Iraida Villasmil*
Una vez más se coloca en el escenario de la opinión pública la amarga realidad que vive nuestro Lago de Maracaibo.
Es triste tener que admitir que la civilización y el desarrollo se convirtieron en aliados determinantes en la agonía de su extinción. Pues todos sabemos que entre los constantes derrames de petróleo, como las aguas cloacales que diariamente son descargadas sin el debido tratamiento, y los desechos químicos industriales que sin ningún control son vertidos en sus aguas, fueron haciendo la combinación letal perfecta que ameza la existencia de tan bello natural estuario.
No nos percatamos por tanta indiferencia y ausencia de conciencia ambiental, que como esa bella canción de Ali Primera;
«Sin lago, no hay puerto
ni gente de Maracaibo». «Pero yo espero que un día
el pueblo de Maracaibo
se una por salvar el lago
en nombre de la Chinita»
Quiero recoger algunas palabras expresadas recientemente por nuestro Gobernador Manuel Rosales, en relación a la situación de crisis que afecta en estos momentos al lago: «Este Lago es sitio sagrado para nosotros, porque por esas aguas llegó la Tablita de nuestra Virgen de Chiquinquirá hace 314 años. Significa la vida para miles de pescadores. Es la conexión directa con el Golfo de Venezuela, donde hay más de 500 mil millones de barriles de petróleo y casi 300 mil millones de pies cúbicos de gas, según reservas probadas. Además, es la mayor reserva de agua dulce del país».
Hay advertir que la solución al problema de la contaminación del lago no es responsabilidad única del Zulia y de los zulianos.
El lago es una cuenca Hidrográfica conformada por seis estados: Mérida, Táchira, Trujillo, Lara, Falcón y Zulia.
Los 5 estados, los andinos y los occidentales tienen mucha incidencia en el desastre ecológico de nuestro Lago. Todos los ríos y afluentes que descargan sus aguas al lago provienen de esos estados y con ellos vienen todo tipo de descargas, especialmente, químicas, que aceleran el proceso de eutrofización o envejecimiento del lago, que es natural pero no debe ser acelerado .
Se sabe que en los estados andinos y en Lara, principalmente, se utilizan pesticidas fosforados para proteger los cultivos de las plagas. Estos elementos dejan residuos que las aguas de lluvia llevan a los ríos y estos mueren finalmente en el lago. Es sólo uno de los contaminantes de gran escala que afectan al estuario.
Es por ello que yo celebro con gran entusiasmo el haber logrado congregar a tantas personalidades en nuestra ciudad, en recién encuentro promovido por el Gobierno Nacional, para todo el tema de su saneamiento, puesto que desde ahí deberán salir acciones directas y precisas de los planes, proyectos y búsqueda de recursos que hay que emprender rápidamente para evitar el delito de su extinción. Dios permita que todo fluya y se active rápidamente para que podamos todos ayudar a su rescate y porque no decirlo también, aprender a amarlo, respetarlo y cuidarlo con nueva consciencia ciudadana que nos permita siempre recordar que,
Sin lago…no hay puerto ni gente de Maracaibo».
*Abogada/ Legisladora-Presidenta del Clez.
SECRETARIA DE REDACCIÓN/Lcda. Amarilis Romero S. CNP 12267
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