El aspirante al Vicerrectorado Administrativo, Nelsón Chitty La Roche en las próximas elecciones generales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), sostiene que las universidades tienen que hacer ver el Gobierno nacional que, con los presupuestos carentes, muy poco puede lograrse. Sostiene que hay que cuidar la autonomía y propone nuevos modelos de negocio para potenciar el desarrollo y las finanzas de la casa de estudio.

Nelson Chitty La Roche cuenta con el respaldo de cientos ucevistas residentes en el estado Zulia organizados para asistir y materializar el apoyo esta misma semana, según pudimos conocer.

Nelson Chitty La Roche es uno de los candidatos a vicerrector Administrativo de la Universidad Central de Venezuela (UCV) con la plancha Activados por la U, una de las que puja por tomar el control tras 14 años sin elecciones en esa casa de estudio que suele influenciar profundamente la opinión pública venezolana.

El también abogado y doctor en Ciencias Políticas, y además profesor titular del alma máter, ha hablado con Versión Final para señalar puntos clave de su agenda y la de su equipo de cara a las próximas elecciones pautadas para el viernes 26 de mayo.

A pocos días de la elección de las nuevas autoridades en la Universidad Central de Venezuela (UCV), en la que usted aspira ocupar el cargo de Vicerrector Administrativo, ¿cuál es la propuesta que tiene para obtener ese puesto?

Yo comenzaría con conocer y ordenar las cosas, establecer la dinámica de las distintas competencias que tiene el órgano con quienes están al frente de la gerencia, además de visibilzar una serie de maneras, modos, medios, procedimientos que nos permiten saber realmente dónde estamos. Hay varias cajas negras allí que hay que revisar. Yo diría que comencemos por eso. Ahora, apuntando a qué, apuntando fundamentalmente a establecer en un trípode la gestión misma, transparencia, eficiencia y responsabilidad. Evaluemos primero qué hay allí, cómo está eso realmente, porque hay toda una línea opaca que desde hace tiempo no permite saber realmente cómo están las cosas allí.

Luego de 14 años sin unas elecciones para renovar las autoridades universitarias, ¿cuál cree usted que sería el mayor compromiso de quienes hoy se postulan por éstos cargos?

Sobrevivir a la contingencia que significa la carencia de recursos, el déficit estructural que hay en cuanto se refiere al aporte fiscal e inventar, por decirlo de alguna manera, una secuencia que le dé viabilidad a la universidad. Hay que llegar allí aprovechando lo que tenemos, porque tampoco se puede decir que no hay nada, y sobre todo llegando con modestia, con sencillez y con humildad, a ver lo que tenemos y cuidar la autonomía. No es fácil porque el gobierno no siempre ha sido muy comprensivo con ese principio.

¿Cuáles son los planteamientos para tratar con el Gobierno nacional?

Los planteamientos para tratar con el gobierno nacional comenzarían por el manejo presupuestario, no sólo ganar la confianza del gobierno, del ejecutivo y del poder legislativo, porque el presupuesto no transita únicamente por el ejecutivo. Y hacerles ver que con el aporte que se viene haciendo la universidad muy poco puede hacer. Y ahora más que nunca tienen que reaccionar frente al efecto de un lado de la pandemia, que aún se siente, de otro lado de la diáspora, al extremo que la universidad ha visto de crecer su matrícula más de la mitad de lo que tenía hace una década.

¿Usted prefiere abrir canales de entendimiento con el Gobierno y prefiere mantener los diques de contención para evitar intervencionismo?

Yo creo que hay que tratar de entenderse con el gobierno, y creo también que si somos razonables nos haremos comprender.

¿Cuál es el déficit presupuestario de la UCV hoy en día?

 Es difícil decirlo. Como dije hace un rato, hay varias cajas negras allí. Eso hay que evaluarlo, eso hay que determinarlo, actualizarlo, sincerarlo. No sería serio adelantar allí cifras que no hemos podido nosotros establecer previo a una auditoría y un examen administrativo riguroso. No puedo establecer si no ha sido manejado correctamente por las autoridades alienta al presupuesto.

¿En su opinión el presupuesto ha sido manejado correctamente por las autoridades salientes?

Yo no me aventuro con ese asunto. Lo que sí es bueno decir es que llegamos auditando, haciendo lo que se debe hacer.

¿Es posible conducir a la UCV con el presupuesto asignado?

