Para nadie es un secreto, mucho menos para ambientalistas, ecologistas y promotores del turismo ver como las cañadas de Maracaibo son parte del gran contaminante del Lago de Maracaibo.
El problema no es solo falta de civismo, es falta de voluntad política para atacar el problema de la contaminación desde la formación, la educación, y por supuesto de un efectivo mantenimiento –cosa que en el municipio Maracaibo se dá a medias, o a conveniencia de algunos intereses, según voceros de la Fundación Proyecto Cumbre Ecológica y Turística de Venezuela.
“Basta recorrer las riberas lacustres para observar cualquier cantidad de elementos contaminantes gracias a organismos ineficientes de alcaldías, gobernación y ministerios que tienen que ver con las áreas ambientales”, señalaron voceros del Club de Leones Universitario Maracaibo.
Es muy triste ver que los periodistas y medios se conforman con publicitar a los voceros oficiales sin contrastar las realidades del urbanismo, la economía y la cultura, señaló el profesor de comunicación política, Ray Rodríguez y destacó “se ha perdido la objetividad en perjuicio de las ciudades, la cultura cívica y el ambiente, mientras los altos funcionarios le mienten a la población y periodistas tambien”.
Para Amenhotep Planas, integrante de diferentes organizaciones societarias como la Federación Ambientalista Internacional, Rotary, Leones, y Cumbre Ecológica, y la Alianza Universitaria de las Américas, entre otras, “Es muy triste ver cada mañana como el Lago de Maracaibo, languidece con los millones de galones de aguas servidas que se le vierten diariamente, y en época de lluvias, le ruedan toneladas de desechos y sustancias industriales, petroleras y petroquímicas, cometiéndose un gran ecocidio sin que el Ministerio Publico investigue a los responsables de los organismos correspondientes para por lo menos frenar la contaminación ambiental y visual en la ciudad.
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