Ing. Golfredo Dávila
Después de haber orquestado con todos los poderes el golpe de Estado a la soberanía popular, de aislarse interna e internacionalmente y de quedarse sin discurso y sin argumentos, la dictadura acude al guion que le queda para tratar de oxigenarse que es la represión y la crueldad, bajo dos falsas y contradictorias premisas, sembrar miedo al pueblo y mostrar que nadie puede con ellos.
Todos sabíamos que el TSJ refrendaría la farsa y que los poderes se alinearían en la ruta de brindarle al Fiscal excusas para ejecutar su plan macabro y terrorista. Pero ningún régimen subsiste cuando su gestión está destinada sólo a criminalizar la disidencia, a pisotear, humillar, someter, perseguir, apresar niños y adolescentes y a cometer asesinatos. Buscan suplir su debilidad con el terrorismo de Estado, que es la prueba de que el miedo y la cobardía les han invadido. Le tienen pavor a un pueblo que los derrotó en las urnas y los derrotará en la calle, ni los maduristas más fanáticos se comen el cuento del triunfo del dictador, ellos también fueron testigos del horrendo crimen cometido el 28J.
Siempre hemos dicho que la tarea no es fácil, no estamos luchando contra una dictadura tradicional, son mafias en el poder que cuentan con mucho dinero. Un ex-asesor del régimen, Daniel Estulin, dijo que ellos han administrado o saqueado el equivalente a 350 planes Marshall, de los cuales usan ínfimas cantidades para chantajear, comprar politiqueros y pagar mercenarios, para mantener un poderoso aparato de inteligencia y contrainteligencia, para el manejo del psicoterror, de la desinformación, de la propagación del rumor y para mentir descaradamente; en su agonía actúan sin ningún tipo de escrúpulos, ni vergüenza para reforzar su despotismo y cometer las peores atrocidades en materia de violación de los Derechos Humanos; acá todo funciona al revés, ellos cometen actos macabros y culpan a otros; los criminales usan el poder del Estado para enjuiciar y castigar la decencia. Esas monstruosidades engordan el expediente ante la CPI y lejos de acallar al pueblo, acrecientan su hastío e indignación.
Hoy más que nunca debemos confiar en nuestra fuerza, sin caer en la desesperación y la desesperanza, el triunfo del 28J se cobrará y, muy a pesar de saber que con sus desafueros cavan su propia tumba, debemos mantenernos más unidos que nunca y articular a todas las fuerzas políticas, a las instancias sindicales, gremiales que agrupan a los trabajadores, al movimiento estudiantil y a las organizaciones de vecinos y civiles, bajo una única estrategia, que debe manejarse con inteligencia, audacia y firmeza. Echar a un lado los asuntos secundarios y centrarnos en la verdad. Nada está por encima de la verdad y del poder originario que es el pueblo, que se expresó de manera nítida y diáfana y eligió un nuevo Presidente, Edmundo González Urrutia, quien se juramentará en el momento más apropiado.
Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia
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