Un informe de Transparencia Venezuela señala que la industria petrolera y gasífera en el país no cumple con los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, que toda empresa debe cumplir de acuerdo a los estándares de organismos internacionales preocupados por el cambio climático. Christi Rangel, coordinadora regional de esta organización, resaltó que según mediciones de firmas foráneas, Pdvsa es la petrolera con mayores riesgos en el mundo para la flora, la fauna, la biodiversidad, para sus trabajadores y para la población
La industria petrolera y gasífera de Venezuela ha descuidado su modelo de negocio y su responsabilidad social y ambiental, que la lleva a tener potenciales riesgos. Esta situación viene dada por el incumplimiento de políticas enmarcadas en los criterios de gobernanza que toda empresa debe tener. Un reciente informe de la organización Transparencia Venezuela destacó la necesidad de que la estatal Pdvsa incorpore los objetivos de la Inversión Socialmente Responsable (ESG, por sus siglas en inglés), al ser el sector hidrocarburos de por sí, uno de los más contaminantes en el mundo.
Los criterios medioambientales (ESG) analizan la contribución y el desempeño de un negocio respecto a los desafíos en el medio ambiente, como las emisiones de gases de efecto invernadero, la protección de la biodiversidad, los recursos hídricos o la deforestación.
Christi Rangel, coordinadora regional de Transparencia Venezuela, explicó que el estudio «Pdvsa a espaldas de los criterios ESG«, es un documento que trata los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo de las empresas propiedad del Estado y en este caso de Petróleos de Venezuela. En este informe se analizó y evaluó el desempeño de la industria más allá de los reportes tradicionales de rentabilidad, de solvencia y de tamaño del mercado.
«En este momento a nivel mundial, se da mucha importancia a cuáles son los riesgos y cómo se gestionan las empresas en materias ambiental, social y de gobierno corporativo. Entonces en cuanto al ambiente, la preocupación es cómo se ignoran o mitigan los riesgos de que ocurran daños y en caso de que ocurran, sí estos daños se remedian en el ámbito social, es decir, cuál es la incidencia de las empresas en las comunidades».
Uno de los datos más relevantes en el informe son el impacto de las operaciones de Pdvsa en la calidad del aire debido a las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan por el venteo y quema de gas natural; en la gestión de agua debido a los derrames de petróleo y especialmente en el lago de Maracaibo en el estado Zulia; así como en la biodiversidad.
Durante los últimos años -refirió el documento- Venezuela ha disminuido de forma moderada su emisión total de gases de efecto invernadero. Sin embargo, esto no parece responder a un cambio en sus políticas y a un manejo más amigable con el ambiente, sino más bien a la caída de la producción petrolera y de la económica en general en los últimos 10 años. «Si bien las emisiones de GEI han disminuido en términos generales en el país, no se puede obviar que Pdvsa no ha mostrado avances en la reducción de quema y venteo de gas natural (procesos habituales en este tipo de industrias), los cuales liberan contaminantes a la atmósfera, principalmente C02 y HC4».
Desde hace varios años, Pdvsa viene también acumulando millones de toneladas de coque residual a cielo abierto en el oriente del país (Complejo Industrial José Antonio Anzoátegui), provenientes de los mejoradores de crudo extrapesado producidos en la Faja Petrolífera del Orinoco, las cuales son visibles por todos los transeúntes de la vía que conecta a las ciudades de Barcelona y Puerto Píritu.
«El coque por su naturaleza es altamente tóxico, además las plantas donde se procesa contienen sustancias asociadas al cáncer como lo es el cadmio y el arsénico. Cuando sopla el viento, se liberan partículas a la atmósfera, ocasionando una intensa nube tóxica color gris que causa daños a la población y al ambiente. En años recientes, diversas organizaciones ambientalistas han declarado su preocupación por esta problemática, sin embargo, la acumulación ha prevalecido. En el año 2017, la empresa declaró que estimaban desalojar 12 millones de toneladas métricas en un periodo de cinco años, hecho que no ocurrió», destacó el informe de Transparencia.
Otro tema que ha causado gran preocupación en el ámbito nacional e internacional ha sido el aumento desmedido de los derrames petroleros. Los vertidos de crudo en el lago de Maracaibo no son un problema reciente en la historia de explotación petrolera, pero sí es relativamente reciente la política de opacidad e indiferencia de las autoridades de Pdvsa ante esta realidad, se destacó en el informe. Los derrames también han afectado zonas boscosas, como es el caso de los Morichales en Maturín.
«Cabe destacar que, en el último informe de gestión ambiental, la empresa (Pdvsa) reconoce limitaciones de equipos y herramientas para actuar de forma más eficiente en la contención de los derrames, en este sentido, dadas las condiciones actuales de la compañía se puede inferir que las limitaciones persisten».
