El presidente de la ONG Un Mundo Sin Mordaza indicó que la apertura de la investigación por parte de la Fiscalía de la CPI por posibles crímenes de lesa humanidad en 2021 coincidió con «el momento más oscuro» para la sociedad venezolana. «La tragedia es esta: cuando la investigación se abrió, la Corte cayó en silencio y ese silencio coincidió casi perfectamente con el peor aumento de represión de nuestra historia moderna»
El activista y presidente de la ONG Un Mundo Sin Mordaza, Rodrigo Diamanti, afirmó este miércoles 3 que el sistema de justicia internacional le «falló» a las víctimas venezolanas cuando necesitaban mayor protección y «ha guardado silencio» durante los años de mayor represión en el país.
«Quiero pedir disculpas a las víctimas venezolanas porque este sistema, en el que confiamos, les falló cuando más lo necesitaban», dijo Diamanti al inicio de su intervención en el debate general de la 24ª Asamblea de Estados Partes de la CPI, que se celebra hasta el 6 de diciembre.
Diamanti hizo un llamado a la Fiscalía y a los Estados Partes a «restaurar la capacidad de disuasión» de la Corte frente a crímenes en curso. Cuestionó el enfoque de la Fiscalía de «diálogo sin consecuencias, optimismo sin acción».
«Si esta Corte no es evaluada por su capacidad de detener crímenes en curso, ¿entonces por qué se la evalúa?», se preguntó.
Según el presidente de la ONG, esta posición permitió que la administración de Nicolás Maduro usara la presencia de la CPI como «escudo diplomático» para «profundizar la represión».
En una década, afirmó Diamanti, la sociedad civil venezolana «se convirtió en el motor de la justicia internacional» ante la inacción de la Fiscalía al recopilar evidencia, documentar cadenas de mando, impulsar la creación de mecanismos internacionales sobre la situación venezolana y lograr la remisión de seis Estados parte de la situación a la CPI.
«Los venezolanos hicieron historia y, aun así, el Fiscal se negó durante años a abrir la investigación», sentenció.
El activista indicó que la apertura de la investigación en 2021 coincidió con «el momento más oscuro» para la sociedad venezolana. «La tragedia es esta: cuando la investigación se abrió, la Corte cayó en silencio y ese silencio coincidió casi perfectamente con el peor aumento de represión de nuestra historia moderna».
Afirmó que tras la apertura de la investigación por crímenes de lesa humanidad, las denuncias de tortura aumentaron 150%, las desapariciones forzadas incrementaron 105% y por primera vez en 10 años se detuvo por razones políticas a más de un centenar de adolescentes y mujeres.
También indicó que tras la elección presidencial de 2024, al menos 25 personas fueron asesinadas y más de 2.000 fueron detenidas en 48 horas, lo que cumplió una amenaza pública del oficialismo.
Para el presidente de Un Mundo sin Mordaza, la percepción de inacción tiene graves consecuencias. «Para las víctimas, el mensaje es: no somos prioridad. Para los perpetradores: pueden continuar».
Exhorto a la CPI
El activista solicitó que la Fiscalía de la CPI se pronuncie de forma consistente sobre la situación venezolana porque «cada día de silencio es un día de permiso». También exigió que la Corte Penal emita públicamente las órdenes de arresto correspondientes, aun sin revelar nombres.
El defensor de DDHH planteó las dudas que enfrentan numerosas víctimas respecto al proceso sobre la vinculación de un familiar del fiscal Karin Kham en la representación del Estado venezolano, y que llevó a una recusación y apartarse del caso en agosto de este año. «¿Cómo puede el Fiscal señalar la responsabilidad del régimen venezolano de un lado de la sala, mientras alguien de su propia familia lo representa en otro?», cuestionó.
Diamanti insistió en que «cada día sin acción tiene un costo humano irreversible, Venezuela no puede soportar otra década de silencio. Es hora de que esta Corte sea lo que fue creada para ser: una línea real de protección frente al terror de Estado».
Recordó las palabras de los padres de Juan Pablo Pernalete, uno de los jóvenes asesinados durante las protestas de 2017: «Los crímenes contra la humanidad no prescriben, pero las vidas humanas sí. Como la vida de su hijo, Juan Pablo Pernalete».
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