Elio Ríos Serrano
El fenómeno del Polvo del Sahara (Sahara Aire Layer, Fenómeno S.A.L), es una manifestación periódica que depende de la acción del viento para levantar y conformar la masa de arena o polvo que viaja produciendo una calima y de la dirección del viento para determinar el destino de esta masa.
La calima es un fenómeno atmosférico caracterizado por la presencia de materiales en forma de pequeñas partículas suspendidas en el aire, quitando la transparencia del aire.
Dentro de las causas de las calimas está la presencia del Polvo del Sahara. Éste procede desde el Desierto del Sahara. Este desierto ocupa un tercio norte del continente africano. El Fenómeno surge como consecuencia de la acción del viento sobre el suelo sahariano desprovisto de vegetación, levantándolo al aire. Así con los vientos viajan como aire seco con polvo hasta Europa, el Caribe, Suramérica, Centroamérica y México.
Este Polvo ayuda a la modelación de la costa caribeña, alimenta a los médanos y arenales de Zulia, Falcón y los llanos.
También produce calima en la región, se agrega a la composición del suelo del territorio venezolano, de las Cuencas y Selvas, que incluye a las del Orinoco y del Amazonas.
La calima por Polvo del Sahara tiene efectos ambientales:
– puede disminuir la visibilidad según la densidad de la nube de polvo
– Puede cambiar el color del cielo al color marrón o anaranjado.
– Puede disminuir la humedad atmosférica, disminuyendo la formación de nubes y por tanto de lluvia.
– Produce presencia de Polvo en nuestros vehículos, plazas, calles, muebles, electrodomésticos, libros, juguetes, tanto en nuestro domicilio, empresas, instituciones.
El fenómeno del Polvo del Sahara puede condicionar enfermedades ambientales, por tanto, es un factor de riesgo ambiental.
El Fenómeno del Polvo del Sahara actúa como factor de riesgo para enfermedades ambientales pues a nivel de nuestro organismo se presenta como un agente irritante de los ojos, como estornutatorio e irritante de las vías aéreas y además es reconocido como un factor de complicación para afecciones respiratorias crónicas (sinusitis, asma, bronquitis crónicas, enfisema pulmonar, etc).
Las recomendaciones ambientales siempre empiezan por la presencia de árboles en nuestros campos y ciudades, para que sirvan de filtro ante el Polvo de Sahara para disminuirlo como un factor de riesgo. Si algún miembro de la familia sufre de enfermedades respiratorias crónicas o de alergias, deben tener árboles como defensa o filtro.
Recomendamos ante la calima del Polvo del Sahara:
– el uso de mascarillas durante la temporada del fenómeno del Polvo del Sahara, al salir al frente, al balcón o a la calle.
– Lavarse la cara con más frecuencia.
– Aumentar la frecuencia de actividades de limpieza en el domicilio, empresa o institución.
– Acudir al CDI, Consultorio Popular, a la Clínica Popular (consultorio del Sistema Regional de Salud), Consultorio Municipal o Consultorio Privado, si presenta síntomas oculares o respiratorios.
Médico Internista – Ambientalista
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