En otro capítulo de la historia de desamor entre los magnates, el originario de Sudáfrica dijo que prefiere abstenerse de responderle al presidente. «Cualquier comentario o decisión podría afectar a la sociedad, a la economía y a la política, por solo mencionar poco»

Luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugiriera que va a “revisar” la posibilidad de deportar a su ex socio, el magnate Elon Musk, el CEO de Tesla asomó la posibilidad de aumentar el drama del “toma y dame” que ambos sostienen desde que Musk salió del gobierno republicano.

“Tan tentador escalar esto. Tan, tan tentador. Pero me abstendré por ahora”, escribió Musk en su cuenta de la red social de su propiedad, X.

La amenaza de Trump se produjo luego de que el empresario renovara sus críticas al megaproyecto de impuestos y gasto público que el mandatario ha convertido en pilar central de su agenda legislativa.

En declaraciones a la prensa este martes, antes de partir de la Casa Blanca rumbo a Florida para visitar un centro de detención de inmigrantes, el presidente fue consultado sobre si Elon Musk, ciudadano estadounidense naturalizado y originario de Sudáfrica, podría ser deportado en represalia por sus críticas al megaproyecto de ley fiscal y económica, que actualmente se debate en el Senado.

“No lo sé. Tendremos que evaluarlo”.

Luego añadió que su gobierno podría incluso delegar en el propio Musk el control del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una cuasi agencia que él mismo lideró en el pasado.

Al seguir criticando el proyecto en cuestión promovido por Trump, Musk se preguntó cómo se supone que EEUU llegará a Marte si “entra en bancarrota ‘de facto’”. De igual modo, cuestionó de qué sirve que el DOGE ahorre 160.000 millones de dólares “cuando este proyecto de ley aumenta el techo de la deuda en 5 billones de dólares”. “Es una burla al trabajo”, manifestó.

Elon Musk pasó los primeros meses del segundo mandato presidencial como empleado especial no remunerado del gobierno, al frente de lo que inicialmente se presentó como un programa de reducción de costes.

Desde su regreso al sector privado, Elon Musk se convirtió en un crítico declarado del paquete de gastos partidista que Trump ha promovido como mecanismo para financiar su agenda antiinmigración y otras prioridades del Partido Republicano, sin recurrir al proceso regular de asignaciones presupuestarias, que normalmente requeriría apoyo bipartidista, especialmente en el Senado.

Lcda. Amarilis Romero S. CNP 12267 – Noti/Imágenes

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