Emiro Albornoz León

Parecerá temerario lo que voy a expresar a continuación, pero son los hechos que lo llevan a uno a sacar conclusiones.                          

Este régimen fallido, forajido, corrupto y violador de derechos humanos, de la Constitución y demás leyes de la República no está dispuesto abandonar el poder por las buenas.                         

Pero es que ya lo han dicho Nicolás Maduro y Diosdado Cabello: «ni por las malas, ni por las buenas», han dicho reiteradamente. La Voz de orden: «no volverán» también va por el mismo atajo antidemocrático.                              

Lo sucedido recientemente con las postulaciones de candidatos a las presidenciales del 28 de julio, convocadas a contrapelo de la ley, es más que elocuente.     

¿Es de un gobierno democrático impedir que cualquier venezolano o venezolana  que cumpla con los requisitos exigidos, se le niegue su derecho a aspirar a ser elegido?. ¿Cómo es qué el organismo electoral, que se supone es independiente actúe como un títere del régimen y le imponga quién participa y quién no?                                                    Entonces no estamos ante un proceso electoral realmente ceñido a las normas constitucionales y previstas en la ley.                                                        

Estamos en presencia de un régimen absolutista que llegó al poder utilizando la democracia que tantos sacrificios le costó al pueblo venezolano sin creer en el alto significado de un sistema de libertades públicas y en su ejercicio ha sometido las instituciones que soportan la democracia y ha violado a placer los derechos humanos elementales.                                      

El régimen sabe perfectamente que hay todo un pueblo decidido a cambiar el rumbo del país por la misma vía como llegó esta tragedia llamada revolución bajo la conducción de una valiente mujer que se ganó el corazón de los venezolanos con sus luchas por la conquista de una Venezuela decente y de progreso para que regrese esa inmensa legión de más de 7 millones de venezolanos que dejaron la Patria,  especialmente jóvenes a quienes esta miasma de gobierno les robó su futuro.                                                

Consciente del gran liderazgo de María Corina Machado, Nicolás Maduro   ordenó la inhabilitación política de esta magnífica lideresa y las instituciones sometidas a sus designios así lo hicieron. La Plataforma de la Unidad Democrática en consenso con la señora Machado    no tienen más remedio que aceptar la ilegalidad de su inhabilitación y seleccionan a una valiosa académica   e investigadora universitaria como la Dra. Corina Yoris a quien el régimen, dando un golpe de estado a la Constitución y leyes electorales impiden que sea inscrita como candidata porque le tienen pavor al nombre de Corina .                     

El régimen ya había escogido unos 9 alacranes colaboracionistas, muy bien identificados por el pueblo, para darle una presunta validez a su fraudulenta elección.                         

El asunto aquí  es que sin importar qué sea María Corina Machado , Corina Yoris o Manuel Rosales,  todos excelentes candidatos, el régimen no se va a dejar ganar unas elecciones realmente democráticas,  no porque cometa fraude porque no lo pueden hacer cuando la oposición asiste a elecciones y una legión de activistas democráticos se instalan en las mesas a defender los votos (ya lo vimos en las elecciones parlamentarias del 2015) , sino porque al saber que el pueblo venezolano los sacará a punta de votos no permitirá la realización de las elecciones utilizando cualquier acto violento que conmocione al país   y no hay elecciones » mientras siempre».

Ya han quedado en evidencia con el más reciente presunto acto de atentado contra Maduro atribuido a la oposición y uno de los señalados ha resultado ser un connotado chavista, ex funcionario del Seniat. El régimen sólo permitirá elecciones siempre y cuando esté seguro de haber logrado la dispersión de la oposición democrática   y el enfado de los electores para q se abstengan de salir a votar que es el escenario ideal para un gobierno irresoluto que lo rechaza la mayoría del pueblo venezolano.                        

Maduro está huérfano de respaldo popular por su desastrosa gestión que si algo ha hecho es empobrecer al pueblo y aventarlo a una diáspora que no tiene parangón con ningún proceso de migración ocurrido en el mundo.   Este cronista tiene la firme convicción que llegado el momento, semanas antes del 28 de julio, el candidato opositor, llámese Manuel Rosales u otra, tiene el apoyo de las grandes mayorías no permitirá q se hagan elecciones utilizando hasta lo innombrable para justificar la declaración de un estado de conmoción nacional y adiós elecciones.                          

 El asesino y criminal dictador cubano, Fidel Castro, recomendaba al difunto.             Hugo Chávez que no podían cometer el mismo error de los sandinistas en Nicaragua cuando teniendo el poder lo perdieron con Violeta Chamorro en elecciones democráticas.                                        

Nicolás Maduro no es demócrata porque sencillamente es comunista y el comunismo niega la libertad, y en la misma vía de pensamiento se mueve el resto de la camarilla   que hoy asalta el poder en Venezuela.                                           

Como es que desde el CNE niegan apertura de las tarjetas de la MUD ( la manito) y de UNT para impedir que se inscriba Corina Yoris, sobre quien no pesa ninguna medida legal q se lo prohíba, pero se inscriben con mucha facilidad una cuerda de colaboracionistas del régimen en total de 9 aproximadamente que juntos no suman el uno por ciento de votos a su favor porque están perfectamente identificados por el pueblo como los alacranes.                                        

El régimen ha dado un golpe de estado a la Constitución y a la Ley de Participación Electoral y no está dispuesto a dejar el poder por las buenas.               

Por eso no permite la participación de María Corina Machado e impide la inscripción de la candidata sustituta que para arrechera del gobierno lleva el mismo nombre de quien acapara hoy día las simpatías del pueblo venezolano.                                       

El régimen quiere unas elecciones a la carta, a la medida de sus intereses.                                                Si dejaran inscribir a Corina Yoris y esta candidatura se distancia de Maduro como se estima debe ser, aquí no habrá elecciones porque inventarán o urdirán un suceso violento       que les permita declarar un estado de conmoción y suspender el proceso electoral «mientras siempre».                          

Si Manuel Rosales fuera el candidato consensuado con la PUD y María Corina le levanta el brazo  y despega en las encuestas, y comprobado en la calle como virtual triunfador, el régimen no dejará que se hagan elecciones. El régimen va  encaminado a dar un golpe de estado a la democracia venezolana.

Periodista. emiroalbornozl@gmail.com      

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