Rogelio Suarez Ribas
Ella recorre el país con un afiche bajo el brazo. El recorre el país con su camisa roja y su garrote destripador.
Ninguno de los dos son candidatos. Sus nombres no aparecerán en el tarjetón de la computadora cuando el elector este frente a esa máquina el próximo 28 de julio. Sin embargo entre gritos y sudores ambos reparten abrazos, besos, ilusiones y promesas…como si fueran candidatos .Se ven empoderados, sonrientes, joviales. Cual motorizados de Yummy Rides o Ridery se desplazan con su maleta sobre la espalda. Ella, la del afiche pareciera ir livianita a pesar que los azules, amarillos, verdes, anaranjados, blancos y demás yerbas aromáticas «se matan» para estar pegaitos a la «melaza». El lleva un bulto pesado, incómodo, espinoso. Es militar y cuando grita: a discreción!!! Todos y todas se cuadran.
La gente, el pueblo es la masa que va y viene. Una vez más, como en el pasado, busca al candidato que lo sacará de la miseria y pobreza en la que está postrado. Está detrás del mesías. El de la varita mágica.
En cambio los ciudadanos, los electores están ávidos de oferta electoral. No quieren que le metan gato por liebre, una vez más. Desean discursos que vayan acompañados con ofertas reales en el tiempo. Están cansados de pajaritos preñados. De esloganes, frases y palabras huecas que se las lleva inexorablemente el tiempo.
Es una campaña electoral rara. Atípica. Disruptiva.
Los presos políticos desde sus celdas malolientes claman por el 28 de julio. Los pensionados con sus pírricos 130 Bs esperan el 28 de julio. Los trabajadores burlados el pasado primero de mayo aspiran el 28 de julio. Los jóvenes con un pie aquí y otro allá, ven con esperanzas el 28.
Quién es tu candidato?
Periodista / @rogeliosuarez
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