Lcdo. José Aranguibel C.

«Más vale ser vencido diciendo la verdad que triunfar por una mentira».

Mahatma Gandhi

Su nombre, Décimo Juvenal, es el de alguien que no tiene tocayo conocido ni le pertenece a ningún maracucho de esta época o a alguno de otro siglo, sino a un romano creador de la frase «Pan y Circo» de quien dice la historia universal que fue una persona observadora, analítica y poeta que gustaba mucho practicar la sátira del momento político de la Roma del Siglo II, 100 d.C, que trascendió a su tiempo.

La frase «Pan y Circo» que hizo famoso a Décimo Juvenal, –a lo mejor sin proponérselo–, la escuché por primera vez en 1.992, día 4F, cuando en una «colita obligada» nos trasladamos a la base militar BARU, cerca del aeropuerto internacional La Chinita, adonde presuroso ese amanecer, Francisco Arias Cárdenas,  jefe del 1er. intento de Golpe de Estado en el Zulia, contra el gobierno del expresidente Carlos Andrés Pérez, requería llegar a ese lugar a toda prisa en el vehículo de mi propiedad.

En aquel momento, igual que hoy, respiramos un inusitado ambiente tenso, hostil, estresante, cargado de angustia o temor que, ahora mismo, inquieta a cualquiera dentro de Venezuela, ante el enigmático, misterioso e indescifrable destino de la flota de guerra de Estados Unidos de América que Mr. Donald Trump, ordenó estacionar en aguas internacionales frente a las costas venezolanas.

El momento no es fácil cuando leemos mensajes, proclamas o escuchamos audios llenos de odio, insultantes y violentos que circulan en las redes sociales de parte de desequilibrados mentales, egocéntricos, fanatizados o radicalizados, autoproclamados próceres de la libertad y calificados vende humo, quienes desde el exterior o dentro, sólo piensan en mezquinos intereses . 

Olvidan que dentro de Venezuela no viven conejillos de india, cuando azuzan, manipulan realidades o cruzan los dedos, ligando que suene el primer tirito desde alguna de esas naves de guerra de última tecnología que no son barquitos de papel. Son también actores de los que decía Décimo Juvenal a quienes poco importan las consecuencias de una confrontación entre dos países.

Aquel ilustre romano del Siglo II disparaba su sátira a través de la frase «Pan y Circo» criticando «la apatía del pueblo romano que tras el fin de la República, se había vuelto indiferente a sus derechos políticos y cívicos», a cambio de recibir alimentos, distracciones de carreras de carros o asistir a la lucha entre gladiadores en el Coliseo Romano.

Guardando la distancia, entre Décimo Juvenal y lo que pasó el 4F de 1.992 en Venezuela, seguramente fue el mismo sentido crítico que evocó Arias Cárdenas aquella mañana contra los gobiernos que nacieron a partir de 1.958 con la caída de Pérez Jiménez, cuando, según su apreciación, la corrupción, despilfarro, regaladera, impunidad y el «Pan y Circo» dominaban el escenario político del país.

No obstante, –según la Biblia–, en uno de sus pasajes dice que con la vara que midas serás medido . Hoy es la evidencia clara en cuanto a que a los venezolanos el remedio nos ha resultado más caro que la enfermedad. Esa circunstancia no expresa en modo alguno perversidad si nos dedicamos a observar la recurrencia de casos de alta notoriedad, escandalosos, deplorables y lamentables cuando los vicios criticados a gobiernos anteriores han crecido y tenido su repetición éstos últimos 26 años.

Lo cierto es que el ambiente enrarecido que nos toca vivir a los venezolanos no solo preocupa, sino que  obliga a la sensatez, estar alertas y a poner los pies en tierra firme. La «amenaza» del gobierno de Mr. Trump ha puesto en alerta al de Venezuela que ha abierto más la discordia con el cruce de afirmaciones, acusaciones y señalamientos entre ambos. Es una especie de terapia dental cuando entre dos fieras la intimidación es el paso previo al ataque.

Una pelea, escaramuza o contacto bélico entre la primera potencia militar del mundo contra una nación caribeña no creo que lleve a un final feliz. La realidad indica una enorme desigualdad. No obstante, el gobierno venezolano no es mocho ni está atado de manos. Ha llamado a activar una estructura de defensa, pero nadie sabe ni podrá adivinar el número de decesos si ocurre lo peor.

Sean ciertos o no los argumentos que la administración de Mr. Trump ha lanzado para detener el negocio de los carteles de la droga, la suspicacia caribeña me lleva a pensar que detrás de todo su show mediático, lo menos que debe interesarle, preocuparle o lamentar es el bienestar de los venezolanos. ¡Amanecerá y Veremos!

Caricaturista: Feyo

José Aranguibel Carrasco. CNP-5.003

Martes 26/8/2.025

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