Lcdo. José Aranguibel Carrsaco

«Una excusa es peor y más terrible que una mentira, porque una excusa es una mentira guardada». 

San Juan Pablo II

En los años 1950, ya casi al final de la década, existía en RCTV la emisión de un concurso dirigido por Néstor Luis Negrón (+) y Cecilia Martínez (+), donde saber responder bien las preguntas, significaba la gloria de participar en ese espacio único de la naciente televisión venezolana.

Obviamente, eran desconocidos en esa época los tres «comodines» o ayuda al concursante en las respuestas que permitiría, años después a la misma televisora, transmitir el inolvidable programa «Concurso Millonario» de Eladio Lares que batió récord de sintonía dedicado a todo público.

Eso otorgaba el derecho del competidor a obtener una buena premiación, luego de develar la incógnita de las 64 mil lochas –moneda de plata de12 1/2 céntimos de valor ya desaparecida–, cual especie de respuesta desconocida, secreta o sabida por muy pocos que terminaría después en el vocabulario popular venezolano a la hora de enterarnos de algo demasiado disfrazado, encubierto o disimulado.

Claro, sin subestimar la distancia en el tiempo ni tampoco con el ánimo de pretender que algún estimado amigo lector guarde a prisa su cédula de identidad, –evitando que se le caíga y alguien la vea–, es la misma pregunta que nos hacemos los venezolanos después de las elecciones del 25M, cuando volvemos a preguntarnos ¿dónde está la respuesta de las 64 mil lochas?.

Ya ha transcurrido más de una semana de las elecciones de gobernadores, diputados a la AN y legisladores estadales, cuando la propia paranoia del discurso del odio, resentimiento y rencor dividió a los opositores venezolanos, entre quienes no querían votar o los que deseaban expresarse, recibiendo a cambio, éstos últimos, una sarta de ataques, descalificaciones, mentadas de madre y ofrecimiento de «coñazos».

La degradación del discurso político, donde escasea la unidad, el debate, argumentos y/o la discusión de altura no es lo que ha destacado a María Corina Machado, sino que contrariamente ha sido de lo más deplorable, penoso y detestable.

Su actitud mesiánica, mezquina y arrogante cada vez más en sus llamados a la abstención, ha contribuido a atornillar el férreo control político del Estado chavista. Gracias a ella el chavismo es el gran ganador de las elecciones del 25M. Buena parte de los 26 años en el poder del gobierno se ha sustentado en la conducta de ella.

No es nada nuevo su persistente obsesión durante los llamados a la abstención que ha venido liderando desde 2005, cuando desde SUMATE logró seducir, cautivar y convencer a la clase política que ese año en bandeja de plata le entregó al gobierno la AN. Después vendría el 2020 y 2025 con supremacía chavista en el parlamento.

Algunos de esos «dirigentes demócratas», sin la más mínima vergüenza y distantes de la gloria de sus antecesores, deshonran hoy la participación ciudadana, aún cuando es sabido que cada vez más los procesos electorales en Venezuela están signados de las peores condiciones de equilibrio, respeto y confianza. Eso lo sabemos los venezolanos.

Aseguraba San Agustín que la mentira consiste en «decir falsedad con intención de engañar». Además es sabido que el valor de la «verdad favorece las relaciones humanas, mientras que el antivalor de la mentira deteriora la convivencia». Eso pasa a diario en nuestro país. Corre como pólvora no sólo en las redes sociales.

En un líder social la satisfacción de imponer una «estrategia suicida», sin ningún rubor, es llegar a un estado de «exacerbación de una enfermedad» no declarada, latente y permanente por el poder y la codicia.

En esta situación, digamos, lo peligroso es que en estos casos pasa que de ser una forma individual que afecta a una persona, ésta contagia a un colectivo que involucra, arrastra y termina llevándose por delante a toda una nación. El problema no es que estés enfermo, sino que me contagie la enfermedad.

Decir, asegurar y convencer a seguidores cegados de que no votar el 25M fue un triunfo choca con una verdad dolorosa, cuando el país quedó teñido en el 99,9 por ciento de su territorio de rojo-rojito. En Miraflores sigue en su silla el mismo que estaba un día antes de las elecciones del 25M, pero ahora con más poder político.

En Nueva Esparta, Barinas y Zulia no puede decirse lo mismo. Ante ese escenario la pregunta de las 64 mil lochas sigue siendo ¿y ahora qué?. ¿Sucederá lo mismo cuando corresponda el llamado a elecciones de alcaldes y concejales?.

Obviamente, el compromiso del liderazgo de María Corina Machado no es fácil. Es una carrera contra ella misma. Su obsesión convertida ya en terquedad delata las costuras de la incoherencia, fanatismo y radicalismo. Ya está cerca el 1 er. aniversario del despojo del triunfo del 28J. ¿Qué dirá?. No lo sabemos.

¿Pedirá más sacrificio a quiénes creen en ella?. Tampoco lo sabemos. La ley de la gravedad demuestra que todo lo que sube baja. Eso pasa también en escenarios políticos distintos al nuestro.

Lo cierto, verdadero, es que la paciencia tiene un límite. Ella sabe que la gente la sigue, pero como bien dice la conseja popular, a los líderes los seguimos hasta donde sea necesario, pero sólo hasta la puerta del cementerio. ¿Por qué?.

Ya en frío, muchos, serenos, calmados y sosegados comienzan a despertar y dejan de lado la condición emocional de hace días y reaccionan a la realidad de que la abstención sólo permite el crecimiento del poder político del gobierno.

Quienes siguen confiando en salidas mágicas, fantasiosas y extraordinarias continuarán viviendo en un mundo imaginario que satisface una condición propia, mental. Eso lo saben y conocen los expertos y especialistas en conducta humana.

El peligro de un discurso atractivo dirigido a uno o mas grupos sociales crea expectativas, pero luego cuando no es cumplido la audiencia puede sentirse decepcionada. Eso describe muy bien el caso venezolano. La experiencia más reciente del 25M ya despierta en muchos aspectos de la racionalidad y la reflexión. ¿Qué hice Dios? o ¿No me arrepiento?

En resumen, ¿estamos en un callejón sin salida?. Sólo el tiempo, –por cierto–, muy poco lo dirá. En octubre, posiblemente, pero seguro este mismo año, las elecciones de Alcaldías y Concejos Municipales deben estarse celebrando.

¿El llamado a la abstención volverá o no a imponerse?. Eso lo decide cada uno de los venezolanos. Es una actitud muy personal entre lo racional y la aventura. Si es lo primero, despidamos la última oportunidad de la ruta electoral y el valor del voto.

La reforma de la Constitución Bolivariana de Venezuela dará paso a la creación del Estado Comunal, donde el valor del sufragio y de la abstención sólo serán parte de la historia democrática que existió en Venezuela. ¡Amanecerá y Veremos!

Caricatura: Feyo

José Aranguibel Carrasco. CNP-5003

Martes 3/6/2025

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