Venezolanos hacen fila constante desde el 29 de junio del 2018 en Cúcuta y en Maicao, en la Gualira, Colombia.
Muchos ciudadanos de Venezuela cruzan el Puente Internacional Simón Bolívar en la frontera colombo-venezolana en busca de una mejor vida.
Más de cuatro millones de venezolanos migrantes confrontan dificultades para acceder a alimentos, vivienda, servicios médicos, educación y empleo formal en América Latina y el Caribe, aun cuando el 60% de ellos tienen preparación, capacidades y aptitudes con su documentación en regla, se reveló en un análisis.
Adicionalmente, el 19% de los niños refugiados y migrantes venezolanos no asisten a la escuela, y en su lugar apoyan a sus familias con trabajos informales y mal pagados para llegar a fin de mes, según el Análisis de Necesidades de Refugiados y Migrantes (RMNA) de 2023.
El estudio, divulgado este martes, lo realizó la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para los Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), coliderada por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Más de 7.7 millones de venezolanos migrantes había en todo el mundo hasta agosto de 2023, y de estos más de 6.5 millones están en Latinoamérica y el Caribe, según cifras de la R4V. “En medio de una crisis mundial y regional del costo de vida, los venezolanos corren un mayor riesgo de ser víctimas de abusos como la trata y tráfico de personas, el reclutamiento forzado y la violencia de género”, alertó ACNUR.
Aunque más del 60% tiene documentos, “esto no ha sido suficiente para garantizar una vida digna y un acceso adecuado a los derechos básicos”. Un tercio de los refugiados y migrantes de Venezuela en América Latina y el Caribe no han podido regularizar su situación y no pueden mantener a sus familias debido a empleos mal remunerados e informales, de acuerdo con el reporte.
En el análisis se enfatizó la necesidad de implementar más medidas de residencia regulares y una mayor inversión en soluciones duraderas en materia de medios de vida y educación -que beneficien también a las comunidades de acogida, por considerarlas fundamentales para la autosuficiencia y la inclusión. “Las iniciativas de regularización y documentación implementadas en la región son el camino hacia una vida digna para las familias venezolanas”, dijo Eduardo Stein, Representante Especial Conjunto del ACNUR y la OIM para los Refugiados y Migrantes de Venezuela.
Stein también destacó que el hecho de que la mitad de los venezolanos en la región enfrenten barreras para recibir atención médica y no puedan permitirse tres comidas al día o acceder a una vivienda adecuada, como señala el RMNA, evidencia la urgente necesidad de apoyo internacional, para que tengan oportunidades para ser autosuficientes, integrarse en sus comunidades de acogida, y contribuir al desarrollo de los países de la región.
Ante esta situación, en el análisis se indicó, que los países de la región necesitan “urgentemente una mayor financiación”. “Nuevos aportes pueden salvar vidas y ofrecer oportunidades duraderas de estabilización e integración a millones de personas refugiadas y migrantes, incluidas aquellas personas de otras nacionalidades que se encuentran en tránsito, y evitar así que emprendan viajes peligrosos.
El apoyo a las comunidades de acogida también sigue siendo urgente”, se resaltó. Acnur dijo que las 228 organizaciones socias de la Plataforma R4V apoyan y complementan a los gobiernos de América Latina y el Caribe, los primeros responsables de la respuesta, para hacer frente a esta situación.
Sin embargo, de los $1,720 millones solicitados por R4V en el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes, a la fecha apenas se ha recibido el 12% de los fondos requeridos.