La relación entre Iglesias y Kournikova comenzó en un contexto inesperado: se conocieron durante la grabación del videoclip Escape, en diciembre de 2001
La familia de Enrique Iglesias y Anna Kournikova vuelve a crecer. La pareja dio la bienvenida a su cuarto hijo el miércoles 17 de diciembre, una noticia que confirmaron días después a través de una publicación conjunta en Instagram. El nuevo integrante se suma a los mellizos Lucy y Nicholas, de 8 años, y a su hija Mary, de 5.
El anuncio llegó acompañado de una imagen íntima y sencilla: su cuarto hijo aparece envuelto en una manta, con gorro de hospital, acurrucado junto a un peluche. El mensaje que acompañó la publicación fue breve y personal: «My Sunshine 12.17.2025», sin entregar más detalles.
Una familia que crece, lejos del ruido
Aunque la pareja es conocida por su bajo perfil, el embarazo ya había sido anticipado meses antes. En agosto, una fuente cercana reveló a People que Iglesias y Kournikova estaban esperando a su cuarto hijo. «Anna y Enrique están muy felices de volver a ser padres», aseguró entonces. «Han demostrado ser grandes padres con sus tres hijos, y ambos aman el proceso. Disfrutan las actividades y todo lo que implica criar a los niños».
Esa misma cercanía familiar ha marcado varias decisiones recientes del cantante, especialmente en el plano profesional. Según la fuente, la reducción de su agenda de giras responde a un deseo claro de pasar más tiempo en casa. Aunque disfruta profundamente los escenarios, ha reconocido que se le ha hecho «más difícil irse» lejos de su familia. «Ser papá es muy importante para él», añadieron.
Una historia de más de dos décadas
La relación entre Iglesias y Kournikova comenzó en un contexto inesperado: se conocieron durante la grabación del videoclip Escape, en diciembre de 2001. Meses después, su aparición conjunta en la alfombra roja de los MTV Video Music Awards terminó por confirmar lo que, hasta entonces, era solo un rumor. Desde ese momento, han construido una relación estable, marcada por la discreción y una clara separación entre su vida pública y privada.
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