De Inés Laredo…
Su paso por la Tierra del Sol Amada resultó de suma importancia para la talentosa juventud del Zulia que estaba estudiando artes dramáticas. La profesora Inés Laredo (+) enseñó buen teatro que aprendió en su país de origen, Chile, donde la influencia europea era muy arraigada
Sus pies han pisado distintas texturas de superficies en teatros durante el transcurso de décadas en lo que ha sido su pasión de vida, su mundo. A los seis años de edad en la arena del patio de su casa ya dirigía a sus hermanas y amiguitas, representando la historia de «La Cenicienta» o de «Tío Tigre y Tío Conejo»,
Vivencias que con el paso del tiempo maduraron su carácter actoral en cualquier escenario de la función drama, tragedia, comedia o el melodrama. En el hogar marabino donde vino al mundo en 1.949 fortaleció su talento, disciplina y responsabilidad a través de la educación y el ejemplo recibido de sus padres, Elia de Jesús Fernández (+) y Víctor Jiménez (+).
No obstante, su interés por el teatro no nació de ese linaje, sino que esa destreza fue algo que ella no duda en calificar de un rasgo del ADN, innato que creció en su ser a través de la lectura de cuentos, leyendas y relatos de aventuras que escuchaba de su padre a quien, cariñosamente, le decían «Chinito».
En la hamaca donde oía cada noche atenta la narrativa de su papá de origen guajiro, despertó en ella la curiosidad, deseo y la disposición por transmitir la ficción o la realidad en futuras obras teatrales que en años posteriores emergieron en su cabeza.
Eso poco a poco moldeó y formó su personalidad en el arte escénico, cual expresión de interacción entre la gente que a ella la llevaría a ser una destacada referencia en el mundo cultural del Zulia, Venezuela y más allá de nuestras fronteras.
Jazmina Jiménez es la protagonista de esta primera entrega de la crónica Gente Que Hace Grande la Historia del Zulia . Hoy su edad quizá no le permite la agilidad de años anteriores, pero esa realidad motriz no la aleja de «moverse entre tablas» en cualquier espacio teatral, cuando su experiencia, consejo o consulta le es requerida y asiste a encuentros, reuniones o atiende a grupos de teatro interesados en escucharla.
Amiga de la vida
Un soporte extraordinario en su madurez como actriz de la escena, Jazmina Jiménez la obtuvo a partir de conocer a la maestra Inés Laredo (+), insigne educadora nacida en Chile que vivió en Maracaibo, desde 1.948 a 2.019, adonde llegó casada con el pintor marabino, Añez Urrutia (+) y de cuya unión nació Barner, único hijo venezolano.
La profesora Laredo enseñó en el estado Zulia buen teatro que aprendió en su país de origen, donde la influencia europea era muy arraigada. Su paso por la Tierra del Sol Amada resultó de suma importancia para la talentosa juventud del Zulia que estaba estudiando artes dramáticas.
Ser su alumna, aprender de ella y convertirse en su amiga, significó un privilegio, una oportunidad única que La Virgen Chinita del Rosario, le colocó en el camino a Jazmina Jiménez durante su formación profesional.
En homenaje a esa gran chilena es creada en Maracaibo la prestigiosa institución que lleva su nombre «Escuela de Teatro Inés Laredo», adscrita a la Secretaría de Cultura, que años después, en la década de 1980, a Jazmina Jiménez, le correspondería ser su segunda directora, sustituyendo a Isaías Fulcado (+), colega y excelente amigo de grata recordación en el gremio periodístico.
Un trabajo sin descanso
Jazmina Jiménez ha sido una mujer batalladora, guerrera y luchadora en defensa de las artes escénicas en Venezuela y el estado Zulia, donde han sido formadas figuras relevantes, excelentes y de renombre que le han dado mucha satisfacción a nuestro país en escenarios internacionales.
Es la segunda de ocho hermanos, entre ellos, Edhin (+), Mirian (+), Ivonet, Víctor, Octavio (+), Brenda y María. Estuvo casada con el maestro Clemente Izaguirre (+). Esa unión trajo al mundo a Ilya y Jenny Lind. El, es productor de teatro y ella actriz y productora. Ambos les han traído a seis nietos y un bisnieto.
Es catalogada entre una de las creadoras más importantes del movimiento cultural y teatral de Venezuela y el Zulia. Es una artista integral formada y preparada en la docencia, dirección teatral, dramaturgia, además de promotora y productora. Es egresada de la escuela de Artes Escénicas de la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia desde 1.968.
En su larga travesía en el ámbito cultural se ha nutrido de conocimientos en gerencia y en la formación de las artes escénicas. Ello le permitió ofrecer valiosos aportes a la «Escuela de Teatro Inés Laredo» que dirigió durante 11 años, desde 1.984 a 1.995.
Fundó con Maite Pascual el grupo de «Títeres La Petaca» en San Francisco en 1.972; el grupo «Tachón» del Colegio Universitario de Maracaibo, CUM, en 1.970 y el grupo de teatro «Mampara». Dice que su apego al teatro la llevó a recorrer a toda Venezuela con su trabajo escénico que incluyó a México, Colombia, Panamá y Argentina.
Su amplia y meritoria trayectoria ha hecho posible que en vida reciba el justo reconocimiento público a su dilatada, apasionada, dedicada y constante trabajo que engrandece a las artes escénicas venezolanas. Tiene asignado un espacio especial en el privilegiado «Paseo de las Estrellas del Teatro Baralt», desde junio de 2.024.
