Ing. Golfredo Dávila
A dos meses del glorioso 28J y en medio de un silencio ensordecedor, predominan en el ambiente, indignación por el golpe de Estado a la soberanía popular e incertidumbre por el devenir del país. La tragedia que arrastra Venezuela se agravó dado que los destructores se niegan a reconocer que fueron derrotados en las urnas electorales. Sin embargo este pueblo no ha perdido la esperanza de ponerle fin a tanta ignominia.
¿Qué hacer? ¿Habrá posibilidades de salir de la dictadura? Estas, entre otras interrogantes nos encontramos en la calle, sobre todo por no haber podido cobrar el triunfo electoral, cosa que obedece a que el poder es controlado por una mafia que, sintiéndose amparada por las armas de la República, amenaza, chantajea, acude a la guerra sucia y al psicoterror, desinforma, aplica una represión brutal y un sinfín de otras maniobras a objeto de paralizarnos.
Tenemos claro que este régimen no saldrá de Miraflores por generación espontánea, o por un acto de magia, ni mucho menos por su propia voluntad, sin embargo no podrán contra la inmensa mayoría del país que ya los aplastó electoralmente. Este pueblo es sabio y paciente, tiene en sus manos la solución, está revestido de la razón, la verdad, la moral y desde hace largo rato está comprometido con el cambio. Con base a esta afirmación, proponemos:
1. Romper el cerco impuesto a la libertad de expresión, defenderemos este derecho constitucional hablando, conversando y debatiendo, hay que realizar pronunciamientos en cadena todos los días, por todos los medios posibles, en forma individual o colectiva. La gente quiere escuchar a los dirigentes políticos, los legisladores y concejales del cambio, sus dirigentes comunitarios, sindicales, gremiales y de las asociaciones de jubilados y pensionados, que siempre han estado en las calles reclamando sus derechos. Es clave propiciar reuniones, asambleas y cualquier mecanismo de comunicación, para que la gente reciba de primera mano informaciones, haga propuestas, además de reactivar y ampliar cada uno de los equipos creados previo a las elecciones.
2. Estos no son tiempos para achicopalarnos, ni para el pesimismo, recuerden que el régimen usa la mentira y un montón de maniobras para desviar la atención y desmoralizarnos, pero como seres pensantes e inteligentes, debemos hacer caso omiso a todo lo que maquinan en los laboratorios del terror y a pesar de las complejidades existentes, hay que realizar campañas motivacionales, difundiendo la verdad. La dictadura está en su peor momento de dificultad y debilidad, esto aunado al apoyo internacional nos señala que debemos ser optimistas.
3. Coordinar y articular el activismo y ponerle freno a la dispersión de las fuerzas políticas y sociales. Es factible crear en el corto plazo la mayor fuerza unitaria organizada de nuestra historia, conducida por una dirección política asertiva, firme y eficaz, en la que todos nos sintamos representados. Ese gran equipo encabezado por MCM, entre otras cosas, tendrá la tarea de restablecer la confianza en nuestras fuerzas, vencer la incertidumbre y el desasosiego, diseñar un plan de acción que motive la organización del pueblo y jerarquice la presión de calle a través de la forma de lucha no violenta, pero con firmeza, determinación y contundencia. Sería de ilusos pensar que las 8 millones de personas que votaron por Edmundo se vuelquen a las calles, pero si podemos lograr que un alto porcentaje se movilice y accione al unísono en el momento indicado en todos los rincones del país. Estas entre otras ideas que pueden ir surgiendo al calor de la lucha, son la clave para poder cobrar el triunfo electoral y propiciar el tan esperado desenlace.
Vanguardia Popular
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