En las últimas décadas, los casos de intolerancia al gluten han aumentado influenciados por la difusión pública y cambios en los métodos agrícolas e industriales
La intolerancia alimentaria, incluido el caso del gluten, ocurre cuando el cuerpo no procesa correctamente ciertos alimentos. | Archivo
Intolerancia al gluten. Este término es a menudo utilizado de forma muy general. Pero en realidad abarca tres condiciones distintas donde el cuerpo no procesa correctamente ciertos alimentos, bien sea por una mala digestión o alteraciones bioquímicas, según el gastroenterólogo Héctor Velarde en conversación con El Comercio.
Por su parte, la nutricionista Giulianna Saldarriaga aclaró que la «intolerancia al gluten» se refiere tres factores:
Enfermedad celíaca: un trastorno autoinmune donde el gluten daña el intestino delgado e impide la absorción de nutrientes. Se diagnostica con análisis de sangre y biopsia intestinal.
Sensibilidad al gluten no celíaca: presenta síntomas similares a la celíaca (hinchazón, fatiga, dolor de cabeza) pero sin daño intestinal ni marcadores inmunológicos. Su diagnóstico es por exclusión.
Alergia al trigo: una reacción inmunitaria a las proteínas del trigo (no al gluten) que puede causar urticaria, dificultad respiratoria o anafilaxia.
Aumento de casos
En las últimas décadas, el aumento de la intolerancia al gluten ha sido notable. Expertos sugieren que esto se debe a una mayor difusión pública, lo que lleva a más personas a eliminar el gluten de su dieta sin diagnóstico.
También influyen cambios en los métodos agrícolas e industriales, que usan trigos con más gluten y aditivos. Además, la salud de la microbiota intestinal es clave; un desequilibrio puede disminuir la protección contra proteínas como la gliadina o incluso reaccionar a los fructanos del trigo.
Saldarriaga advirtió, de hecho, que esta intolerancia puede surgir en cualquier momento de la vida, incluso en la adultez, debido a cambios en el sistema inmunológico, la microbiota o el intestino por factores como infecciones, estrés o cambios hormonales.
Intolerancia Gluten
La intolerancia al gluten puede manifestarse con síntomas tanto digestivos como extraintestinales, dificultando su identificación
Intolerancia al gluten: síntomas
Los síntomas de la intolerancia al gluten son variados, incluyendo hinchazón, gases, dolor abdominal, fatiga, dolores de cabeza, confusión mental e incluso erupciones cutáneas o anemia.
La nutricionista Saldarriaga señaló que pueden aparecer días después de la ingesta, dificultando su identificación.
La falta de especificidad de estos síntomas hace que el diagnóstico sea un reto. Estos se pueden confundir con otras condiciones como el Síndrome de Intestino Irritable, intolerancia a la lactosa, o la Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
También se han documentado relaciones con afecciones dermatológicas, problemas neurológicos y trastornos autoinmunes como la tiroiditis de Hashimoto, donde el gluten puede actuar como desencadenante o agravante.
Asimismo, la «moda» de eliminar el gluten sin una razón médica de especialista puede ser perjudicial.
Los expertos advierten que ello puede enmascarar la enfermedad celíaca, retrasando un diagnóstico crucial y poniendo en riesgo la salud a largo plazo. Además, una dieta sin gluten mal planificada puede llevar a deficiencias nutricionales (fibra, hierro, calcio, vitaminas B).
Es fundamental no caer en la creencia de que «todo lo sin gluten es más saludable», ya que muchos productos «free» son ultraprocesados, con más azúcares, grasas y aditivos, y a menudo con un perfil nutricional inferior a sus versiones tradicionales.
Intolerancia Gluten
Eliminar el gluten de la dieta sin una razón médica y sin acompañamiento profesional puede enmascarar una enfermedad celíaca y ocasionar deficiencias nutricionales
Una dieta libre de gluten puede ser saludable si está bien planificada y supervisada por un nutricionista.
Giulianna Saldarriaga sugiere que debe incluir proteínas (huevo, pescado, pollo), grasas saludables (palta, frutos secos, aceite de oliva), cereales sin gluten (quinua, arroz integral, maíz), y muchas frutas y verduras.
El objetivo es mantener una alimentación variada, equilibrada y completa en nutrientes, sin restricciones extremas.
Cuando se realiza por indicación médica, una dieta libre de gluten bien diseñada puede ofrecer mejoras significativas en la salud, como menos dolor abdominal, reducción de gases y mayor claridad mental.
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