Cecilia García Arocha: “Si alguna revolución se produjo en los últimos 20 años fue la de las universidades”

Tony Frangie Mawad

Tras quince años, la UCV elegirá nuevas autoridades el 26 de mayo. El prolongado periodo de Cecilia García Arocha finalmente llega a su fin: con el espectro del TSJ sobre la universidad, la autonomía universitaria en juego y el Consejo Universitario dividido sobre la participación o no del Consejo Nacional Electoral. ¿Qué nos dice la rectora?

Las últimas elecciones para elegir las nuevas autoridades de la Universidad Central de Venezuela (UCV) se celebrarían el 20 de mayo de 2011. Pero, apenas unos días antes, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) las suspendió: la decisión respondía al reclamo de grupo de 16 empleados administrativos, obreros, estudiantes y docentes retirados que reclamaban que no aparecían en el Registro Electoral de la UCV. Esa era una condición que exigía la nueva Ley de Educación Superior, aprobada en 2009, y que todavía no era vigente. Para los críticos, la expansión del sufragio universitario era tan solo un intento del chavismo para lograr mayorías en bastiones de la clase profesional: acérrimo opositor a la revolución bolivariana.Era un año tenso. Apenas unos meses antes, Hugo Chávez se había echado atrás con una polémica Ley de Universidades aprobada por la Asamblea Nacional de mayoría chavista que amenazaba con rasgar la autonomía universitaria consagrada en la Constitución venezolana; uno de los pilares de una democracia que ahora estaba bajo acoso. Entonces, desde aquella intervención del TSJ, la Universidad no celebró elecciones de autoridades.

El periodo de Cecilia García Arocha, proveniente de la Facultad de Odontología y rectora de la Universidad desde 2008, terminó extendiéndose por casi quince años. Más de una década marcada por la muerte de Hugo Chávez, el auge del régimen del Nicolás Maduro, la mayor contracción económica en la historia moderna de un país fuera de guerra y una serie de protestas estudiantiles violentamente reprimidas.

¿El presupuesto de las universidades públicas autónomas? Desvaneciéndose, en lo que muchos han descrito como “asfixia presupuestaria” por parte del Estado en su afán de finalmente mermar la autonomía.

Los retos y cambios continúan. El chavismo fue arrasado en todas las facultades y casi en todas las escuelas en las elecciones de egresados de la universidad, alguna vez bastión de la izquierda más ortodoxa.

Las últimas elecciones estudiantiles, ahora definidas entre facciones de oposición en vez de la clásica riña entre chavismo y anti-chavismo (la UCV es un microcosmos de la política nacional), culminaron con una intervención del TSJ que suspendió parcialmente el proceso.

Con el eslogan “¡Venciendo las sombras!”, que hace alusión al lema de la universidad, la Comisión Presidencial ha iniciado una polémica recuperación del campus, patrimonio de la Humanidad decretado por la UNESCO, de la Universidad. El proceso muchos lo han descrito como una afrenta a la autonomía universitaria, un sustituto al presupuesto que se le debe dar, y que ha llevado también a la remoción de la escultura de María Lionza, a una escultura nueva de Jorge Rodríguez padre y a la presidencia de la Guardia Nacional en el campus.

Ahora se han anunciado elecciones nuevas para el 26 de mayo. El periodo de García Arocha finalmente llega a su fin, con el espectro del TSJ sobre la universidad, la autonomía universitaria en juego, el Consejo Universitario dividido sobre la participación o no del Consejo Nacional Electoral. ¿Qué nos dice la rectora?

—El Tribunal Supremo de Justicia suspendió las elecciones de la UCV para elegir autoridades en 2011. ¿Por qué ahora, en un momento en el que el chavismo parece haber perdido fuerzas en la UCV, el TSJ vuelve a permitir el proceso electoral de la Universidad?

—En mi caso han sido 14 años de una gestión prolongada por el TSJ, pero es importante recordar que esta medida alcanza a todas las universidades autónomas del país, que desde la misma fecha no han podido realizar procesos electorales para autoridades y cogobierno profesoral. Fue una ardua batalla legal donde actuamos en conjunto para lograr una respuesta de este órgano que nos permitiera preservar nuestra autonomía electoral. Por ello, no está bien decir que es el TSJ el que nos permite hacer elecciones. Fue la lucha de las a universidades y de sus departamentos legales, en especial del nuestro, que logra esta respuesta tras muchos años.

