La barrera entre lo real y lo virtual se desvanece en el laboratorio español de la Universidad Pública de Navarra donde los hologramas han dejado de ser imágenes intocables.
Lo que antes solo existía en ciencia ficción ahora es «tangible»: investigadores han creado pantallas flotantes que anteriormente solo veíamos en las películas. Esta innovación permite, por primera vez, que las personas puedan tocar, agarrar y mover hologramas con sus propias manos, como si fueran objetos reales suspendidos en el aire.
El avance llegó a cargo de un equipo de investigadores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), liderado por la doctora Elodie Bouzbib y el investigador principal Asier Marzo, quienes han desarrollado la tecnología que permite manipular físicamente gráficos tridimensionales (3D). ¿Cuál es la clave? Una innovación aparentemente simple pero fundamental: el material del difusor.
El equipo de investigadores de la UPNA desarrolló un innovador difusor elástico que permitió la manipulación directa de hologramas por primera vez.
El equipo de investigadores de la UPNA desarrolló un innovador difusor elástico que permitió la manipulación directa de hologramas por primera vez.Imagen: Iñigo Ezcurdia/Universidad Pública de Navarra
«Lo que vemos en las películas y llamamos hologramas son normalmente displays volumétricos», explica Bouzbib, primera autora del estudio disponible en el archivo abierto HAL, aún no sometido a revisión por pares. «Son gráficos que aparecen en medio del aire y se pueden observar desde varios ángulos sin tener que llevar gafas de realidad virtual: en la comunidad científica se llaman gráficos true-3D«, agrega Bouzbib en un comunicado de prensa.
Las pantallas volumétricas no son una novedad completa. De hecho, según el comunciado de la UPNA, ya existen prototipos comerciales como los de Voxon Photonics o Brightvox Inc. Sin embargo, según señalan, ninguno permitía hasta ahora interactuar directamente con los hologramas.
¿Cómo funciona esta tecnología?
Estas pantallas funcionan mediante un difusor, que es esencialmente una lámina oscilante rápida sobre la que se proyectan imágenes a gran velocidad.
Según la UPNA, el sistema proyecta 2.880 imágenes por segundo a diferentes alturas. Gracias a la persistencia de la visión (el mismo fenómeno que nos permite ver películas como movimiento continuo), percibimos todas estas imágenes como un volumen completo.
Los gráficos true-3D proyectados a 2.880 imágenes por segundo crearon una experiencia visual completa gracias a la persistencia de la visión.
Los gráficos true-3D proyectados a 2.880 imágenes por segundo crearon una experiencia visual completa gracias a la persistencia de la visión.Imagen: Iñigo Ezcurdia/Universidad Pública de Navarra
El difusor elástico: la clave de los hologramas táctiles
El gran problema de los difusores tradicionales es que son rígidos y quebradizos. Como señalan los investigadores, si alguien intentara tocar una imagen 3D creada con uno de estos difusores convencionales, probablemente se rompería e incluso podría causar lesiones.
Así, la innovación crucial del equipo español ha sido sustituir este difusor rígido por uno elástico compuesto de bandas flexibles que pueden tocarse sin riesgo. Esto permite la «interacción directa», que el investigador principal, Asier Marzo, define como «poder introducir las manos para agarrar y arrastrar objetos virtuales».
Este cambio presentó sus propios desafíos, ya que los materiales elásticos se deforman al tocarlos, lo que requirió desarrollar un sistema de corrección de imagen para mantener la calidad visual del holograma incluso cuando el material flexible se deformara al tocarlo.
Revolucionando múltiples sectores con gráficos true-3D
Las posibilidades de esta tecnología son extraordinarias. Según los investigadores, podría transformar radicalmente diversos campos: en educación, permitiría a estudiantes manipular y ensamblar virtualmente componentes de maquinaria compleja; en museos, ofrecería exposiciones interactivas accesibles sin necesidad de dispositivos especiales; y en entornos profesionales, facilitaría que equipos enteros trabajen colaborativamente con el mismo contenido tridimensional de forma simultánea, eliminando la barrera de los aparatosos cascos de realidad virtual.
El proyecto, que forma parte de la iniciativa InteVol financiada por el Consejo Europeo de Investigación, será presentado en la conferencia CHI 2025 en Yokohama, Japón, un evento que reunirá a más de 4.000 investigadores y donde empresas como Microsoft, Meta, Apple y Adobe mostrarán sus últimos avances en tecnología interactiva.
«Estamos acostumbrados a la interacción directa con nuestros móviles, donde tocamos un botón o arrastramos un documento directamente con el dedo sobre la pantalla: es natural e intuitivo para los humanos», explica Marzo. «Este proyecto nos permite utilizar esta interacción natural con gráficos 3D para aprovechar nuestras capacidades innatas de visión y manipulación tridimensional», agrega.
El futuro de la interacción háptica con hologramas
A pesar del entusiasmo generado, los científicos reconocen que esta tecnología se encuentra todavía en una fase inicial de desarrollo y que, por tanto, queda un largo camino por recorrer. En el futuro, el equipo planea incorporar retroalimentación háptica –sensaciones táctiles– para hacer la experiencia aún más inmersiva y realista, permitiendo no solo ver y manipular los hologramas, sino también sentirlos.
Pero por ahora, lo que ya han logrado es, como mínimo, impresionante: un cubo que físicamente no existe, pero que puedes mover con tus manos como si fuera real. Ciencia ficción, sí. Pero cada vez con más ciencia y menos ficción.
Arsenio Martinez / pasante Noti/Imágenes
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