Ni Amoroso ni Claryslia

Por Douglas Zabala

Durante la sesión del 7 de septiembre de 1821 y de acuerdo al artículo 83 de las normas que regían el Congreso Constituyente de la Gran Colombia, se dispuso nombrar al presidente, al vicepresidente y a los senadores. Y por supuesto se realizaron los comicios para la elección de los dos más altos funcionarios del Poder Ejecutivo.

Aquella primera elección si bien es cierto, no fue con las características de hoy, referidas al principio universal de escoger los mandatarios, a través del voto legítimo, directo y secreto de todos los ciudadanos, fue una elección de un tercer grado, pero que les permitió darles la legitimidad requerida para el momento.

Los escrutinios de aquellos comicios arrojaron los siguientes resultados para la elección del presidente de la República: Simón Bolívar obtuvo la cantidad de 50 votos y por Antonio Nariño ocupando el segundo lugar, sufragaron 6 representantes y por Carlos Soublette 2 diputados. En consecuencia, fue elegido Simón Bolívar como primer presidente Constitucional de la República de Colombia.

En las elecciones para escoger el vicepresidente de la República, Francisco de Paula Santander obtuvo 31 sufragios, quedando en segundo lugar, Antonio Nariño con 16 votos a su favor. Santander quedó electo como Primer vicepresidente Constitucional de la República de Colombia. El 3 de octubre de ese año Bolívar y Santander tomaron posesión de sus respectivos empleos.

Estas elecciones se realizaron sin contratiempo alguno, porque siendo una elección entre los miembros del Congreso Constituyente, se realizó a mano alzada y a la vista de la ciudadanía que esperaba con ansias la designación de los nuevos mandatarios y, porque Elvis Amoroso no estaba contando los votos ni Caryslia Rodríguez existía con su TSJ espurio, para trampearle los votos a Bolívar.

Desde esa elección republicana siempre han existido dudas fugaces sobre los procesos electorales en Venezuela, pero jamás como la originadas el 28 de julio cuando se robaron la elección presidencial para favorecer a Nicolás Maduro y pisotear la voluntad soberana de millones de venezolanos que eligieron presidente a Edmundo González Urrutia.