Los habitantes en la zona de Las Peonías aseguraron que la acción se trata de una tradición de la población de esa norte de Maracaibo.
Los cientos de flamencos que visitan la Laguna de las Peonías, en Maracaibo, Zulia, corren el riesgo de ser cazados por un grupo de habitantes de la zona que asegura ingerir la carne de estos animales voladores por una tradición que los ambientalistas consideran ilegal y peligrosa para la salud.
Los cazadores acuden en grupos a la laguna cargados con tirachinas para derribar y despellejar tantos flamencos como puedan cargar, pero también cuervos y patos.
Esta práctica ha sido denunciada en varias oportunidades debido a que los flamencos son considerados especies protegidas y porque su consumo no está declarado apto por las instituciones sanitarias del país, entre otras razones, por la alimentación que reciben estos animales migratorios, que puede incluir sustancias tóxicas como mercurio y plomo.
La caza indiscriminada
Raúl aseguró a la agencia de noticias EFE que la caza de flamencos se ha visto en la localidad desde hace 20 años. Aunque aclaró que estos animales solo están disponibles en algunas temporadas, cuando migran desde otros países hasta la Laguna de las Peonías.
Nosotros salimos a cazar lo que encontremos, hoy le tocó a los flamencos (…) Esto es una tradición del pueblo, casi todo el pueblo caza, yo lo hago por tradición porque tampoco es algo fijo”, relató el hombre.
Las cabezas de los flamencos cazados flotan muy cerca de la manada que sigue con vida en la laguna. Allí, frente a los animales, los cazadores despellejan sus presas y preparan alguna de ellas luego de una faena de cinco horas con las tirachinas.
Denunciaron la caza e ingesta de Flamenco en Zulia
“Las ponemos a cocinar dos o tres horas, les echamos coco, condimentos, aliños. Lo hacemos frito, asado o guisado y sabe como a pescado”, cuenta el cazador que alimenta a 10 personas con cuatro aves de esta especie y nadie, asegura, ha sufrido ninguna enfermedad por consumir esta carne.
Aunque el grupo de cazadores con los que EFE habló aseguró acudir regularmente allí “por tradición” y “por necesidad”, la organización no gubernamental (ONG) Mangle Venezuela, dedicada al estudio y preservación de flamencos, no tiene registros de este tipo de caza desde 2018 Ese año detectaron un último caso que fue resuelto por intervención de las autoridades y campañas de concienciación.
Especie en jaque
El activista ambiental Lermith Torres, presidente de Mangle Venezuela, explicó que la reincidencia de estos cazadores pone en jaque la existencia de una “especie exótica muy hermosa”, cuya privilegiada presencia en esta región, considera, pudiera utilizarse para la explotación turística.
“Es una zona que deberíamos aprovechar para, en vez de destruir, embellecer y poder llevar turistas de cualquier país”, propone el investigador.
Torres señala que el estado Zulia, que cuenta con la mayor reserva certificada de flamencos al norte y sur del mar Caribe, está llamado a liderar una campaña de educación ambiental para promover la preservación de estas aves y para que no sean usadas como mascotas o cazadas para la ingesta o, como a veces ocurre, para usar su plumaje en vestimentas.
Denunciaron la caza e ingesta de Flamenco en Zulia
La región, en la que se calcula que viven más de 100.000 flamencos, lucha contra otras amenazas a esta especie que ya ha sufrido y perecido por derrames petroleros, una situación que EFE constató en octubre de 2022.
Muerte de flamenco encontrado cubierto de petróleo
El 12 de octubre de 2022 un grupo de pescadores encontró un flamenco cubierto de petróleo en el lago de Maracaibo, junto a otras especies ya muertas.
La organización no gubernamental (ONG) Mapache Ecoaventura anunció el 14 de octubre de 2022 la muerte del ave debido a la gran cantidad de capas de hidrocarburo que tenía sobre su cuerpo
La ONG exhortó a Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) a atender la situación para evitar más muertes de la fauna local.
Cuando todavía se mantiene en ascenso la presencia y reproducción de estos animales, el activista cree que se deben prender las alarmas para crear conciencia y salvaguardar a estas aves.
Sala de Redacción/Lcda. Amarilis Romero, CNP 12267
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