Son demasiados sus reconocimientos y poco espacio el de esta crónica para describir sus aportes a la tierra donde nació que la califica entre la Gente Que Hace Grande la Historia del Zulia.
«La vida es teatro»…
Durante la entrevista, –su memoria–, por momentos la transportó a sus tiempos de la niñez en un viaje lleno de recuerdos, anécdotas y reminiscencias donde le contó al periodista sus primeros pasos en un mundo entre la fantasía y la realidad.
Willian Shakespeare dijo que la «La Vida es Teatro» frase que refiere al actuar «como a la forma de vivir de hombres y mujeres en donde cada quien es protagonista de su propia historia». En ella y otros profesionales del teatro venezolano está reflejada esta frase de ese poeta, actor y dramaturgo inglés del Siglo XVI.
«Siempre», dice, «yo participaba en los actos culturales en mi colegio Ana María Alejandrina al lado del Hospital Central donde comencé y terminé la primaria. Era un colegio público donde impartían una educación sólida y de primera. Después pasé por el Udón Pérez, Yépez y la Escuela Técnica Industrial femenina cuando quedaba en Haticos Por Arriba».
-¿Logró en la escuela técnica lo que buscaba?.
«No, no conseguí asidero en la formación tradicional y por eso busqué la técnica femenina que me dio algunas herramientas, pero fue en 1.966 cuando conseguí mi razon de vida.
«A los dieciséis años entré a la escuela de teatro de la Universidad del Zulia. A partir de ese momento supe que esa era mi alegría y madurez como adolescente. Nunca busqué nada más que el conocimiento del teatro, su relación política con la sociedad y todo aquello que me permitiera formarme en libertad».
Escuchar la vehemencia en las palabras en Jazmina Jiménez, –observar su concentración y mirada– es como transportarse con ella en un viaje imaginario como invitado, cuando afirma que «ese fue mi sueño, mi pasión y mi vida. Me dediqué a eso».
-¿Encontró lo que quería?.
«Claaaro», responde.
«Y con la belleza que la directora de la escuela era la maestra Inés Laredo. Fue un privilegio que me viera y quisiera. Un día me dijo, cuando yo andaba con dos amigos muy desordenados, jóvenes a los que les gustaba la guachafa, usted se aleja de esos dos y ustedes se me van de aquí. Los corrió. No los quiero ver. La verdad es que no iban a ser gente de teatro.
«Usted», dirigiéndose a ella, «va a ser una mujer de teatro. «Eso», –no lo olvida– «me lo dijo finalizando mi primer año de estudio de teatro. Fueron dos años de formación, luego entré otra vez a la escuela cuando la maestra Laredo se había ido y llegó Izaguirre.
Le debemos mucho
Asegura la profesora Jazmina Jiménez que eso que se dice a vox populli que «la ingratitud existe» es una verdad muy lamentable, cuando cree que a Inés Laredo no se le ha hecho el reconocimiento debido, suficiente y meritorio que reconozca el gran esfuerzo que hizo posible para desarrollar las artes escénicas en el estado Zulia, donde su aporte sigue siendo ignorado, desconocido y nada valorado.
«Si alguien ha hecho obras teatrales en este estado y en este país fue la maestra Inés Laredo. Este estado ha sido ingrato con ella. La mantuvimos latente porque no la dejamos sóla. Ella no hacía un sólo teatro, sino el de muchos autores».
Otro pilar en su vida
En su formación y aprendizaje, Jazmina Jiménez también destaca el protagonismo que en su vida significó, Clemente Izaguirre (+), profesor de artes escénicas de quién aprendió mucho de su educación actoral. Por esas cosas de la vida cuando nadie posee el «don» especial de adivino, terminaron atrayéndose, quedaron flechados por Cupido y decidieron contraer nupcias.
Afirma que «la formación recibida del maestro Clemente Izaguirre y su dirección durante diez años en el teatro universitario, abrió un compas de conocimiento extraordinario, reforzado por talleres con grandes directores como el colombiano Enrique Buenaventura o Augusto Boal de Brasil».
Asimismo, «María Escudero de Argentina, José Monleón de España y los venezolanos César Rengifo, Homero Montes y dramaturgos como César Chirinos y Rodolfo Santana».
Esta zuliana ha hecho dramaturgia donde destacan, entre otras, «Las Flores Que No Te Dí», «Rostros del Teatro», «Un Rey es un Rey», «Loas a La Virgen de Chiquinquirá» y el cuento «El Pez Velero» a lo largo de su incansable profesión actoral.
-¿El Zulia sigue siendo cantera de buenos actores?
«Puedo decirte que lo que sale de aquí es de primera. Lo que pasa es que nuestros actores tuvieron que migrar a Caracas. Ya no, afortunadamente, han regresado. En el Teatro Baralt tenemos en estos momentos dos compañías donde hay actores bien formados que también ayudan en la escuela. Están haciendo un trabajo extraordinario».
Jazmina Jiménez no ha tirado la toalla a «las tablas» sino que sigue produciendo, diría, valor agregado a la cultura, a pesar de la edad que no le impide trabajar. Actualmente está dedicada a terminar la narrativa «El Niño que Subió a la Montaña» y la obra teatral «Piel de Durazno». Ella es Gente Que Hace Grande la Historia del Zulia .

