A principios de diciembre, de regreso de su visita a Turquía y Líbano, el pontífice, quien mantiene contacto con la CEV, hizo un llamado público a EE UU para que evite una incursión militar en el país
El papa León XIV, con un pasado de apoyo a los migrantes venezolanos, está siguiendo de cerca la creciente tensión entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Donald Trump. El Vaticano, que históricamente ha intentado mediar en la disputa, se mantiene activo en la búsqueda de soluciones pacíficas.
CNN confirma que la Santa Sede mantiene un contacto constante con el arzobispo Alberto Ortega, el nuncio apostólico en Caracas, quien sirve de puente entre el gobierno y los obispos locales.
El esfuerzo por el diálogo cuenta con una figura venezolana clave en la Santa Sede: el arzobispo Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales.
A principios de diciembre, de regreso de su visita a Turquía y Líbano, León XIV hizo un llamado público a Estados Unidos para que evite una incursión militar. El pontífice sugirió que era preferible «buscar maneras de diálogo, quizás presión, incluso presión económica», para lograr un cambio en el país.
León XIV también informó a los periodistas que tanto el Vaticano como la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) están «buscando maneras para calmar la situación, buscar sobre todo el bien del pueblo».
El mismo pontífice visitó Venezuela en 2006, mucho antes de ser elegido papa, cuando era Prior General de la orden de San Agustín.
En octubre pasado, Nicolás Maduro confirmó haberle solicitado al pontífice su ayuda para «preservar la paz» en Venezuela a través de una carta. Los intentos de mediación previos del Vaticano, bajo el papado de Francisco en 2016 y nuevamente tres años después, no tuvieron éxito, en parte porque Francisco exigió que ambas partes solicitaran la asistencia de la Santa Sede.
El teólogo César Piscoya, asesor del CELAM y amigo del papa, describió a León XIV como una persona «muy prudente, muy calmada» y con una actitud de «cercanía, de escucha, de atención a todos».
Legado de acogida en Perú
Más allá de la diplomacia vaticana, León XIV tiene una conexión profunda con el éxodo venezolano. CNN destaca su liderazgo al frente de la diócesis de Chiclayo (Perú) donde, como obispo Roberto Prevost, cofundó la villa San Vicente de Paúl, que se convirtió en un símbolo de la acogida a los migrantes.
Esta villa, que incluye un albergue, ha recibido a más de 5.000 venezolanos desde 2019, que a menudo llegaban después de largas y penosas travesías, según Juan Carlos Reaño, coordinador del proyecto “13 casas” en Perú.
Según Reaño, la labor del entonces obispo Prevost convirtió el albergue en un «espacio de milagros», proporcionando tranquilidad a quienes llegaban desplazados.
El impacto del actual papa en Chiclayo fue integral, al punto que creó la Comisión de Movilidad Humana y Trata de Personas de la Diócesis, logrando involucrar a la Iglesia, la sociedad civil y las estructuras gubernamentales para dar una respuesta completa a la crisis migratoria, algo que el asesor Piscoya resaltó como un enfoque «solidario y subsidiario» en lugar de meramente asistencialista.
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