Raúl Ochoa Cuenca
En este trabajo de mitad de semana, o lo que en los Estados Unidos podríamos llamar un escrito de midterm, con gusto propongo la lectura de un breve trabajo en el cual podremos echar un vistazo a la decisión del presidente Macron de sustituir a la premier, la tecnócrata Elisabeth Borne, hecho ocurrido ayer y que se ha caracterizado por la designación del Sr Gabriel Attal, de 34 años, actual ministro de la Educación Nacional, como nuevo premier, designación esta que era esperada por los medios políticos y financieros de esa gran nación, siendo la francesa una de las 10 economías más importantes del mundo.
(Como un dato interesante, no obstante las turbulentas aguas sobre las que navega la nave tripulada por Macron, Francia tiene un PIB per cápita trimestral de 10.369 euros, 550 euros mayor que el del mismo trimestre del año anterior, que fue de 9.819 euros).
Si, Francia tiene un nuevo primer ministro, quien es considerado como la estrella naciente de la política francesa. Gabriel Attal, hijo de un abogado franco-tunesino, judio sefardita y de una madre aristócrata, descendiente ella de padres originarios de la llamada Rusia blanca (Odesa).
Observadores de la política francesa, quienes entre ellos me permito incluirme, creen que esta decisión conlleva, 1.- Un cambio estratégico de la acción gubernativa y 2.- la renovación de un gabinete, que para muchos, no obstante la juventud del presidente y de algunos ministros se percibía como viejo y exhausto.
Cuando me refiero a un cambio de la estrategia de su gabinete, es simplemente la apremiante necesidad para Macron de inyectarle a su gobierno personalidades que le den ese impulso, cosa que es normal que se pierda o disminuya con el paso de los años.
Estamos entrando en su séptimo año como jefe de estado y como jefe del gobierno y son años, que para bien o para mal, no transcurren en vano.
La decisión que el presidente de Francia tomó ayer al sustituir a la Sra Borne por un joven de 34 años, brillante intelectual y poseedor de ese don que en Francia se califica de tener charme, de ser charmant, (encantador) de quien se asegura que es bien visto por la extrema derecha y aceptado como un noble contrario político por la izquierda de Jean-Luc Mélenchon.
En esta nota no puedo dejar de mencionar que el presidente Macron, es el presidente más joven de la historia de la Francia moderna, quien fue investido como tal a 39 años de edad y como un designio de Macron con la juventud, ayer nombró como primer ministro a un joven de 34 años, convirtiéndolo en el primer ministro más joven de la historia moderna de Francia, dejando atrás la designación de Laurent Fabius, cuando el presidente socialista Francois Mitterrand lo designó a sus 37 años de edad, en el año 1984.
Este cambio es de vital importancia para continuar con su mandato en condiciones políticas internas que le permitan maniobrar esa inmensa nave transatlántica llamada la República Francesa, con mayor tranquilidad. Es porque el domingo 9 de junio se efectuarán las elecciones para elegir los representantes franceses al parlamento europeo y una aplastante derrota, como teme el gobierno que suceda a manos de la extrema derecha comandada por la Sra. Le Pen, haría aún más inestable las perspectivas de conseguir en el parlamento los necesarios acuerdos para lo que todo estadista desea desde esa posición, hacer lo mejor posible el trabajo encomendado por sus electores.
Igualmente es menester recordar que en las últimas elecciones legislativas, que culminaron con la segunda vuelta el 19 de junio del año 2022, el gobierno Macron perdió la mayoría absoluta en el parlamento unicameral, lo que la ha obligado a la necesidad de largas negociaciones, a fin de obtener la aprobación legislativa para sus proyectos y toma de decisiones en general.
Una derrota en las elecciones europeas de junio de este año, dejaría a Macron al borde del precipicio. No obstante esta situación de minoría parlamentaria y que ha obligado al gobierno a utilizar repetidamente el artículo 49 ordinal 3 de la Constitución de la V República o Constitución del 4 de octubre de 1958, como nunca antes lo había hecho gobierno alguno en un periodo así limitado. ¿ Pero de qué se trata esta norma que previeron los padres constituyentes en 1958 ?
El mecanismo de dicho artículo, el 49.3 consiste en anunciar a la Asamblea Nacional la aplicación de dicho artículo –tras la deliberación en el consejo de ministros– para permitir aprobar la ley sin someterla a votación. Pero como contrapartida el gobierno somete la confianza del ejecutivo a la misma asamblea, la cual podrá presentar una –o varias– mociones de censura. En caso de ser apoyada, obligaría al gobierno a dimitir e impediría la entrada en vigor de la ley en cuestión, lo cual nunca ha sucedido.
Esta válvula de escape constitucional ha sido ampliamente usada por el gobierno Macron Borne. Utilizada también en la polémica ley que reformó el estatuto de las pensiones en Francia, reforma esta que acarreó graves disturbios así como un orden público en estado crítico. Ante esta situación donde el orden público había sido vapuleado y transgredido a discreción, y no obstante Macron decidió imponer su reforma del sistema nacional de pensiones, recurriendo al ya mencionado artículo 49.3 de la Constitución de 1958.
Aprobada como está la reforma de las pensiones, que tardará muchos meses en poder entrar en vigor, víctima de recursos institucionales que prolongarán el riesgo de tensiones Macron decidió correr este riesgo de gran impopularidad. El presidente, en una entrevista televisiva, se declaró dispuesto a asumirla. Al asumirla como efectivamente lo ha hecho, es una de las causas por las cuales el riesgo de afondar en las elecciones europeas, es inmenso.
Como una estrategia a fin de disminuir este alto riesgo electoral, el gobierno Macron hizo votar al parlamento una ley, igualmente compleja y muy polémica: la Ley que regula el fenómeno de los extranjeros en Francia, incluyendo la reforma al criterio universal de conceder la nacionalidad bajo el principio del Ius solis, principio que para muchos juristas y también aquí me incluyo, es un derecho de civilización. Con la aprobación de esta ley Macron ha jugado a obtener algunas simpatías perdidas en beneficio de la ultra derecha y quién sabe si también le permitirá recuperar algunos votos de aquellos electores que en el 2017 le dieron una abrumadora victoria.
Creo que el presidente Macron le estará diciendo a Gabriel Atall: A usted la palabra Señor Primer Ministro.
Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el 10 de enero del año 2024.