Según un análisis de WIRED, actualmente existen más de 1,000 cuentas de IG generadas por IA. Los promotores de esta práctica se organizan en canales de Discord para intercambiar consejos y estrategias y aprenden a sacar provecho económico de esta técnica a través de distintas guías.
En un reportaje de 404 Media, se expone cómo los influencers generados por inteligencia artificial (IA), cada vez más numerosos en Instagram, aprovechan los contenidos de creadores humanos para rentabilizar sus propias cuentas a través de links a sitios de citas como Patreon, alternativas a OnlyFans, y diversas apps de IA. Esta tendencia, que se ha expandido significativamente desde que se empezó a informar sobre ella en abril, pone en evidencia las dificultades de la red social propiedad de Meta para controlar este tipo de contenido en su plataforma.
Según un análisis de WIRED, actualmente existen más de 1,000 cuentas de IG generadas por IA. Los promotores de esta práctica se organizan en canales de Discord para intercambiar consejos y estrategias y aprenden a sacar provecho económico de esta técnica a través de distintas guías.
Elaina St James, una creadora de contenido para adultos en Instagram, notó que su alcance se vio severamente reducido desde que comenzó la proliferación de las cuentas generadas por IA. Pasó de aproximadamente 1 a 5 millones de visitas mensuales a no alcanzar un millón en los últimos 10 meses. La influencer lamenta tener que competir con contenido artificial que mina su capacidad de monetización.
Otra figura clave en esta investigación es Alexios Mantzarlis, director de la iniciativa de Seguridad y Confianza de Cornell Tech y ex director de Inteligencia de Confianza y Seguridad de Google. Mantzarlis identificó unas 900 cuentas analizadas por 404 Media y plantea su creencia de que este fenómeno puede prever el futuro de las redes sociales: un entorno saturado por contenido generada por IA.
De todas las cuentas investigadas, el 60% reconocen abiertamente ser generadas mediante IA. Sin embargo, la gran amenaza se encuentra en el 40% restante que no advierte sobre su origen artificial. Un ejemplo de esto es la cuenta verificada de «Chloe Johnson» que, pese a tener 171,000 seguidores, fue eliminada recientemente por Meta. A través de Google Lens, un lector de 404 Media logró rastrear los videos originales en los que se basaban las publicaciones de Johnson, las cuales habían sido manipulados para reemplazar la cara real por una generada por la IA.
La guía de éxito más popular entre los creadores de estas cuentas virtuales es «Instagram Mastery», un manual PDF de la agencia Digital Divas, que detalla métodos para crear y rentabilizar efectivamente un influencer virtual. A su vez, el Profesor EP -seudónimo de otro gurú de la IA- ofrece su propia guía, ‘AI Influencer Accelerator’.
Mientras las voces críticas comparan esta práctica con el robo de identidad y critican la falta de medidas efectivas, los defensores de esta actividad creen que abre un mercado nuevo similar al del hentai u otros medios digitales. Sin embargo, la entrada de esta tecnología en plataformas como Instagram pone de manifiesto las dificultades de las redes sociales y las aplicaciones de distribución para gestionar el contenido generado por IA y las posibles infracciones de derechos de autor y de identidad.
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