P. José Andrés Bravo H.
Mons. Domingo Roa Pérez solía decir que el Cristiano debe ser el Mejor Ciudadano. El habitante responsable de la Polis, es decir, de la Ciudad. El Cristiano debe ser, por eso, un testimonio de convivencia pacífica, de compromiso en la práctica del bien común, de justicia y amor. Su fundamento es la Persona y el Evangelio de Jesús.
El Cristiano debe ser el más auténtico Político, con vocación de servicio en el Amor entregado hasta la Cruz. Es ahí donde la Política tiene sentido cristiano. Con consciencia social, con sensibilidad ante las necesidades de los demás, especialmente de los pobres y necesitados. El Cristiano es un constructor de una humanidad fraterna, según los designios del Creador.
Les recomiendo buscar en el Evangelio de Jesús el valor de la Política. Cristo, al encarnarse en nuestra historia, asume todas las realidades humanas. A sus discípulos les dice que quien entre ellos quiera gobernar, sea el servidor de todos. Es que el servicio del bien común es uno de los valores más importantes de la Política. No cualquier servicio, sino el que practicamos según el Evangelio.
SECRETARIA DE REDACCIÓN/Lcda. Amarilis Romero S. CNP 12267
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