aseveración pertenece a Mario Torre, ingeniero electrónico con maestría en Ingeniería de Sistemas y conocedor del sistema electoral venezolano.
Desde 2005, Torre formó como parte de un grupo de profesionales en una organización técnica, no partidista, denominada GST, designada por los partidos políticos de la alternativa democrática. Esta organización participó en las auditorías técnicas de todas las elecciones locales, regionales y nacionales en Venezuela desde las elecciones parlamentarias desde entonces.
Como parte del órgano técnico, Mario tuvo la oportunidad de auditar y evaluar el sistema de voto automatizado utilizado por el CNE en todas estas ocasiones. “En cada elección, debo informar, se realizan un total de 12 auditorías distintas, en las que incluyen los equipos, programas, datos, configuración y producción utilizados por el sistema”, precisa.
En un artículo de opinión titulado: ¿Cómo dejar de temer en el sistema de voto automatizado y utilizarlo para el beneficio de la alternativa democrática?, detalla, a manera de carta de navegación, lo que debe hacer la oposición para reducir un potencial fraude. Lo primero es velar porque el proceso de auditoría cumpla con los debidos protocolos.
“Conocemos bien el sistema, sus componentes, limitaciones y fortalezas”, adelanta. Torre afirma que tiene claridad de que el CNE es una institución “controlada por el régimen” e “instruida para proporcionar el máximo daño posible a la alternativa democrática”. Además, asegura estar consciente de que el sistema incluye componentes que buscan sembrar dudas a los electores y sembrar desconfianza en los sectores del electorado que adversan al gobierno.
Sin embargo, amplía el experto, desde el punto de vista técnico operativo, el Sistema de Voto Automatizado, parte del proceso, en Venezuela siempre ha funcionado correctamente en las ocasiones en que ha sido auditado.
El miembro del GST reconoce que el Sistema Electoral está viciado y políticamente controlado por el gobierno, pero no así el Sistema de Voto Automatizado, que en su experiencia ha funcionado correctamente en todos los eventos en donde se ha completado satisfactoriamente el proceso de auditoría técnica.
Proceso clave
Torre, sin embargo, añade que el sistema de Voto Electrónico ofrece facilidades de confirmar su funcionamiento (o descubrir fraude si este ocurre) a través de lo que denomina “la traza de papel”. Y, como ejemplo, menciona los casos de las elecciones regionales en Barinas 2021 y en Bolívar 2017, que demuestran, en su opinión, que el fraude puede ser rápidamente detectado, como sucedió en ambos casos.
“En vez de estar quejándonos por las denuncias infundadas de manipulación de los votos por el sistema, o de la siembra de dudas tanto por parte del régimen como también de partidos y personalidades de la alternativa democrática”, las fuerzas democráticas deberían, insiste, en enfocarse en cómo utilizar este sistema de voto automatizado a su favor para garantizar la victoria de la alternativa democrática.
Y así se enfoca en “la traza de papel”.
Explica que el sistema de voto automatizado deja una clara traza de papel. Y recalca: “En primer lugar, el elector vota, la máquina imprime el comprobante de voto, y puede constatar que este comprobante tiene impreso el nombre del candidato y organización que él o ella escogió. Este es el primer paso de verificación. Luego el elector deposita este comprobante en la urna”.
Al cerrar la mesa, indica, la máquina de votación imprime el acta de escrutinio de esa mesa. “Esta acta se imprime antes de que la máquina transmita los datos al Sistema de Totalización del CNE. Luego se imprimen múltiples copias a todos los testigos presentes, quienes deben comprobar que las actas son copia fidedigna de la primera acta original que fue impresa por el sistema”, completa.
Para el ingeniero graduado en la Universidad Simón Bolívar, cada acta de votación impresa tiene un código QR que resume los datos impresos en el acta. “Los testigos pueden utilizar este código QR, con el uso de un teléfono inteligente, para transmitir estos resultados a los de cómputo de su organización respectiva”, comenta.
Sin evidencia de fraude
Según Torre, el reglamento del CNE permite la selección de 54% de las urnas, seleccionadas aleatoriamente, para su apertura, y contar los comprobantes de votación para compararlo con el resultado del acta que fue anteriormente impresa. “En todas las elecciones con participación de la alternativa democrática, en la que se ha hecho este conteo, jamás se ha encontrado evidencia significativa, a lo sumo un voto en muy pocas mesas y, en la mayoría de los casos, porque el elector destruyó o se robó la papeleta”, reafirma.
En su opinión, con presencia de testigos en todas las mesas y utilizando los códigos QR en las actas, las organizaciones pueden rápidamente conocer el resultado de la elección antes de que el CNE lo publique. “Cualquier leve discrepancia entre los resultados leídos por el CNE y los conteos internos puede ser detectado rápidamente como de hecho ha sucedido en las ocasiones mencionadas anteriormente. En el caso de las regionales de Bolívar 2017, el fraude se pudo haber evitado si, después de la impresión de actas, los testigos se hubiesen asegurado de su transmisión al Sistema de Totalización”.
Los auditores técnicos, explica el experto, al culminar el evento electoral, seleccionan un total de aproximadamente 200 máquinas de votación a nivel nacional en forma aleatoria que junto con sus respectivas urnas, son llevadas posteriormente a un galpón para realizar una auditoría adicional. “Se auditan las máquinas, se abren las urnas y se cuentan todos los votos, cotejándolo con el resultado del acta correspondiente. En todas las elecciones, jamás se ha encontrado discrepancia alguna entre el conteo de votos y el resultado del acta correspondiente”, garantiza.
Mario Torre resalta una consideración importante. A su juicio en el sistema de voto automatizado, el sistema resguarda que el voto del elector sea transferido desde la máquina hasta el Sistema de totalización del CNE. “En el caso de voto manual, esta garantía se pierde. En un sistema de voto manual no hay forma de garantizar que el voto de un elector efectivamente llegue al conteo final. Esta es una realidad que hay que tomar mucho en cuenta”.
Y concluye con que, si las organizaciones políticas, en forma unitaria aseguran que las auditorías técnicas se realicen minuciosamente y preparan a todos los testigos para garantizar la traza de papel, no hay manera de que el gobierno pueda alterar el resultado electoral. “Esto se demostró contundentemente en las elecciones parlamentarias de 2015, en la que la alternativa democrática venció al régimen con este mismo sistema de voto automatizado”.
Su llamado es a organizarse, prepararse para las primarias del 22 de octubre de 2023, entrenar a los testigos y completar y difundir las actividades de auditoría técnica, a fin de vencer el miedo al sistema de voto automatizado”.
«El problema mayor no son las maquinas ni el sistema electrónico, el asunto está en la confiabilidad de los miembros y los testigos de mesa», concluyó
Agencias/Sala de Redacción, Lcda. Jessica Urribarri CNP 19925
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