P. José Andrés Bravo H.
El Domingo de Ramos hemos celebrado la entrada de Jesús a Jerusalén donde su historia llega a la cumbre del Amor Grande en el Sacrificio de la Cruz. Comienza así una Semana de Amor del Dios que, haciéndose humano, nos salva y nos devuelve la dignidad de hijos de Dios
Quiero hacerme eco del Mensaje de nuestro Arzobispo Mons. José Luis Azuaje al Pueblo de Dios de la Arquidiócesis de Maracaibo. Él nos pide que en esta Semana Santa nos dediquemos a la contemplación del Misterio de Jesucristo, su vida entregada, su pasión, muerte y resurrección. En adoración profunda especialmente en la Eucaristía donde su presencia divina se revela haciéndose cuerpo y sangre entregados por la salvación de la humanidad.
Nuestro Pastor nos pide también que esta Semana Mayor sea un tiempo de encuentro entre nosotros, que nos reconciliemos pidiendo perdón y perdonando. Es muy importante porque es el cumplimiento más exacto del Evangelio de Jesús, que todos volvamos a ser hermanos. La gracia de Dios nos libera y nos une en un solo Pueblo, Familia de Dios.
Otra de las recomendaciones que Mons. Azuaje nos da en tan maravilloso mensaje es la práctica de la caridad con los pobres y necesitados, los más cercanos y los más lejanos. Los que más sufren el desprecio de una sociedad deshumanizada. Debemos vivir esta Semana Santa con profundidad espiritual que nos lleve a buscar los más altos principios de un humanismo integral y solidario.