Desde su adolescencia, Pamella se sumergió en el movimiento de Renovación Carismática Católica (RCC), una rama del catolicismo conservador. Sin embargo, esta experiencia se tornó dolorosa cuando se vio obligada a predicar contra su propia identidad.
Pamella Barbosa Silva vivió durante 27 años en un conflicto interno entre su sexualidad y su fe. Proveniente de un pequeño pueblo en Brasil, a los 10 años se unió a la Iglesia Católica tras enamorarse de lo que vio en un juego de escondidas.
Así lo cuenta la BBC de Londres:
Desde su adolescencia, Pamella se sumergió en el movimiento de Renovación Carismática Católica (RCC), una rama del catolicismo conservador. Sin embargo, esta experiencia se tornó dolorosa cuando se vio obligada a predicar contra su propia identidad. «Mi homosexualidad siempre ha sido un conflicto. Nunca pude demostrar ni aceptar mi sexualidad», declaró. A los 37 años, hizo pública su orientación sexual, después de haber vivido en el armario.
Durante su tiempo en la RCC, Pamella sentía que «servir en la Iglesia fue como estar oculto». Albergaba la creencia de que tener relaciones románticas era un pecado. «Vivía un conflicto diario entre quién era y mi fe», confesó. Este doloroso proceso la dejó marcada emocional y psicológicamente.
La lucha de los católicos LGBTQ+
Ser una persona LGBTQ+ en la Iglesia Católica Romana conlleva enfrentar tensiones internas y buscar la aceptación en una institución que tradicionalmente desaprueba la homosexualidad. Según el sacerdote jesuita James Martin, «Jesús siempre tendió la mano a aquellos que se sentían excluidos», pero la realidad es que la doctrina de la Iglesia condena la homosexualidad como «intrínsecamente desordenada».
El Catecismo de la Iglesia Católica menciona que los actos homosexuales son contrarios a la ley natural, pero también llama a la compasión y el respeto hacia las personas homosexuales. A pesar de esto, muchas personas LGBTQ+ seguido enfrentan rechazo dentro de la comunidad religiosa.
La teóloga Suzana Moreira enfatiza que aunque la Iglesia tiene una postura negativa sobre la homosexualidad, ha surgido un matiz en su enfoque gracias a acciones como las del Papa Francisco, quien encourage la acogida de la comunidad LGBTQ+.
Un cambio gradual y esperanzas para el futuro
A pesar de los esfuerzos, el camino hacia la aceptación total dentro de la Iglesia sigue siendo complicado para muchos. Pamella ahora se ha comprometido con Érika Oliveira Guerreiro Reis, pero lamenta que no puedan celebrar su amor con un sacramento. «Queremos plasmar nuestro carisma en este matrimonio civil. Contará con la presencia de Dios», dice.
Cada vez más católicos homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales buscan espacios seguros en la comunidad, como la Red Nacional de Grupos Católicos LGBTQ+, que trabaja para crear un entorno acogedor dentro de la Iglesia.
Pamella anhela un futuro donde las personas LGBTQ+ puedan ser aceptadas plenamente en la comunidad católica, soñando con un momento en que no haya miedo ni prejuicio. «Deseo ser una persona católica LGBTQ+ sin miedo a ser quien soy», concluye.
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