Ing. Golfredo Dávila
El objetivo estratégico de la cúpula dictatorial después de su derrota del 28J sigue siendo perpetuarse en el poder para terminar de destruir a la Nación. La estrategia de la sociedad democrática es hacer respetar la voluntad popular expresada en el voto, en consonancia con el artículo 5° constitucional. Esto supone desplazar al oficialismo del poder, juramentar a Edmundo González Urrutia, construir un Gobierno de Unidad Nacional para encaminar la transición hacia un país con democracia, soberanía, justicia social y progreso. Ambas estrategias, desde luego, son antagónicas, así como la táctica que cada sector desarrolla.
El régimen le teme al pueblo. Por ello, una de sus tácticas es el terrorismo de Estado: psicoterror, persecución, hostigamiento, agresión física, prisión política, tortura y asesinato para silenciar a la sociedad y tener control absoluto de todas las instituciones y/u organizaciones que le son adversas, que no se subordinan o, simplemente, actúan con independencia y autonomía respecto del poder hegemónico. Allí se inscribe el secuestro del Alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez, y parte de su equipo de gobierno. Con ello aspiran desviar la atención para que el golpe de Estado quede impune, frenar cualquier tipo de disidencia, usar a los prisioneros como medio de canje en eventuales negociaciones; en fin, seguir haciendo lo que les viene en gana. Sin embargo, cada atropello del régimen acrecienta el rechazo popular.
Esta política, de corte hitleriana, forma parte de los 11 principios de Joseph Goebbels, ministro de Ilustración y Propaganda de la Alemania Nazi. Citamos dos de ellos: el Nº 2, sobre el Método de Contagio, propone reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; los adversarios han de constituirse en suma individualizada. Lo aplican cuando lanzan improperios y adjetivos humillantes sobre quien se le opone, y los simplifican diciendo, por ejemplo, “todos los opositores son terroristas”.
El principio Nº 3, llamado de la transposición, plantea cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”, es decir, si no pueden ocultar el crimen del 28J, desarrollan otros crímenes en serie para desconectarnos del principal. En esa línea, nos quieren enredar con el tema electoral de 2025, sin antes resolver el conflicto planteado como producto del megafraude cometido. Otro ejemplo: como se sabe, el régimen es acusado de malversar 4,5 billones de dólares. Su respuesta es devolver la acusación al otro por lo mismo “pues tú también lo hiciste, e incluso peor que yo».
Ahora bien, la respuesta de la sociedad democrática no puede ser la aceptación del chantaje. Es clave la articulación de las acciones e iniciativas para defender nuestros derechos vulnerados. Mantener en prisión y acusar de terrorismo a niños y adolescentes con discapacidad es un crimen de lesa humanidad. Por ello, hay que seguir la lucha por la libertad de los presos políticos, al mismo tiempo que se exige respeto a la verdad del 28J. Hay que luchar por salario y demás reivindicaciones populares, a la vez que luchamos por democracia y libertad. No podemos desmayar, hay que mantener la protesta de calle y la lucha de opinión. Hoy se requiere constancia y perseverancia, sin caer en la desesperación y en la desesperanza. Si actuamos unidos no habrá fuerza capaz de doblegarnos.
Secretario General de Vanguardia Popular
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