John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton fueron galardonados por su papel fundamental en la evolución del “machine learning”, área que revolucionó la industria de la inteligencia artificial (IA). Hopfield, en 1982, diseñó una red neuronal artificial capaz de almacenar y reconstruir imágenes a partir de datos incompletos o distorsionados. Por su parte, Hinton, inspirado en el trabajo de Hopfield, creó la máquina de Boltzmann, una red neuronal que permitía a las máquinas aprender a reconocer patrones en grandes conjuntos de datos
La Real Academia de las Ciencias de Suecia otorgó el Premio Nobel de Física 2024 a John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton por sus contribuciones fundamentales al desarrollo del aprendizaje automático con redes neuronales artificiales.
Ambos científicos fueron claves en la evolución del “machine learning”, área que revolucionó la industria de la inteligencia artificial (IA). Hinton, conocido como «el padrino de la IA», y Hopfield, pionero en las redes neuronales, sentaron las bases para que las máquinas puedan aprender a través de métodos inspirados en el cerebro humano.
Hopfield, en 1982, diseñó una red neuronal artificial capaz de almacenar y reconstruir imágenes a partir de datos incompletos o distorsionados, basándose en conceptos de la física como el espín de los átomos.
Por su parte, Hinton, inspirado en el trabajo de Hopfield, creó la máquina de Boltzmann, una red neuronal que permitía a las máquinas aprender a reconocer patrones en grandes conjuntos de datos, marcando un hito en el aprendizaje automático.
Las aportaciones de ambos galardonados fueron fundamentales para el desarrollo de tecnologías actuales como el “deep learning”, utilizado en asistentes virtuales como Siri y Alexa, traductores automáticos y en aplicaciones avanzadas como la medicina personalizada.
Según declaró a El País (España) el investigador de la Universidad Autónoma de Madrid, Pablo Haya, este Nobel es un “reconocimiento a una comunidad científica que ha trabajado durante más de medio siglo en la evolución del aprendizaje automático”.
A pesar de sus logros, Hinton expresó preocupaciones sobre los riesgos de la IA, especialmente en cuanto a la generación de noticias falsas, la eliminación de empleos y el aumento de la disparidad económica.
En una entrevista reciente, destacó que las inteligencias digitales podrían superar a los cerebros biológicos, lo que plantea riesgos existenciales.
Este reconocimiento no solo celebra los avances técnicos, sino que también abre el debate sobre las implicaciones éticas y sociales del rápido desarrollo de la IA.
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