*Ronald Rodríguez Vargas
De Hans Newman a la distancia sabíamos que era un permanente luchador por la democracia y la libertad. Capitán de empresas, coleccionista, mecenas, filántropo y otras tantas cualidades que lo hicieron un gigante en la sociedad a la que se entregó por entero. Gran amigo de Teodoro Petkkoff con cuyo impulso y apoyo en hora aciaga hizo posible “Tal Cual” el diario. Empero más allá de ello Newman, judio nacido en Praga guardaba en su memoria otra historia, otra lucha de supervivencia, la suya y la de su familia en la Alemania nazi. Historia de la que poco, casi nada o nada hablaba. Tocó a su hija contarnos y es precisamente lo que hace en “Cuando el tiempo se detuvo». Memorias de la guerra de mi padre y lo que queda” (Editorial Dahbar) que se presentó en Caracas el pasado miércoles.
Un libro de memorias. Una investigación profunda en archivos, cartas, recuerdos que nos muestra a un hombre y su circunstancia a ambos lados de la II Guerra Mundial en Praga, Chequia, Berlín y otras capitales de Europa hasta llegar con su hermano a Caracas. Sin duda un monumental trabajo de su hija Arianna que llena los vacíos y silencios del hombre. Una obra sobre la identidad y la memoria. Bestsellers del New York Time y el Washington Post; libro de la semana en el Financial Times y recomendación literaria de revistas del calibre de Vogue, el Sydney Morning Herald y Mejor libro Judío de 2020 en el segmento memorias. Arianna Newman nos ha entregado un libro producto de una pluma de raza, fuste, aguda y meticulosa que bien vale la pena leer.
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