«Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos».
Martin Luther King
Diversas, distintas o variadas pueden ser las interpretaciones asignadas a la frase «el día después», que quizá muchos relacionen con algún anticonceptivo o con uno de los tantos géneros cinematográficos, pero en política es algo que permite orientar lo que podría suceder este 27J, cuando la demagogia, fantasía, mentira y falsedad desea que el ciudadano de a pie, sin pensar, analizar o comparar, vuelva a repetir la conducta abstencionista del 25M.
Los venezolanos sabemos que estamos llamados a elegir a alcaldes y concejales este domingo 27 de Julio, en un momento nada fácil, cuando la narrativa de no votar descalifica, intimida o desprestigia a quien desea sufragar. Lo trascendente en las redes sociales es llamar a quien disienta de la narrativa antielecciones de «alacrán», «traidor» o «vendido».
Unos gustan de calificarse de «puros», «buenos» y «dueños de la verdad» contra otros venezolanos a los que desprestigian, descalifican y buscan su destrucción moral por el hecho de creer que la ruta electoral y el valor del voto es una opción no violenta y democrática
Lo reciente, por ejemplo, es el llamado que circula en las redes sociales de un grupo de artistas venezolanos, invitando a la gente a ejercer su derecho al voto este domingo 27J. Contra ellos la intolerancia más rancia, soez, agria y grosera que pueda expresar un ser humano, desató una furia inusitada de ataques. Negándoles su mérito, prestigio, validez y el derecho a expresar lo que creen. A esos extremos, lamentablemente, nos ha traído el discurso político del odio y la intolerancia.
En cambio, «el día después» del 27J, los venezolanos esperamos tener respuesta a tantos discursos, proclamas, llamados y retóricas que nos consigue en el mismo momento de 365 días atrás, cuando llegó el tiempo en que debe responderse si ha valido o no la pena que el protagonismo mesiánico diga ¿cuáles han sido los logros del 28J de 2.024?, a un año desde que asistimos a cada centro de votación en aquel accidentado proceso de elecciones o debemos ofrecer «más sacrificio» sin saber ¿hasta cuándo?.
Mi intención no es convertir esta entrega semanal en un trabalenguas ni tampoco en pretender diseccionar el rico lenguaje español, buscando lo bueno o malo de la frase «el día después», pero lo cierto y significativo es que este fin de semana de llamado a elecciones y de recordar otra –27J y 28J–, encierra en ese calendario dos propósitos muy claros y estratégicos del oficialismo.
El primero e inmediato es terminar de colorear de rojo los territorios donde aún hay Alcaldías y Concejos Municipales —alrededor de 124 en el país y 15 en el Zulia– que permanecen en dominio opositor desde noviembre de 2.021.
Claro, en esa intención, cruzando los dedos y prendiendo una vela a cada Santo, el chavismo tiene la mejor esperanza de que la jornada abstencionista del 25M vuelva a repetirse, porque sabe que son minoría y que la oposición desunida no vote, garantiza su segura victoria gracias a la abstención, muy similar a la del 25M cercano.
En segundo término, seguro también en el Polo Patriótico están confiados y convencidos a apostar, fuertes a locha, que la narrativa de María Corina Machado no los decepcionará. El comportamiento que esperan, digamos de un tiro al piso, les garantiza y ofrece la seguridad que ella volverá a llamar a no votar, favoreciendo a los aspirantes a alcaldes y concejales del oficialismo, en menoscabo de los candidatos opositores.
El día después de las elecciones del cercano domingo esperan «celebrar» el triunfo electoral que el CNE le atribuyó al gobierno la noche del 28J de 2.024, aún cuando los ojos del mundo y de los venezolanos vieron otro resultado en los centros de votación a lo largo de ese día.
Además al mejor estilo revolucionario sabrán sacar reedito del festejo en todo el país a otro aniversario del nacimiento del desaparecido expresidente Hugo Chávez Frías que minimice cualquier recuerdo adverso de las presidenciales y les permita realizar un control de daños.
Por otra parte, existe una verdad nada desconocida y es el dilema de votar o no el 27J que no puede negarse o esconderse en muchos electores. Hay una realidad que expresa el malestar que le asalta a muchos. La participación del 27J podría ser superior al índice de asistencia de hace dos meses, durante las elecciones de gobernadores y de la Asamblea Nacional.
En la elección del 27J está la presencia de un mea culpa o arrepentimiento que mucha gente expresa, porque «no lo pensé», «me equivoqué» o «me dejé llevar» cuando la reacción de no haber votado el 25M, llevó a la pérdida de las gobernaciones de Nueva Esparta, Barinas y Zulia, donde la abstención promovida por María Corina Machado fue, según sus palabras, una derrota territorial del chavismo que muchos no terminan de entender.
El gobierno seguramente seguirá apostando a que la participación no remonte un dígito más, sino que continúen los llamados abstencionistas que no logren animar, convencer o sacar de la burbuja de la indiferencia, desinterés y apatía a ningún opositor a que salga a votar este 27J.
Es oportuno insistir en que el debate, la discusión y propuestas de diálogo, entendimiento o negociación para construir soluciones serias y responsables, desde una oposición cohesionada a la crisis del país, pasa por superar las conductas mesiánicas, egocéntricas o de considerar que la verdad es un bien exclusivo de un sólo sector. Además que el secuestro de la opinión libre, colectiva y sin derecho a disentir de alguien, es considerado un ataque a la unidad que sabemos retrocedió en el campo opositor.
No obstante, en ese camino puede decirse que otro paso seguro de la estrategia que favorece sólo al gobierno, es el comunicado publicado este lunes en las redes sociales por la Plataforma Unitaria Democrática, PUD, –especie de cascarón vacío convertido en franquicia política de MCM– desde donde repiten como loro viejo el llamado a los venezolanos a no votar. Es, en pocas palabras, una triste conducta de esa instancia «democrática» cada vez menos «buena para nada» que está alejada de la aspiración esperada por los venezolanos.
En fin, es una responsabilidad muy personal la decisión de cada elector si vota o no. Ahora, está en juego la gobernabilidad más cercana a cada hogar, trabajo o sitio de estudio de cada votante. La eficiencia, calidad y garantía de cada servicio de competencia municipal es respondabilidad de cada uno. Si usted, sépalo, decide no votar y prefiere escuchar a lo que no lleva a nada, la solución de los problemas vecinales seguro llegarán «el día después».
¡Amanecerá y Veremos!.

Caricatura: Feyo
José Aranguibel Carrasco, CNP-5.003
Martes 22/7/2.025
Síguenos en:
Instagram: elpregon.news
Facebook: El Pregón Venezolano
“X” antes Twitter: @DiarioElPregón
Telegram: elpregon.news
Amenhotep Planas Raga en “X” @AmenhotepPlanas
En Ig: Planas Raga