En Zulia el petróleo ya no sale en barriles pero sí brota en calles, lago y playas
Pdvsa: sin información ni control
Transparencia Venezuela hizo su análisis basado en los informes financieros que Pdvsa publicó hasta el año 2016, así como de estudios de consultoras especializadas y organismos internacionales. Christi Rangel indicó que entre los resultados destaca que en 60 de los 67 indicadores seleccionados sobre ESG, la estatal petrolera reportó información de 20, es decir, sólo 30% de los estándares; también se observó que nueve indicadores tenían información genérica (13%) y en 38 indicadores, es decir 57% del total, no tenían información alguna.
«Ya con esto nos dio una herramienta para establecer que Pdvsa tiene muchos desafíos no solo por la falta de información, sino porque es evidente también que no se están controlando los riesgos», afirmó Rangel.
-¿Cómo está evaluada Pdvsa como empresa que se preocupa por cumplir los estándares para mitigar su impacto en el ambiente y en las personas?
-En este sentido, un dato muy relevante es la información de la firma internacional Morningstar que tiene un índice que se llama Sustainalytics y esta firma mide los riesgos en materia ambiental social y de Gobierno corporativa de más de 15.000 empresas en el mundo. Esta compañía evaluó a 299 empresas del sector petrolero, entre ellas, por primera vez a Pdvsa en este año 2023 y le dio una calificación de 89,9 puntos que es un riesgo severo siendo cero la situación en la que todos los riesgos están controlados o bajo control y 100 la situación en que ningún riesgo está controlado.
De acuerdo a esta medición, Pdvsa es la que tiene peor calificación en nuestro continente y en el mundo. En América Latina la que sigue en riesgo severo es Petróleos Mexicanos (Pemex) que tiene 61,9 puntos, mientras que la petrolera en la región con la calificación más baja es Ecopetrol de Colombia con 27,9 puntos.
Entonces, por qué es importante toda esta información, porque el ser indiferente a la huella ambiental y social en el sector hidrocarburos tiene un alto costo en vidas de flora y fauna, un alto costo en los daños de cuerpos de agua, en la calidad del aire, en el aumento de las temperaturas y todo esto atenta contra la vida humana. Además, repercute directamente en otras actividades económicas como la pesca, la agricultura, el turismo e indirectamente están afectados otros sectores más.
-Pdvsa argumenta que los planes de mantenimiento en la industria son pocos por la falta de recursos, por las sanciones, por lo que los programas ambientales no deben ser prioridad.
-Pdvsa tiene muy fuertes necesidades de inversión para recuperarse. Pero resulta que ahora los inversionistas privados y los bancos multilaterales están financiando proyectos en donde se cuide de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Es decir, la banca multilateral está financiando aquellos proyectos que cuiden y tengan cuidado del impacto ambiental y social.
Tenemos que llamar la atención sobre este problema tanto por el interés de los venezolanos como por nuestra flora y fauna, nuestro ambiente, pero también por el interés de atraer inversiones constructivas, atraer a inversionistas que les preocupan estos temas.
Por ejemplo, en Europa hay una legislación muy avanzada en esta materia y entonces las empresas europeas tienen que cumplir con estos criterios y si Pdvsa está en una situación que no cumple con esos estándares, entonces esas inversiones no van a llegar, y por otro lado, lo que atraeríamos son aquellos inversionistas que no les importan estos temas, que quieren sacar rendimientos rápidos, pero eso no nos hace bien para nuestra economía ni para la calidad de vida de los venezolanos.
En lo social y laboral
Igualmente, para este informe se analizó cómo impacta la gestión interna en el recurso humano de la industria, en materia de salarios, en la salud y seguridad de la fuerza laboral y, en la ética empresarial y transparencia (gobernanza).
Christi Rangel recordó que es una constante las protestas de los trabajadores de Pdvsa, por ejemplo, por los bajos salarios, pero también por la pérdida de la protección de higiene y seguridad en la empresa. Hay denuncias de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros (Futpv) sobre el aumento de accidentes laborales, los cuales es un número muy elevado para los actuales niveles de producción que se mantienen bajos. Los voceros han informado de tres eventos por semana.
-¿Qué destaca el informe sobre cómo se atiende la seguridad de los trabajadores en la industria?
-Hay normativas sobre ello, pero son letra muerta en relación con lo que ocurre en la práctica, si hay una deuda con los trabajadores es en ese tema, en la seguridad ocupacional exactamente y que, según las denuncias de los propios trabajadores, muchos de ellos ya no tienen ni seguro médico, no los quieren atender en las clínicas; y esto es preocupante ya que se deben tener muchos cuidados para ejercer la actividad petrolera.
-Ya tocando el tema de la legislación, ¿en Venezuela se han actualizado las normas en materia ambiental?