Yo sinceramente creo que con el presupuesto, digamos, ni siquiera puedo hablar de presupuesto, con la asignación que el gobierno tiene a bien hacerle llegar a la universidad, eso que llamaremos nosotros la universidad deseada no se puede alcanzar. Es evidentemente deficitario y eso lo saco rápidamente, los sueldos que se pagan allí. Mucha gente de nuestro personal que aprendió y que ha sido, además de ser sincero, leal y consecuente, no puede continuar allí o no puede ir todos los días.

El tema sueldos y salarios está allí, pesando mucho. Y yo no veo forma ni manera, ni siquiera hay con qué pagar revistas, ni siquiera hay con qué pagar, digamos, programas de emprendimiento. Se ha quedado y realmente es heroico lo que hacen nuestros investigadores. He estado viendo a esos muchachos y caramba, no podemos, como diría Maritain, pedirle a todos un constante heroísmo.

¿Está abierto a crear nuevos modelos de negocios propios para la UCV?

Tenemos que buscar otro modelo de negocio para la UCV. Entre ellos tenemos que salir a proponer, a buscar alianzas, consorcios y además ofrecer nuestra calidad, que es el pensamiento, el saber, el conocimiento. No para convertir a la universidad en un ente privado, simplemente para aprovechar las ventajas comparativas que tiene de manera a encontrar con su talento, su genio, su calidad, pues, ingresos que ayuden, que asistan al proceso de sanear la universidad, porque la universidad hoy en día está muy enferma, le faltan muchas cosas. Lo que sí siento es que se puede hacer más, se puede buscar maneras. Yo creo que ahí ha faltado hacienda, ha faltado compromiso e imaginación.

¿Cuáles son las necesidades de cambio que amerita la UCV, y cómo lograr esa sinergia con la sociedad civil, sector privado y público y el Ejecutivo?

Bueno, la universidad se ha quedado en varios escenarios, digamos, se ha quedado un poco atrás. Hay que salir rápidamente a aclamar, a reclamar, a tallar un espacio en la sociedad para que se pueda hacer el conocimiento interna e internacional. La universidad tiene que sincronizar el momento tecnológico, atreverse y buscar maneras, tiene que vincularse a un sinfín de posibilidades que hay fuera de ella, que hay fuera del país, en la que podemos encontrar espacios, ayudas, financiamiento. Ahora esto tiene que entenderlo el sector público, no puede ser que cueste tanto que una de las empresas universitarias, digamos, reciba algunos pocos miles de dólares y que no haya forma de que la universidad, de que esa empresa pueda acceder a ello. El gobierno también tiene que entender que el cambio no es únicamente de los demás, que ellos tienen que estar dispuestos a revisar políticas y sobre todo hay que desregular, pues, hay que quitar la camisa de fuerza que ha supuesto, pues, una normación estatista y además de confianza institucional de parte del gobierno y cualquier otro ente que no esté bajo su orden y dirección.

Ha insistido en la renovación del liderazgo institucional y la legitimación de los cargos dentro de la UCV, ¿cuál es el sentir actual que ha palpado de los profesores, alumnos, empleados y trabajadores del alma máter?

Hay que entender que después de 14 años sin elecciones mucha gente está, yo diría, desinformada y creo que eso le pasa un poco a todos, profesores, alumnos, empleados, trabajadores algunos más que otros. Y yo creo que el mejor liderazgo es el que se ejerce, el que se muestra, el que se exhibe, no el que se infiere por el hecho de la asignación de competencia. Yo creo que a aquellos que decía Aristóteles cabe ahí, somos lo que hacemos, hay que llegar con mucha seriedad, con humildad a oír y escuchar, pero también a hacerse oír sobre lo que hay que hacer y hacerlo, que no se quede en una mera mención. El país es muy bueno para hacerse su propio diagnóstico, es muy bueno también para establecer cuál es la terapia que le conviene, pero luego exhibe una instrumentalidad notable a la hora de llevarla a cabo. Eso tiene que cambiar. Yo creo que primero que todo la universidad ya no es aquello que era, que era un recinto que albergaba posturas políticas y partidistas y algunos radicalismos.

¿Qué papel puede jugar el sector universitario en la situación política actual?

La universidad está hoy en día, como los muchachos nuestros de todo el país, muy afectada. Eso no significa que no tenga conciencia de lo que pasa afuera, aun cuando, como dije antes, hay mucha desinformación. Yo siento que en la medida que asumamos la ciudadanía universitaria, estaremos más cerca de cumplir el objetivo de ciudadanizarnos de nuevo para ayudar al país a salir de la crisis actual que nos acogota a todos.

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Con información de VF y HEY

.Agencias/Sala de Redacción

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