Entierros marítimos grupales de China: «Esparcimos al mar más de 7 mil cenizas al año»

En Dalian, el entierro colectivo en el mar no supera los mil yuanes (130 euros), y el privado ronda los diez mil ( mil 300 euros)

La ceremonia concluye con el lanzamiento de pétalos de flores. Los familiares, apiñados en la popa del barco, se inclinan hacia el mar para brindar el último adiós a sus difuntos, cuyas cenizas se hunden lentamente dentro de unas urnas de arcilla marina. Hay 91 personas a bordo. Y cuatro muertos de los que despedirse. Es un entierro marítimo grupal, muy habitual en la ciudad de Jinan, en la costa este de China.

También es un entierro completamente gratuito. Las autoridades locales financian a los residentes el servicio del barco para impulsar lo que en el gigante asiático venden como «prácticas de entierro ecológicas». Se llevan fomentando tres décadas y cada vez tienen más seguidores. Cerca de Jinan, en la ciudad costera de Qingdao, esta semana van a celebrar otro entierro grupal en el mar para una decena de muertos de Xi’an, una urbe del interior, a casi 1.200 kilómetros de allí. El Gobierno de Xi’an subvenciona a los familiares el viaje y el paseo en barco, además de 5.000 yuanes, que al cambio son alrededor de 660 euros, por optar por el entierro en el mar.

Si nos vamos al noreste, al puerto de Dalian, frente a Corea del Norte, desde allí el capitán Chen Qi sale casi a diario con su yate de 33 metros lleno de grupos que quieren lanzar los restos de sus difuntos al mar. Chen, como contaba en una entrevista al diario China Daily, lleva 23 años al timón de una de las empresas de servicio de entierro en el mar más grandes del país.

«Más de 7.000 cenizas al año esparcimos al mar desde los cuatro barcos que manejamos», aseguraba Chen, quien daba tres motivos por los que las personas cada vez están optando por este tipo de entierros: «Algunos tienen sentimientos especiales por el mar, porque se han criado en zonas costeras, mientras que otros no pueden ser enterrados en tumbas familiares debido a tradiciones locales, como muertes relacionadas con casos de suicidio. Luego hay familias que no pueden pagar un entierro tradicional en tierra».

En Dalian, el entierro colectivo en el mar no supera los 1.000 yuanes (130 euros), y el privado ronda los 10.000 (1.300 euros). Por un entierro tradicional, en tierra, pueden llegar a pagar hasta 100.000 yuanes (13.100 euros). Chen explicaba que las autoridades locales dejaron a su empresa un lugar concreto en el mar, de 1,86 kilómetros cuadrados, a 30 minutos navegando desde el muelle.

Las urnas que se usan son biodegradables. «Guiar a más personas a elegir funerales ecológicos significa que menos tierras de cultivo estarán ocupadas por entierros tradicionales, lo que puede ayudar a mantener el área de tierras de cultivo del país por encima de la línea roja de alrededor de 1.120 millones de hectáreas», explicaba este fin de semana en una entrevista con el diario chino Global Times Peng Xizhe, director del Centro de la Universidad de Fudan para Estudios de Políticas de Población y Desarrollo.

En Shanghai, por ejemplo, la ciudad más poblada de China (más de 26 millones de habitantes), estos entierros en el mar comenzaron en 1991. Entonces se daban menos de 300 servicios por año. Ahora se superan los 5.000. De ello se encarga el operador Feisi, que saca el barco con entierros privados y grupales dos veces al día. Las autoridades del centro financiero también ofrecen incentivos: 3.000 yuanes a las familias y 1.600 a la empresa funeraria.

En China, sobre todo en las zonas urbanas, la mayoría de los residentes eligen la cremación para sus difuntos y luego la primera opción es enterrar las cenizas en la tumba del cementerio donde estén los antepasados. Pero en ciudades como Shanghai, los camposantos se empezaron a llenar hace años, y los precios de los entierros tradicionales no han parado de subir, al igual que el coste de una parcela para depositar una tumba.

Precios prohibitivos para muchas familias, que deciden finalmente olvidarse de la tierra y mirar al mar. Más ahora después de que los restos del último ex presidente de China fallecido acabaran en el agua. Eso, según aseguraron los medios locales, disparó la demanda de los entierros en el mar.

Las cenizas del ex líder Jiang Zemin, quien falleció el pasado 30 de noviembre a los 96 años, fueron esparcidas en la desembocadura del río Yangtze desde un buque de guerra que salió desde el puerto militar de Wusong, en Shanghai. Los familiares de Jiang también lanzaron pétalos de flores.

A muchos chinos les cuesta aceptar estos «entierros ecológicos», ya que la mayoría sienten mucho arraigo por sus costumbres funerarias, especialmente durante el festival de Qingming, lo que para España sería lo equivalente al Día de Todos los Santos. Durante al menos dos milenios, los chinos se han dirigido a las tumbas de sus antepasados el día 15 después del equinoccio de primavera para eliminar las malas hierbas, limpiar la tierra y depositar comida.

Sala de Redacción/ Lcda. Andreína R. Oroño González

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