El empresario y experto en educación, Diego del Alcázar Benjumea publicó: ‘La genética del tiempo’, una novela distópica donde reflexiona sobre el potencial de la tecnología y los dilemas éticos que plantea.
“La literatura universal está plagada de avances tecnológicos que inspiraron a muchos autores: desde los Diálogos de Platón, donde se plasman las reflexiones de un Sócrates que se negó a sucumbir a la escritura para divulgar su conocimiento, pues consideraba ese avance técnico pernicioso; hasta las novelas más actuales del siglo XIX y XX que incluyen nombres como Julio Verne, Aldous Huxley o Isaac Asimov, entre otros”, cuenta Del Alcázar. La tecnología, insiste, permite imaginar mundos “muy literarios”, así como “ahondar en la humanidad de los personajes ante los cambios acelerados”.
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Basta sumergirse en los primeros capítulos de La genética del tiempo para darse cuenta de que es una novela con alma de distopía -o quizá no tanto-, que nace de un cuestionamiento de ética dudosa: pudiendo mejorar a la especie humana, ¿por qué no hacerlo? ¿Podemos jugar a ser Dios? “La manipulación genética nos permite curar enfermedades, pero también mejorar artificialmente la naturaleza humana. Todos estaremos de acuerdo en curar la ceguera de un niño, pero estamos en contra de diseñar bebés ‘arios’ a la carta. El problema es que no es tan fácil, no todo es blanco o negro, hay una enorme gama de grises…”, explica Del Alcázar.
Señala también que habría que plantearse los potenciales conflictos geopolíticos que la edición genética puede generar, como la creación de una “élite de mejorados” y las desigualdades en la regulación bioética, más o menos laxa, en función del país. “Son precisamente estos dilemas los que he querido trasladarle al lector en la novela”, aclara.
La referencia a una “élite de mejorados”, lo que en el libro aparece como un grupo seleccionado de adolescentes con cocientes intelectuales superiores a la media, surge a raíz del debate en torno a la meritocracia en contraposición al “imperio de la mediocridad”. Como profesional que lleva más de una década en el sector educativo, asegura que “la cultura del mérito ha conseguido en el último siglo un desarrollo social y económico nunca visto, además de homogeneizar el acceso a las oportunidades que antes solo se limitaban a unos pocos”. Pese a entender las constantes críticas hacia la meritocracia, lideradas por Michael Sandel con su libro La tiranía del mérito, cree que los privilegios de los ricos deberían de ser corregidos, por ejemplo, “mediante la tecnología que está permitiendo democratizar el acceso a una educación de calidad”.
La progresiva introducción de la tecnología en las aulas implica también cierto control de su uso a nivel académico. Del Alcázar no ve en Chat-GPT un enemigo del aprendizaje, sino un aliado: “La IA está muy mal bautizada como ‘inteligencia’ pues, para ser una inteligencia, tendría que tener capacidad de comprensión. Por ejemplo, es capaz de ganar al ajedrez, pero no de jugar, pues no comprende lo que hace. Si llamáramos a la IA por su nombre, es decir, algoritmo predictivo del lenguaje, nos quitaríamos el temor que nos produce y la abrazaríamos con menos recelo”, afirma. Anticipa que, al reformularse las reglas del juego, los alumnos saldrán mucho mejor preparados porque “las capacidades requeridas para detectar los errores de la IA y competir contra ella son muy superiores a las exigidas en una formación convencional”.
El debut editorial de Diego del Alcázar Benjumea (Madrid, 1984) no podría ser en otro género que en el de la ciencia ficción. Su trayectoria en el ámbito de la innovación empresarial y tecnológica marca, de forma inevitable, su incipiente carrera literaria. Actual consejero delegado de la IE University -el centro de enseñanza que su padre fundó hace medio siglo bajo el nombre de Instituto de Empresa- e impulsor de The Global College, Del Alcázar llevaba años trabajando en una historia que lleva por título La genética del tiempo (Espasa) y comparte mesa de destacados con Arturo Pérez-Reverte, Carmen Mola y Juan Gómez-Jurado en las principales cadenas de librerías de nuestro país.
Pero, ¿cuál es el mayor cambio que le depara a la sociedad en los próximos 10 años? El autor de La genética del tiempo se atreve a pronosticar el desarrollo de las Humanidades, actualmente tan denostadas, pero que, a su parecer, viven una nueva edad dorada gracias a la digitalización. “La sociedad de la información en la que estamos instalados nos ahoga con noticias y opiniones que no nos permiten salir de la caverna platónica. A través de la educación humanista, seremos capaces de transformarla en una sociedad del pensamiento crítico”, asevera Del Alcázar.
“La filosofía, la historia, la literatura, el arte… permiten que los individuos y las sociedades florezcan, que seamos más sensibles con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. En unas décadas superaremos este ‘capitalismo de seducción’, que decía Lipovetsky, y lo convertiremos en un ‘capitalismo humanista’”, concluye.
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