Orlando Cuicar
La revolución norteamericana representa un digno ejemplo como una sociedad cuyo modelo de desarrollo se fundamenta en la economía porque su epicentro de la lucha partio de su protesta e incomodidad por los impuestos y la exclusión en la representación en las cámaras de representantes y gobiernos ejercidos por los británicos, modelaron su exitosa forma de gobierno federal descentralizada y democrática, con un militarismo coordinado dirigido y gobernado por civiles, en este aspecto la defensa del país quedaba en manos de los ciudadanos y por ello constitucionalmente el uso de armas de fuego es permitido a la población, tal esquema la democracia y el capitalismo coviven en una dinámica dialéctica logrando paz bienestar y progreso social que les permite producir, crecer y alcanzar niveles tecnológicos alucinantes.
El espíritu protestante, el activismo de sus fuerzas productivas y la democracia es la que permite observar a distancia las características de un país organizado y desarrollado de las Américas y su patio trasero que se pueden catalogar como algunos países medio desarrollados y otros en peores condiciones, la mayoría con gobiernos presidencialistas herederos de los caudillos montoneros de la colonia.
El caso del atraso y la destrucción de nuestro país rico en recursos naturales, ubicación geográfica privilegiada, nos hemos caracterizado por tener gobiernos centralizados con democracias imperfectas y con economías primitivas primario exportadoras y gobernantes populistas carentes de conocimientos en economía y productividad, pero muy elocuentes » que saben cantar pero no saben lo que cantan «.
Mientras no se desmonte el actual estado federal hipercentralizado con democracia imperfecta corrupta y excluyente, y se empodere a los estados y regiones donde el ciudadano deje de ser una simple cedula de identidad y deje ser un simple borrego votante y las fuerzas armadas en vez de ser garantes de la integridad territorial y sus fronteras, así como la vigilancia de los ciudadanos para descubrir los diferentes individuos terroristas e implantadores de doctrinas antidemocráticas, tal y ha sucedido y viene sucediendo en el país, porque las fuerzas armadas equivocaron su doctrina basada en el equilibrio y defensa de la ciudadanía en cuanto a derechos constitucionales se les atribuyen, estos simplemente se han convertido en protectores de los gobernantes de turno que protegen con celo desmedido las posiciones crematísticas que adornan sus funcionalidades.
Todo el discurso y la retórica que se transmite y se simboliza esta referida a la » política rastrera de héroes y villanos «, mientras la patria quebrada con un aparato productivo arruinado y maltrecho y una deuda publica monstruosa que la pagara la población los mas vulnerables, cuyos hijos y futuros nietos tendrán que soportar la carga impuestas por los héroes de pacotilla que destruyen el país.
Caracas no es Venezuela, allí hay por lo menos servicios públicos, pero los estados productivos el Zulia, Carabobo, Bolívar, Lara y otros de menor productividad, subsisten ruinosamente, y de las entrañas de la tierra extraen sus riquezas perjudicando el ambiente y contaminando nuestros estados haciéndolos deplorables y sin garantías de resurrección económica porque desde Caracas los propietarios de las franquicias de partidos portátiles, los » genios políticos analfabetas tecnológicos y sectarios» imponen las reglas de juego monopolizando la política la economía y los poderes legislativo, ejecutivo, judicial y militar.
La Economía productiva la que garantiza la optimización y la productividad y el desarrollo de las fuerzas productivas, no está en el tablero de los políticos actuales porque las agendas macroeconómicas que se ofrecen, son un repertorio de buenas intenciones y es materia secundaria en la ideología de los aspirantes a convertirse en los nuevos inquilinos de Miraflores.
La democracia del embudo que se genera lineal y verticalmente en las direcciones políticas impuestas desde la capital ha asfixiado a las regiones productivas y las grandes mayorías de las fuerzas productivas y profesional del país han huido a otras tierras porque aquí no tienen ni tendrán futuro con el atrasado modelo centralista militarista dirigido por populistas y demagogos irresponsables.
Mañana de nuevo se hace catarsis votare por lo que el pueblo ya escogió, pero el medicamento apropiado democracia-economía-capitalismo y gobierno federal descentralizado debe ser la retórica imperante.
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