En el 2022, nuestro Consejo Universitario aprobó un reglamento transitorio que nos permite ampliar el universo de votantes a nuestra comunidad universitaria. Este reglamento lo discutimos y lo aprobamos nosotros, y es por ello que el proceso que realizaremos próximamente será un proceso electoral plural con la mayor muestra de autonomía y democracia que se ha visto en el país en los últimos años.

—Ha sido clara en su oposición a la participación del CNE en las elecciones internas, pues lo considera una intromisión en la autonomía universitaria. ¿Hay intereses de miembros del Consejo Universitario en que el CNE participe? ¿De quiénes y por qué?

—Mi postura corresponde primero a mis valores como ucevista y como venezolana, y a mi compromiso con una institución que por 14 años ha sido sometida y condenada a una intervención a cuentagotas que nos ha vulnerado nuestra autonomía financiera al usurpar la administración de nuestras nóminas, becas y presupuestos, que ha sido amenazada, y donde por años la violencia llegó a tal punto que hasta se atentó contra nuestro patrimonio.

Como demócrata y fiel creyente de la pluralidad de ideas, entiendo que existan miembros en el Consejo Universitario a los que les parezca que el acompañamiento del órgano electoral es necesario. Habría que entrevistarlos para conocer el por qué están convencidos de que esta es una alternativa que no vulnerará nuestra autonomía electoral.

Adicionalmente la sentencia 0324 [del TSJ] es muy clara al establecer que el proceso electoral debe ser organizado por las comisiones electorales de las universidades, órgano autónomo en nuestra universidad y que hasta la fecha ha llevado a cabo los eventos electorales.

—Ayer, Jorge Rodríguez «recomendó» que la comisión parlamentaria presidida por el diputado oficialista Ricardo Sánchez le haga seguimiento a este proceso y revise el reglamento interno que presente la UCV. ¿Considera esto una intromisión en la autonomía universitaria? Para usted, ¿cuál es el propósito de esto?

—La sentencia es muy clara: a quien corresponde hacer seguimiento al cumplimiento de lo ordenado en el fallo e informar al TSJ es a la ministra de educación en su condición de Presidenta del Consejo Nacional de Universidades. Cualquier otro actor sería un interventor y el único autorizado para hacer posibles modificaciones parciales al reglamento es el Consejo Universitario, órgano de mayor jerarquía. De lo contrario, podría ser un intento más de vulnerar nuestra autonomía consagrada en la Constitución, en su artículo 109, que es muy claro al definir la autonomía que tienen las universidades públicas del país para organizarse, elegir democráticamente a quienes las dirigen y administrar los recursos que por ley el Estado asigna a ellas y que desde el 2020 se nos adeuda.

Como institución debatiremos esta medida y esperamos recibir el oficio correspondiente, pues este es un país con reglamentos e instituciones que deben respetarse.

—Las elecciones de egresados mostraron un cambio de paradigma: pasó de ser el clásico conflicto entre opositores y chavistas para ser una competencia reñida, que incluyó intervención del TSJ, entre facciones de la oposición. ¿Se repetirá este patrón en las elecciones del 26 de mayo o existe la posibilidad que las próximas autoridades sean de oficialismo? ¿Existe alguna garantía contra una intervención del TSJ?

—Las elecciones de los egresados nos demostraron que la universidad quiere elegir, que al igual que el país quiere cambios en las voces que defienden sus derechos y plantean nuevos paradigmas. Este sin duda fue un ejemplo de pluralidad, respeto y democracia, enlutado por la intervención del TSJ en la elección del representante ante los egresados de la Facultad de Humanidades que hasta la fecha no ha tenido respuesta alguna de la sala electoral. Han transcurrido seis meses y esta representación es elegida para permanecer dos años en sus cargos. Nos preocupa, pues puede asemejarse al caso de los diputados de Amazonas [en el 2016] y adicionalmente no nos permite renovar la representación de egresados ante el Consejo Universitario, que tiene más de una década allí, y la correspondiente [representación de egresados] a la Comisión Electoral.

Por ello, decir que existen totalmente garantías de que nuestro venidero proceso no corra algún riesgo es precipitarnos.

—¿Quién es el heredero o heredera deseado por Cecilia García Arocha?

