Amenhotep Planas Raga
En la actualidad en nuestro país Venezuela presenciamos una amplia complejidad política, cosa que no es tan nueva, y al parecer nuestros “grandes dirigentes y líderes, no quieren aprender” (comillas aseguran dudas en ciertos liderazgos).
Y es que, desde los tiempos de La Sociedad Patriótica o Club Patriótico fundado en julio de 1810 por el brillante Juan German Roscio, como una asociación política revolucionaria venezolana partidaria de la independencia, y la cual mantuvo activa durante la existencia de la Primera República, según el escritor y profesor Manuel Vicente Magallanes.
De allí pasamos por un largo rosario de organizaciones pro-independencia, otros del separatismo, algunos tradicionales y otros provincianos llegando a la extinción todos ellos. Ya en 1900 experiencias se dan posterior al gomecismo, para entrar al modernismo de los partidos con sus diversidades para llegar a los partidos contemporáneos, que al parecer de modernismo y contemporáneos no tienen ni una sobra gris.
Los partidos del año 1970 en una aproximación para acá…
Ya en su oportunidad los señaló el P. Arturo Sosa A.: hacía falta conocer bien a fondo las realidades de Venezuela con criterio sociopolítico y estructural. La realidad no podría verse sin los aspectos económicos ni culturales partiendo del pasado siglo XIX con las factibles montoneras que vendrían a dar una clara visión del “pretorianismo militar”. Por lo cual, y variando en ideas, proyectos e intereses –muchas personales personales y no sociales ni nacionales, dejando al olvido las funciones “ideológicas y sociales. Nos abruma la tristeza por la juventud que requiere conquistar espacios cedidos en algunos casos, y secuestrados en otros.
Los posmodernos entre el sainete y el colaboracionismo
Parecieran no entender algunos sobre el federalismo, la descentralización y la desconcentración, desconociendo muchos liderazgos emergentes (lidergentes) dando espacio y terreno a su sainete ideológico-irracional con comunismo, estatismo y socialcristianismo en algunos casos. O disfraces ideológicos de diferentes tipo(s) y contrarios entre si. Los partidos históricos han venido sufriendo muchos de ellos una cierta y extraña metamorfosis comprometiendo su independencia y autonomía relativas.
Ante tanta y reiterada complejidad posterior al gomecismo, los llamados partidos modernos (hoy son históricos), con sus ideologías pasando por ARDI, ORVE, PND y finalmente como el partido del pueblo con una gran tesis programática, se siembra la centro-izquierda con visos de socialdemocracia, por una parte; y por la otra, el socialcristianismo gestado en la UNE, La FEV de los jóvenes estudiantes, y la UNE que poco a poco dieron formación ideológica, que balanceados con la llamada socialdemocracia, dieron origen a la mayor estabilidad político-partidista conocida en Venezuela con destacados dirigentes intelectuales y verdaderamente honestos. Sin embargo, este maridaje, abrió múltiples puertas y ventanas a las organizaciones con fines electorales hasta poder tener más de 400 organizaciones políticas para el pasado decenio, me refiero a diciembre de 2005.
La insinceridad política hace más grave la complejidad
La actual complejidad nos confunde por su alta “insinceridad política” con las necesidades nacionales y sociales, e incluso con la formación de sus propios liderazgos como generaciones de relevo, actualización, renovación e innovación.
La Comunicación Política (en mayúsculas)
Indudablemente que las nuevas formas de comunicar han cambiado las formas tradicionales, y hay que desmontar los tradicionalismos de muchos cadáveres insepultos del mundo político. Ya nos lo ha venido enseñando y sugiriendo desde hace más de una década el reconocido “Memo Rentería”: hay que desmontar los tradicionalismos para reaprender a comunicar. Para eso están los comunicólogos!
En conclusión:
La complejidad política actual no solo la han generado las instituciones y su entorno, sino sus propios dirigentes para perpetuarse en el poder institucional con ambiciones personalistas hacia el burocratismo. Sin respeto al ciudadano, se han olvidado de la civilidad necesaria y abrir cauces a la innovación para poder entender esta grave complejidad generada por un colaboracionismo bien disimulado. Situación que nos lleva a profundizar sobre la grave insinceridad y abocarnos al rescate de valores y principios morales, ideológicos y quizá también, religiosos. Solo con esa mezcla equilibrada rescataremos la institucionalidad y la integridad.
@AmenhotepPlanas amenhoteplanas@gmail.com
Doctorante en Ciencia Política y Democracia UNED Bcn