«El teatro es científico, profundo que escudriña la vida del hombre. El actor se prepara intelectualmente y coloca su cuerpo y la palabra, dando el mensaje a partir de la expresión del discurso», asegura Jiménez. (Foto: Euclides Molleda)

«La Noche de las Animas», obra de teatro del grupo Mampara, dirigida por Jazmina Jiménez en 1.985, participó en el festival de Manizales, Colombia. (Foto: Cortesía: Álvaro Silva).

Cuando habla de su mentora, Inés Laredo (+), la profesora Jazmina Jiménez no olvida que ser su alumna, aprender de ella y convertirse en su amiga, significó un privilegio, una oportunidad única en su vida. (Foto: Euclides Molleda)

En 1.996 Jazmina Jiménez participó en la película «Sony El Secuestro» del cineasta venezolano, Jesús Moreno. Estuvo acompañada por los actores Fernando Acosta, Ilya Izaguirre y Olga Troconis. (Foto: Archivo)

La enseñanza básica del teatro en escuelas públicas, ocupó en oportunidades a Jazmina Jiménez a dictar talleres a los docentes. En la foto cuando asistía a la Escuela Bolivariana Sisoes Finol, ubicada en Los Cortijos del municipio San Francisco, año 2004. (Foto: Cortesía)

La maestra de teatro, Inés Laredo, nació en Valparaíso Chile en 1.922. Falleció en Maracaibo a los 97 años de edad en 2.019. (Foto: Archivo)
Texto: José Aranguibel Carrasco. CNP-5.003. – Fotos: Euclides Molleda. CRGV-1.016
Martes 9/9/2.025
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