Iraida Villasmil

La reciente celebración del Día Internacional del Trabajador, nos permitió realizar un merecido homenaje a quienes con el producto de su esfuerzo diario contribuyen con el engrandecimiento del país.   Y de nuestro trabajo en el CLEZ.                                                                             Los líderes de los trabajadores concurrieron en unidad al Salón de Sesiones del Palacio Legislativo con la participación de las distintas fuerzas políticas que tienen representación en esta casa del pueblo.                                                                          Una oradora de orden, la Licenciada Marlene Hernández, Presidenta del Sindicato Venezolano de Maestros Zulia ( Sinvemaz), pronunció lo que bien se puede calificar como una excelente pieza oratoria.                                                                         Con elegancia y altura política la oradora,  hizo gala del conocimiento profundo que tiene sobre la realidad que vive la clase trabajadora venezolana, en momentos cuando una severa crisis de todo orden mantiene más de tres cuartas partes de los venezolanos  en condiciones de subsistencia, situación que se corrobora cuando nos adentramos en los informes que ofrece la Encuesta sobre Condiciones de Vida (Encovi) que realiza la prestigiosa Universidad Privada “Andrés Bello”.

No podía dejar de fustigar la actuación Gubernamental con el esperado y ansiado aumento salarial del 1 de mayo que finalmente se redujo a nuevas bonificaciones  que dejaron el salario mínimo en la misma cantidad del 15 de marzo del año 2022 (130 Bs) que hoy día representa 5 dólares con unos centavos de la divisa norteamericana.   

El Presidente de la República realizó una simple operación matemática de suma y resta, al parecer sin mayor asesoramiento sobre tan delicado y sensible tema porque al anunciar un bono de guerra económica en 20 dólares y un bono de cesta ticket de 40 dólares, lo que hizo fue restarle unos 40 dólares al último bono de guerra del mes de abril y agregárselos al bono de cesta ticket.                                                                       Pero llama poderosamente la atención el hecho que casi de manera inmediata, apenas pasadas unas cuantas horas del decreto de bonos, anuncia un aumento de 10 dólares más al bono guerra

Económica.

Monseñor Mario Moronta, en una valiente carta pública que expone a conocimiento del presidente Maduro le expresa que   “No es ningún secreto que hoy atravesamos la más grave crisis política, económica, social y moral que azota al país. Negarlo es querer tapar el sol con un dedo o demostrar que se está encerrado en una cúpula de cristal.

“Sé que le disgusta a Usted y sus seguidores que se le hable de ‘crisis o emergencia humanitaria’ Pero ¿cómo caracterizar la situación que golpea a la inmensa mayoría de nuestros hermanos?”. El Obispo Moronta dirigió al líder político una invitación a una reflexión, afirmando que en esta situación no es posible “negar el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos”, pues “hay hambre” y “muchas familias no comen lo necesario para poder alimentarse”.

Pero también el Cardenal Baltazar Porras formuló sus críticas y expresó que   «sólo con trabajo y un sueldo digno es como se puede levantar» la familia y la sociedad venezolana.
San Juan Pablo II expresaba el 14 de septiembre de 1981 que “El trabajo es un bien del hombre —es un bien de su humanidad—, porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido «se hace más hombre».
El trabajo dignifica a la persona porque la hace sentir capaz, útil, necesaria, autosuficiente y perteneciente a una sociedad activamente económica.          

Y San José María Escriba de Balaguer, fundador del Opus Dei, Expresaba que: <<ganar algo por tu propio esfuerzo, sin que nadie te regale nada, es parte del proceso de realización personal>>.                

Cuando se realiza una labor, ofreciéndola a Dios y con sentido profesional, es lógico que se desarrollen una serie de virtudes: orden, eficacia, puntualidad, responsabilidad, constancia, fortaleza, diligencia, perseverancia, etc. Un trabajo hecho así, dice san José María, “santifica” a la propia persona.

Para San José María Escrivá el trabajo es una realidad humana principalísima, sin la cual se carecería de un concepto completo del hombre.
-El trabajo, todo trabajo, nos dice, es testimonio de la dignidad del hombre, de su dominio sobre la creación. Es ocasión de desarrollo de la propia personalidad. Es vínculo de unión con los demás seres, fuente de recursos para sostener a la propia familia; medio de contribuir a la mejora de la sociedad en la que se vive.

Por eso si no hay dignificación salarial, el trabajo pasa a ser prácticamente  una labor que esclaviza  y no libera  al hombre como ser humano.

Hoy estos salarios de hambre y llenos de corrupción   reafirman que no tenemos  una sociedad que mira a la justicia ni la teme y peor aún, no le interesa  para nada la dignificación  de una mejor sociedad Venezolana.

Legisladora-Presidenta del Consejo Legislativo del Estado Zulia.

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