—La Universidad Central de Venezuela es un hito académico, político y social del país. Es el patrimonio educativo de todos los venezolanos: de sus aulas han egresado presidentes, artistas, científicos y santos. Su trascendencia la hace merecedora de un o una ucevista comprometido, que entienda y defienda a cabalidad sus principios y valores. Que respete, entienda y promueva el debate y la educación para la libertad y la democracia; un ucevista que quiera transformar y cambiar algunos parámetros académicos, que pueda generar y captar recursos que permitan hacer sostenible el modelo de universidad pública en el siglo XXI elevando aún más nuestros estándares de calidad.

La UCV merece ser la prioridad presupuestaria del Estado, merecer seguir siendo la primera universidad del país.

—La han criticado de abandonar la Universidad por enfocarse en conflictos políticos nacionales. También un vicerrector, al renunciar, la acusó de aprobar presupuestos y contrataciones con sobreprecios y de nombrar y destituir a autoridades de forma inconsulta. ¿Qué dice de estas acusaciones?

—Soy venezolana y demócrata. Dirijo la institución de educación superior más importante del país y cuya trayectoria sociopolítica ha marcado el ritmo del país. No puedo ser indiferente a los conflictos pues la universidad no puede ser indiferente al país.

Y sobre el caso del vicerrector: fue evaluado por nuestro Consejo Universitario e investigado por profesionales imparciales que ratificaron nuestro compromiso, honorabilidad y trabajo en estos 14 años de gestión. Y consta en actas de nuestro Consejo.

—Otros la han descrito como una fuerza democrática que ha resistido, en defensa de la autonomía universitaria, desde las trincheras de la UCV. ¿Es la asfixia presupuestaria una política intencional del Estado? ¿Con qué propósito?

—Sin duda es una política de Estado, pues desde mi juramentación hasta la fecha los presupuestos asignados fueron disminuyendo significativamente: al punto de que a pesar de ser insignificante el monto para mantener la academia en todo su contexto, este ya no es entregado como lo determina la ley. Es por ello que creo que el único y claro objetivo es desmoralizar a quienes educan al hombre libre para así desmoralizar a la sociedad y la democracia y aferrarse al poder.

—El modelo de las universidades autónomas dependiendo meramente de presupuestos dados por el Estado no parece viable en el futuro. Con el ocaso del petro-Estado, ¿cómo se imagina la UCV del mañana?

—La UCV del siglo XXI debe actualizar sus pénsum para que nuestros egresados compitan en iguales condiciones que los que egresan de universidades con mayores presupuestos a nivel mundial. Deben autogestionar recursos que aumenten la inversión en investigación, desarrollo tecnológico, cultura y deporte. Debe ofrecer mejores condiciones laborales y garantizar seguir siendo una institución autónoma, libre, plural y democrática.

¿Después de la UCV a donde va Cecilia García Arocha?

«Soy una fiel creyente de la democracia. Construir y promover un país plural y con nuevas oportunidades es sin duda la meta en la que después de esta etapa se centrará mi vida, en donde mi país me necesite estaré presente».

—Entonces, ¿va a incursionar en la política?

—La participación de las mujeres en la política ha demostrado hacer la diferencia en la manera de gobernar y trabajar por el interés colectivo.

Estoy pensando en servir a mi país donde le sea más útil. Si la historia y la vida me sitúan en un sitio distinto del rectorado, lo asumiría con el coraje, honestidad y compromiso de igual forma con la que he asumido como primera mujer en dirigir el Decanato de la Facultad de Odontología y al rectorado de la principal casa de estudios del país por 14 años.

A los venezolanos puedo asegurarles que si alguna revolución se produjo en este país en los últimos 20 años fue la que llevamos adelante las universidades: porque impulsamos transformaciones en el marco de un profundo espíritu democrático. Porque a pesar de las amenazas, de la condena presupuestaria y de todas las adversidades, seguimos brindando esperanza al país al educar en libertad y democracia.

Con información de ElEstimulo.com

Mujeres destacadas:

Cecilia García Arocha, Delsa Solorzano, y María Corina Machado, entre otras, son mencionadas en diversas organizaciones societarias de la capital de la república y el centro del país, siendo estas féminas quienes gozan del mayor afecto y simpatía de la población, según algunos estudios de opinión con rigidez académico-científica. En cuanto a la rectora de la UCV hasta el 26 de mayo, no fue posible su localización para una entrevista periodística, que según informaciones extraoficiales, se estaría preparando como presidente de la Asociacion de Rectores Universitarios para con Consejo Universitario convocado por el CNU y el Ministerio del PP para la Educación Universitaria este miércoles 15/02.

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