Emiro Albornoz León
A este cronista no le causó sorpresa alguna la designación de Elvis Amoroso como presidente del sobrevenido nuevo Consejo Nacional Electoral.
Desde el mismo momento cuando salió a la opinión pública el nombre de Amoroso entre los aspirantes, no había que ser clarividente para determinar que la designación del activista oficialista era un hecho por sus vinculaciones con la pareja presidencial. Lo demás era parte del teatro a que nos tiene acostumbrados el régimen que a paso de perdedores destruye a Venezuela.
He llegado a la conclusión que todo esto forma parte de la estrategia del gobierno chavomadurista de conseguir el escenario de la abstención que les conviene provocando el desaliento del pueblo venezolano que mayoritariamente rechaza a Maduro ante su desastroso desempeño económico que ha causado la más devastadora crisis económica y social que se recuerde no sólo en Venezuela sino en buena parte del mundo.
Se trata de una verdadera catástrofe que según los diagnósticos realizados por organizaciones locales e internacionales tiene pasando hambre pareja a buena parte de la población que no ha visto otra salida que iniciar una diáspora que hasta los momentos se calcula en unos 7 millones de venezolanos que han partido hacia otras latitudes en búsqueda de las condiciones de vida que un gobierno disoluto y corrompido les niega.
El asunto radica en el terror que la dictadura le tiene a un pueblo saliendo en romería el día que escoja ese CNE, no importa si adelantan la fecha de esas elecciones de manera ilegal, como quieren hacer creer, para derrotar a Maduro a punta de votos democráticos.
A lo largo de este régimen nunca ha habido un CNE integrado por venezolanos sobre quienes no se tejan dudas en torno a su imparcialidad, y hay que reconocer que el fundador de esta cosa que llaman revolución e iniciador del despelote que ha acabado con un país que a pesar de fallas y errores, iba camino al progreso y desarrollo para bienestar del pueblo, ganaba con votos las repetidas elecciones que convocaba porque una buena parte de la población había sido seducida por el discurso populachero del engendro de Sabaneta de Barinas.
Pero qué CNE pudo estar más parcializado que aquel que integraron las que fueran bautizadas como «las comadres» por el líder de AD, Henry Ramos Allup?
Y fue con ese CNE que el pueblo venezolano, conducido por una oposición que logró la unidad casi perfecta que en diciembre del 2015, acudió a votar masivamente para elegir la Asamblea Nacional, propinándole una soberana y memorable paliza a las huestes revolucionarias.
Frescas están aún en el recuerdo las imágenes de aquellas damas cuando por fin, en altas hora de la noche, salieron de sus despachos para anunciar lo que todo el pueblo conocía como era la aplastante derrota del régimen. No olvido a una de las rectoras, Sandra Oblitas, que fue captada por las cámaras cuando miró hacia donde estaban los seguidores oficialistas y se pasó el dedo índice por la garganta que todos sabemos el significado de esa señal.
De tal manera que nada importa que esté al frente del CNE un servidor del regímen que viene de ser el Contralor General de la Nación , ni que sea un tres a dos o un 4 a 1. Aquí lo importante es que la oposición se una toda en torno al candidato o candidata que sea escogido en elecciones primarias del 22 de octubre, o aquel que por razones muy poderosas, reciba el testigo, y convoquen a todo el pueblo venezolano a participar activamente en las presidenciales y no haya una sola mesa de votación donde no esté presente una legión de testigos que se queden en los centros de votación hasta que se cuente el último voto.
El régimen no podrá impedir su derrota si salimos todos a votar. Ya quedó demostrado.
Emiro Albornoz León/Periodista. emiroalbornozl@gmail.com
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