-Venezuela está desfasada en la legislación sobre estos temas. Se necesita que se actualice y que haya un monitoreo para saber si se está cumpliendo la normtiva actual. Nosotros dedicamos en el informe un apartado sobre la legislación venezolana que tocan los criterios ambientales, sociales y de gobierno que aplican al sector de petróleo y gas.
Y sí hay una amplia legislación al respecto, desde la Constitución hay unos mandatos que podríamos decir que están acordes a las exigencias, pero luego en materia ambiental encontramos 36 normas que hablan de la protección del aire, del agua, del suelo, de la biodiversidad, se tipifican delitos ambientales y se habla del desarrollo sustentable etcétera, pero ninguna de esas normas obliga a las empresas a informar sobre su huella ambiental ni hay un seguimiento al respecto.
Nos está haciendo falta una ley sobre el cambio climático y hay un proyecto que está en la Asamblea Nacional, pero que aún se encuentra en discusión y que está en consulta, pero cuando pinchamos el enlace del proyecto de ley, no nos lleva a ninguna parte, es decir, está inhabilitado el enlace.
En el ámbito social también hay un listado importante de normas para la protección del trabajador en materia de seguridad y de higiene ocupacional.
Mientras que de gobierno corporativo no hay prácticamente normas que regulen el buen gobierno de gestión de la empresa. Apenas las normativas de derecho público que aplican a los órganos y entes del Estado que tienen principios generales, pero no hay nada específico sobre por ejemplo, el nombramiento de juntas directivas o comités de ética sobre eso, digamos que ahí estamos bastante atrasados en la legislación de gobierno corporativo.
Por lo que podemos concluir que no hay ninguna norma que obligue a las empresas ni privadas ni públicas a informar sobre su huella ambiental ni social o sobre la gestión de los riesgos ambientales y sociales, ni tampoco hay exhortos desde el Estado a publicar los reportes sobre estos impactos relacionados con los criterios SG.
-¿Podemos decir entonces que Venezuela está raspada en materia ambiental?
-Definitivamente está raspada en muchos de esos criterios de la gobernanza. Sí, y la idea de Transparencia Venezuela es hacer un exhorto, a que a esto también le tenemos que prestar atención, que hay toda una corriente mundial por detener el cambio climático y por la protección social de las partes interesadas. No basta sólo producir sino que lo tenemos que hacer de manera amigable con el ambiente, entonces muchos países están dando pasos en esa dirección. Hay instituciones financieras que están dando dinero a proyectos que cuiden estos temas y nosotros nos quedamos atrás de estas oportunidades, vamos a incumplir con los objetivos de desarrollo sostenible y con el pacto climático, si no prestamos atención.
En el caso de Venezuela, hay muchas empresas privadas que quizás también estén contaminando, pero Pdvsa es la de mayor impacto en el país. En el arco minero también podemos verlo, con la Corporación Venezolana de Minería, pero esta empresa no la hemos analizado todavía, pero con lo que pudimos obtener con Pdvsa, pues hay mucho camino por recorrer y hay que prestar atención a estos temas desde distintas vertientes.
-¿Qué se puede hacer o cuáles son los pasos para comenzar con esta tarea?
-Se debe procurar medidas de remediación. Creo importante que haya una discusión sobre el informe de los efectos y que están haciendo para remediarlos. Hay varios documentos internacionales de indicadores para ello, pero digamos que uno de los más famosos es el de la iniciativa global de reportes que se conoce como Geri por las siglas en inglés (Sistema de Indicadores Ambientales y Sociales). El gobierno debería exhortar, que todos -tanto sector público como privado- midan sus impactos y difundan la información, y en base a esas indicadores cada uno debería generar una sana competencia para ver quién es el que tiene menor huella ambiental.
También en aquellos casos en donde la huella sea importante pues los organismos de control deberían estar atentos para que se tomen las medidas de remediación del daño y exigir a las empresas que minimicen y controlen los riesgos. En Europa, por ejemplo, se otorgan incentivos fiscales a las empresas para ello.
Que cada empresa haga sus propias mediciones en la medida de lo posible, pero además que el gobierno trate de formar parte de los proyectos multilaterales que están recibiendo financiamientos como del Programa de Naciones Unidas para el Clima el cual ha entregado más de 12.000 millones de dólares a proyectos de recuperación ambiental a muchos países en desarrollo y Venezuela no está allí.
El Banco Interamericano de Desarrollo también está financiando proyectos para los países que tienen selva amazónica y Venezuela no ha recibido fondos porque no ha aplicado a ningún proyecto de protección ambiental y de cuidado social. También se puede acudir al Banco Mundial o a la CAF Banco de Desarrollo.
Agencias/Lcdo. Amenhotep Planas Raga, CNP 7525
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